El líder de la SDO, el nombre conocido como el Número Cero del Top mundial, avanzaba por los pasillos blancos del edificio principal de D.A. Aún estaba siendo remodelado tras una batalla ocurrida a final del año pasado pero en general, solo quedaban detalles minúsculos que serían arreglados en menos de un mes, esperaba.
El hombre odiaba el aroma del lugar, como un hospital pero… También olía a sangre.
La gente que pasaba a su lado se le quedaba mirando, no solo por ser quien es, si no porque de verdad llamaba mucho la atención al ser un lugar lleno de científicos, todos vestidos igual. Lo más loco que llevaban encima los tipos con bata blanca eran cascos llenos de cables o brazos extras en la espalda.
Erick Star era un hombre de casi dos metros de altura, de tez olivácea, con los brazos grandes, musculados y marcados con cicatrices grandes no solo de arañazos, también de quemaduras y demás cicatrices que no parecían hechas por humanos. Sus facciones eran gruesas, desde las cejas, hasta sus labios y sus brillantes ojos azules denotaban confianza y fuerza. Sus cabellos dorados estaban peinados en varias trenzas que caían a los costados de su rostro.
Llevaba un chaleco negro que dejaba libres sus brazos grandes, unos pantalones militares y una capa sobre los hombros de color rojo, además de unas botas enormes.
Entonces ocurrió una explosión en un laboratorio a su lado que ni lo inmuto pero al instante entro para buscar heridos— ¡¿Están bien?! ¡¿Pueden escucharme?! ¡Hagan ruido para ir por ustedes!
— ¡Aquí! ¡Por favor, ayuda!— Grito una voz— ¡Estoy solo!
El hombre entro rápidamente a la sala, tomando entre sus brazos a la víctima la cual se había quedado en medio del humo y pese a que no podía verlo claramente, lo cargo como si nada y lo saco del laboratorio mientras los guardias y los bomberos llegaban.
—Muchas gracias— Era una voz conocida.
— ¿Dylan?— Preguntó el hombre y lo dejo en el suelo.
—El mismo, tiempo sin verte— Dylan se sacudió la bata que no parecía blanca, y menos con el polvo de la explosión encima— Tranquilos, no estaba trabajando con cosas peligrosas. Fue el aparato, no soporto mi estilo… Ni mis muestras.
Dylan, era de estatura promedio, de tez clara, cabellos rubios, labios delgados, nariz respingada, ojos azules cubiertos por unos lentes de pasta dura azul que ahora estaban cubiertos de hollín. Llevaba una camisa blanca (antes) y unos pantalones negros.
Erick le contemplo con los brazos cruzados.
— ¿Qué tienes? Relájate— Dijo Dylan dándole una palmada en la espalda pero tuvo que sobarse ya que le pego con algo de fuerza y ese tipo era todo músculo— Te has hecho más fuerte ¿No? ¿Cómo va tu hermana?
—No vengo por eso— Su expresión se tornó muy seria.
—Claro que no— Dylan negó con la cabeza y le miro hacia arriba— ¿Entonces…?
—Tenemos reunión con el líder de la ciudad— Dijo el hombre y le miro con atención— ¿Acaso lo olvidaste?
—Claro que no, no es como que este ocupado creando el futuro— Dijo Dylan con una sonrisa y levantando sus manos para hacer énfasis en eso ultimo pero Erick no compartió su entusiasmo— Bueno, si lo olvide pero ¡Vamos! ¡Siempre es divertido hablar con ese tipo!
— ¿Divertido?
—A ese tipo no le gustan los tipos con poderes así que es muy divertido verlo rabiar en sus celos— Dylan soltó una risotada— Si comprendiera que la belleza de la humanidad está en las diferencias. En lograr un mismo resultado con diferentes procedimientos, sería más feliz...
Erick no parecía convencido.
—Además el tipo esta paranoico, me pregunto qué clase de mascara usara esta vez— Agrego Dylan encogiéndose de hombros exageradamente.
A Erick le preocupaba como Dylan se expresaba de él. Que el loco más grande del mundo reconozca a alguien más loco no era precisamente bueno.
Los tipos avanzaron hasta la zona de reuniones. Una habitación blanca con un escritorio ovalado grande como para veinte personas con sillas cómodas que daban vueltas— Pensar que mande a construir esta sala solo para reuniones con él. A veces venimos varios a tomar café sin decirle a nadie.
—Lo llamare para avisarle que ya estamos aquí— Dijo Erick sacando su celular para realizar un marcaje rápido. Un texto contundente.
Los dos se sentaron y miraron al frente, esperando solo unos segundos para que la pared se iluminara mostrando una imagen.
Frente a ellos, una persona con un traje de color violeta brillante y molesto para los ojos con una corbata verde con rombos de color violeta también, y que tenía unos visores enormes que reflejaban ojos haciéndolos ver más grandes y con su boca cubierta por un pañuelo negro.
—No es tan creativo como la máscara de cerdo de hace un mes— Susurro Dylan, mostrándose aburrido, recargándose en su mano haciendo una mueca de decepción.
—Tiempo sin verlo, presidente— Saludo Erick.
—No tenemos tiempo para saludos ¿Qué diablos está pasando en mi ciudad?— Pregunto con una voz robótica— Los ataques de villanos han aumentado, prácticamente tengo que moverme todos los días para evitar que me maten.