Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Si había una diferencia…

Joaquín avanzo por el edificio, buscando las escaleras para bajar pero Rubí acelero el proceso haciendo un gran agujero en el suelo desde donde más guardias trataron de matarlos hasta que Rubí los atravesó con violencia.

El propio Joaquín recibía los disparos primero pero tal como se esperaría, esto no lo mataba y tampoco a Ramsés quien se colocaba justo a su lado para también servir de escudo de las chicas.

—No debes hacerlo, puedo hacerlo yo solo— Joaquín se limpió la sangre de su labio.

—Puede ser pero ya me acostumbre al dolor— Ramsés sonreía mientras limpiaba una herida en su cabeza.

Al fin y al cabo, ambos desarrollaron el poder de la Inmortalidad.

No podían ser asesinados a menos que cortaras su cabeza, pero heridas, quemaduras no les hacían daño. Otra cosa que podía matarlos era definitivamente el que no se alimentaran o no respiraran.

Habían sufrido mucho para poder llegar a ese punto, incluyendo una de las piernas de Ramsés que término parcialmente atrofiada y los dedos de la mano derecha de Joaquín que estaban al completo inutilizados.

De todas formas, esa no era la única debilidad del poder de Joaquín.

—Vamos, más rápido— Los chicos ayudaron a Rubí y a Nataly a bajar.

No podían arriesgarse a que Rubí se desgastara mucho porque su poder podrá terminar saliéndose de control y tenían que salir todos, no podían dejarla.

Nataly también tenía ese problema pero su descontrol es mucho menor y solo terminaba inconsciente, aun así, cargar con una chica así, podría no ser lo mejor para moverse con rapidez.

Un impacto hizo retroceder a Joaquín.

Rubí avanzo para matar a su nuevo enemigo pero un rayo partió la luz frente a ella.

— ¡La chica favorita, finalmente nos encontramos!— La chica tenía los cabellos morenos largos atados en dos trenzas medianas, de labios gruesos, y nariz pequeña, con unos braquetes adornando sus dientes. Su tez era pálida, como enfermiza, con ojos castaños claros y un cuerpo delgado.

— ¿Disculpa?— Rubí hizo una mueca.

— ¿No lo sabes? ¡Soy Melanie!— La chica hizo una mueca de desagrado y negó con la cabeza tras unos segundos— ¡No importa! Era de esperarse que no dijera nada, al fin y al cabo, eres la favorita, la que desarrollo el poder de la luz pero no eres nada contra mí, yo soy la auténtica controladora de la luz.

La descarga fue tal que exploto varios de los focos del techo.

Rubí avanzo hacia ella para empalara con la luz solida pero esta logro replicarlo, creando una espada de rayos que interrumpió la suya, entonces le pego un rodillazo en su barbilla, levantándola del suelo y haciéndola caer de espaldas.

— ¡Rubí!— Ramsés avanzo para tratar de alcanzarla pero de nuevo un impacto le hizo retroceder.

—Lo siento, yo no me presente— Dijo la voz de un chico.

— ¿Invisible?— Joaquín levanto sus puños.

­ —Mi piel refleja la luz, eso es todo— Dijo, entonces le lanzo un par de golpes a Joaquín quien los recibió sin poder evitarlo, entonces Nataly junto con sus manos, activando su poder.

Ramsés se puso de pie, entonces volvió a tratar de alcanzar a Rubí pero de nuevo fue golpeado.

Rubí controlaba mejor su poder pero esa chica era mucho mejor peleadora de cerca, por lo que acortaba distancias para pegarle, algo a lo que ella no estaba del todo lista, además, no era tan habilidosa físicamente.

Sus espadas eran frágiles.

—Que patética— Dijo Melanie esbozando una gran sonrisa.

Rubí termino en el suelo, escupiendo sangre.

Melanie le piso la cabeza— Ya muérete…

— ¡Ramsés!— Grito Joaquín, entonces este avanzo solo para ser golpeado por el chico invisible al que logro sujetar con sus manos con todas sus fuerzas, por lo que Joaquín avanzo para cubrir a Rubí con su cuerpo, recibiendo así un corte en su espalda que le genero grandes descargas, además de heridas por todo su cuerpo.

—Veremos que tanto castigo aguantas, inmortalito— Dijo Melanie creando agujas de luz que fueron contra Joaquín quien sirvió de escudo de Rubí quien aún trataba de recuperarse de los golpes.

—Hermano— Rubí hizo una mueca.

—Relájate, Rubí, tienes que seguir adelante— Le dijo Joaquín sonriendo de forma tranquilizadora— Yo aguantare, no lo olvides.

Rubí asintió, entonces ataco a Melanie, quien trato de atravesarla con un rayo pero la chica de luz logro ser más rápida, atravesando el estómago de su hermano y el de ella con una espada brillante aunque gracias a eso recibió algunas quemaduras en las manos. Se estaba presionando de más.

Melanie le escupió sangre y cayó al suelo— Maldita bastarda…

Rubí se acercó a Joaquín quien le sonrió como si nada, sujetando su herida que comenzaba a cerrarse.

Ramsés y Nataly lograron derrotar al otro a golpes, una vez retenido.

— ¿Estás bien, hermano?— Preguntó Ramsés, acercándose a Joaquín.

—Sí, lo estoy, es solo que ha sido más daño del que pensé— Dijo Joaquín tranquilizándolo— Vámonos, estamos cerca, no podemos detenernos teniendo la libertad tan cerca…




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