Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Prioridades.

Javier se levantó un tanto brusco de la cama haciendo una mueca por el dolor, pero relajándose al instante al reconocer que ya se encontraba en una habitación de hospital. De verdad había perdido contra ese tipo. Ahora no sabía si sentirse realmente aliviado o no.

Sus niveles eran demasiado diferentes ¿Eso era un adulto? No, ese hombre no era del todo normal. Nadie podría resistir tan bien las quemaduras de sus llamas o los impactos de las rocas a la velocidad a las que las lanzo.

¿O de verdad era tan débil?

Javier termino recostándose de nuevo para mirar el techo de su habitación.

Alguien abrió la puerta e Iris estaba ahí junto con Esmeralda.

—Finalmente estas despierto— Iris se acercó a él con una leve sonrisa— Podremos irnos en cuanto estés listo pero te traje unos panquecitos de la máquina expendedora mientras tanto.

—Gracias… Pero no podemos comer en el hospital— Dijo Javier mirando el panque en su mano.

—Lo sé— Iris parecía orgullosa— Como sea ¿Ya te sientes bien?

—Sí, no se preocupen— Javier se volvió a erguir en su cama— ¿Y mis compañeros? ¿Saben algo?

—Están bien— Le tranquilizo Esmeralda mientras se sentaba a su lado— Aun están en la SDO declarando. El incidente fue… Horrible para la gente común que andaba por ahí en ese momento.

—Los Oscuros son horribles…— Javier apretó los labios, recordando la horrible escena.

— ¿De verdad fueron ellos?— Preguntó Iris mirando su pastelito con atención antes de morderlo.

— ¿Dudas?— Esmeralda le miro con una ceja levantada.

—No tanto así— Iris negó con la cabeza— Pero…

Quería decir que Rubí no parecía de las que mataban a las personas pero tampoco podía confirmarlo. Si algo dejo en claro durante el último combate es que ninguna de las dos conocía lo suficiente de la otra.

— ¿Por Rubí?

— ¿Rubí?— Javier les contemplo mientras comía su panquecito.

—N-no importa— Iris se puso de pie, pasando con dificultad el bocado— ¿Nos vamos? Mi hermano me dijo que cocinara algo para ti ¿Qué te parece? Sé que necesitas descansar pero…

—Está bien, lo acepto…— Javier se levantó. La verdad es que lo que menos quería era descansar— Solo déjenme arreglar lo que sea que tenga que arreglar en recepción ¿Si? Espérenme afuera.

Iris abrió su cuarto— Claro, te vemos afuera…

—Señorita, está prohibido comer en los cuartos, tanto para las visitas como para los pacientes— Le hablo una enfermera con una mirada peligrosa, lanzando miradas a Javier y Esmeralda.

— ¡Lo siento!— Iris escondió su pastelito tras de ella.

—Me alegra que no haya sido muy serio— Santiago estaba terminando de preparar las milanesas de carne, el platillo que más le gustaba a Javier mientras Mariana terminaba de picar las verduras frescas para acompañar como el pepino, la zanahoria y la lechuga.

—Fue un incidente muy serio pero ustedes sobrevivieron así que… eso fue suerte, supongo— Dijo Mariana haciendo una mueca. Ella misma no estuvo involucrada en el asunto pero le toco ver el papeleo— Además, finalmente salieron a la luz.

—No pensé que lo harían— Dijo Johan.

—Tomando en cuenta como habían actuado hasta ahora, no tendría sentido— Admitió Aylin pensativa— Debe de estar pasando algo que los orillo a salir a luz de esa manera…

—De hecho me gustaría compartir una teoría— Iris levanto su mano.

Esmeralda sospechaba lo que diría y no le gustaba.

Iris les volvió a contar sobre Rubí, la chica que conocieron durante las vacaciones pero también les conto sobre su último encuentro y como parecía estar peleando contra un miembro de su grupo.

— ¿Peleas internas?— Aylin se quedó pensativa— Ya veo… El salir a la luz no le beneficia a ninguno de los dos pero también podría servir para limitar los movimientos del otro pero… Nos faltan datos.

—También debo decir que esa chica, Rubí quiso convencer a Iris para que se uniera a ella— Esmeralda apretó los labios al decirlo.

—Esmeralda…— Iris hablo con seriedad.

— ¿Es en serio?— Johan le miro con atención— No me digas que…

—Imposible, imposible— Le dijo negando varias veces y lanzándole una mirada Esmeralda quien se limitó a apartar la mirada hacia la comida— Solo creo que… No sabemos casi nada de ellos.

— ¡¿Por qué les das el beneficio de la duda?!— Esmeralda se levantó de su lugar— ¡¿Olvidas al asesino serial que mandaron para silenciarnos?! ¡Mi antigua maestra esta con ellos!

Eso sorprendió un poco a todos pero nadie pregunto sobre el asunto, más bien, nadie lo haría aunque Iris no pudo evitar quedarse con ese detalle en la mente por unos segundos.

— ¡Nunca lo haría!— Le grito de regreso Iris haciendo una mueca— Lo que quiero decir es que si de verdad me hubiese querido matar, lo hubiese hecho, me refiero a Rubí, no al asesino…

—Forman parte del mismo grupo— Mariana le miro con atención— También quisieron plantar bombas en la ciudad…




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