Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Jardín magnético.

Rubí se movió a gran velocidad para tratar de cortarla evitando las flores metálicas que se arremolinaban a su alrededor, entonces fue que noto que un montón de arena negra estaba frente a ella.

Pese a que logro cortar la arena, no pudo avanzar más pues las flores de metal le pegaron en el estómago, apartándola con fuerza y lanzándola hasta donde estaba Nataly y Faddei quienes se sorprendieron de verla caer a su lado.

—Y no te corte… Puedo controlar cualquier forma de metal, mi querida niña y al extraer tanto para formar mi jardín termine extrayendo también un poco de arena de hierro— Le dijo la mujer contemplándolas.

Faddei pensó que de todas formas debía ser un poder desgastante… Luego recordó su sangre, seguro esa mujer tenía un cristal y su propia presencia seguro que potenciaría la habilidad de todos, incluyendo a esa mujer.

—La mareare— Nataly dio un paso atrás— Escóndete donde puedas.

—No, yo aún no término— Rubí se puso de pie mientras brillaba. Su expresión tierna era ahora peligrosa.

Tras un parpadeo, le crecieron picos luminosos en la espalda, cada uno de ellos con una apariencia filosa. Se formaron hasta tomar la forma de un par de alas enormes.

Gracias a su propio entrenamiento ya podía controlarlo pero estaba muy enojada y de alguna forma, quería perder el control después de mucho tiempo.

Pero sus amigos estaban ahí. No pasaría lo de la última vez.

La chica se movió muy rápido con los picos de luz estirándose para tratar de matar a la mujer pero las flores se interponían tan rápidamente como la luz. Y si alguno atravesaba el metal, la arena metálica lo evitaba.

—Eres hábil pero ¿Cuánto duraras?— Le pregunto la mujer abriendo su mano.

— ¡Rubí!— Nataly lo noto tarde.

Una flor metálica se abrió debajo de Rubí liberando un montón de espinas metálicas y pétalos que parecían querer aplastarla pero esta logro evitarlos, aunque se ganó un par de rasguños, uno en su pierna y otro en su mejilla.

La chica se movía con rapidez entre los picos metálicos y los pétalos grades que parecían querer doblarse para atraparla pero esta los cortaba o bien los evitaba, utilizando los picos de luz como soporte.

Un par de pétalos trataron de atrapar a Faddei y a Nataly pero está última logro evitarlos empujando al chico aunque ganándose un impacto en la espalda que los derribo a ambos contra el suelo.

Entonces se percató de que las raíces metálicas parecían estarse formando desde el suelo también.

Estaba tratando de atraparlos en una prisión de flores metálicas hermosas y peligrosas que tarde o temprano de verdad los mataría.

Nataly hizo una mueca, su poder no serviría de nada, no llegaba a calentar tanto como para derretir el metal y esa mujer estaba muy lejos, lo que le impedía afectarla con su poder.

También sabía que podía volverse inmune a las partículas p si calentaba la zona cercana a ella, algo que descubrió tras enfrentar a aquella mocosa que contralaba con la voz, no sabía porque, ni le importaba entenderlo pero sospechaba que sus partículas eran parecidas a las de Faddei, o sea, más resistentes.

Pero no podía acercarse lo suficiente. Primera, era imposible, segunda, no podía arriesgar a Faddei.

—Hay que irnos— Nataly movió a Faddei lejos de ahí pero su enemiga vio ese movimiento y trato de atraparlos con más raíces hasta que Rubí apareció cortando el metal para permitir que escapen.

Ellos lograron salir de la estructura para poder llegar a la calle que estaba en peor estado que el edificio en el que estaban. Esa mujer de verdad era poderosa.

Los que controlaban poderes fundamentales eran monstruos.

La mujer hizo una mueca provocando que más raíces metálicas salieran del suelo como picos que trataron de atraparla pero esta los cortaba o bien los desviaba con sus picos de luz.

Rubí entonces hizo que la luz se volviera más numerosa, destrozando las flores metálicas que se habían formado frente a sus amigos para que pudrían escapar, además de terminar lanzando ataques indiscriminados a todos lados con el fin de cortar más raíces y quizá matar a su enemigo.

Pero Rose estaba sobre la estructura del edificio, parada con elegancia, fuera del alcance del ataque.

Faddei y Nataly aprovecharon para escapar pero ahora mismo desconocía donde esconderse… Pero debían alejarse, eso era lo importante.

—Aun no terminamos de hablar, mis amores— Dijo Rose utilizando la arena metálica como un pasillo para ir tras ellos pero Rubí se interpuso tratando de cortarla pero esta la desvió con una espada de arena metálica.

Rubí aprovecho tenerla cerca para matarla con alguno de sus picos de luz pero las flores grandes ya se habían abierto, liberando una lluvia de metal en forma de picos o de placas ondulantes.

Un gran estruendo levanto una gran nube de polvo.

Ambas mujeres regresaron al suelo pero Rubí no había logrado caer bien.

Pero Rose localizo rápidamente a Faddei por lo que comenzó a moverse hacia ellos, alcanzándolos muy rápido, al fin y al cabo, ella si había recibido la operación de potenciación.




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