Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Sombras.

Konrad se sentó a su lado con despreocupación ante la mirada atenta de Rubí quien parecía lista para matarlo, aunque todo mientras seguía comiendo su helado, lo que le daba una apariencia chistosa.

— ¿Hablar? Ese no es mi estilo pero tomando en cuenta que aquí se solucionará todo, te daré una oportunidad, pequeño idealista idiota— Konrad miro a Ramsés que estaba a su lado, con los ojos cerrados, sonriendo con confianza, lo que solo hizo enojar un poco al militar— ¿Vas a tratar de convencerme de nuevo?

­—Tu y yo tenemos ideales muy arraigados a nosotros— Ramsés negó con la cabeza— Lo que yo diga y lo que digas es inútil…

— ¿Entonces?

—Solo me gustaría saber tu historia— Ramsés se dejó caer en su lugar— Nuestras vivencias no pudieron ser tan diferentes si ambos buscamos lo mismo aunque de manera diferente ¿No? En teoría tendríamos algunos puntos en común.

— ¿Bromeas? Son muy diferentes, niño bonito— Konrad le miro con una mueca de desagrado.

—Al principio pensaba lo mismo, pero quizá si somos parecidos— Dijo Rosmes mirándolo con atención— Me gustaría conocer todas tus sombras, entonces tomare una decisión… Te dejare a los Oscuros si de verdad nuestras vivencias fueron diferentes y si de verdad no somos para nada parecidos.

— ¿Hermano?— Rubí se sorprendió por sus palabras.

—Tranquila, quizá es lo que debe pasar— Dijo Ramsés tranquilizando a su hermana, dándole una pequeña caricia en la cabeza.

Konrad soltó una gran risotada al grado de que termino limpiando una lagrima de su ojo— De verdad eres un muchacho estúpido ¿No? Incluso si te cuento lo que quieres saber, no te dejaré ir ¿Eres consciente de eso?

Rubí parecía lista para pelear pero Ramsés le detuvo, tomando su mano.

—Entonces estoy muerto de todas formas ¿Por qué no hablas ya?— Ramsés se encogió de hombros.

Konrad hizo una mueca— ¿Qué quieres saber? ¿Mi nacimiento? ¿Mi familia? ¿El ejercito del Dragón Rojo?

—Sí, quiero conocer el punto determinante para embarcarte en una búsqueda tan llena de buenos deseos pero al mismo tiempo, tan autodestructiva— Dijo Ramsés sujetando su bastón con fuerza frente a él.

—Un mundo mejor para mi familia, claro— Dijo el hombre, sin pensarlo mucho.

— ¿Tu familia?— Preguntó Ramsés— ¿Tienes familia? Supongo que en tu país de origen, Japón ¿No?

—En realidad ambas son japonesas pero yo no soy de ahí, solo fui un niño turista de Rusia que termino capturado por el ejército DR— Dijo Konrad mientras comenzaba a fumar sin importarle los letreros de que estaba prohibido fumar en esa zona, de todos modos ya no había mucha gente.

—Ya veo, que interesante ¿Y solo eso?

—Y que me sentía un poco desanimado sin hacer nada en casa— Admitió Konrad— Todos mis chicos se quedaron sin nada que hacer, perdidos y solos sin una guerra así que decidí darles la última guerra.

— ¿Y eso no les ocasionara un vacío al final?— Preguntó.

—No, porque esta vez ganaremos— Dijo Konrad esbozando una gran sonrisa.

—Te puedo preguntar otra cosa, Konrad Somnar— El que Ramsés mencionara su apellido solo lo hizo saltar— ¿Por qué sigues hablando de una hija que claramente no tienes? ¿Por qué hablas de una guerra que claramente no peleaste?

— ¿Qué?— Konrad se giró hacia él haciendo una mueca, apretando sus puños.

—Quizá no eres consciente de lo que digo­— Ramsés lo contemplo.

— ¡No digas tonterías!— Konrad se mostró visiblemente molesto, poniéndose de pie, irguiéndose macabramente, tanto que Rubí también se puso de pie para mirarlo mal— ¿Qué sabes de mí?

—Al principio nada, como cualquiera de nosotros, solo tu pertenencia al proyecto de los Dragones Rojos y eso por el uniforme que portas con orgullo— Ramsés le miro hacia arriba— Así que indague un poco más haciendo uso, lastimosamente de D.A.

Le tuvo que ofrecer un poco de su sangre pero era un precio que debía pagar.

— ¿Y eso qué?

—D.A es igual que esta ciudad, pura mierda, pura oscuridad así que no me sorprendió que el mismo estuviera involucrado en el proyecto de los Dragones Rojos— Dijo Ramsés esbozando una gran sonrisa— Resulta que te conocía…

Konrad le contemplo con una mueca furiosa.

—Peleaste en un par de esas guerras de liberación japonesas, luego de eso te destituyeron porque delirabas, entonces te recluyeron hasta que lograste escapar ¿Me salte algo?— Ramsés bajo la vista— Supongo que tu ganas, tú te quedas con los Oscuros… Ya manchaste su nombre con tu locura de todas formas. No nos parecemos en nada.

Konrad le lanzo un golpe en la cara que lo lanzo contra la pared contraria, rompiendo también la pared, lo que ocasiono gritos de las personas que aun quedaban y que las alarmas comenzara a sonar, entonces Rubí se elevó hacia su hermano con sus alas de luz.

— ¡No sabes nada de mí!— Dijo Konrad apretando con fuerza sus puños— ¡Nada!

—Me pregunto si soy yo el que no sabe nada… — Ramsés se había puesto de pie sin ni un rasguño, salvo con algunas manchas de sangre en el suelo— Tú has ganado, Konrad, nos moveremos de tu camino.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.