― ¿A dónde vas? Nuestra hija acaba de nacer. Mírala, es hermosa. Tiene tus ojos ― dije con lágrimas en los ojos
― Ya te dije Ana, Terminamos. No quiero una carga más ― Dijo Daniel mirando a mi hermosa ― te mandaré dinero, pero no las quiero volver a ver.
― Por qué, por qué nos dejas ― dije hipando ― ¡Nel! No te vayas. No me dejes ¡Por favor!
Abro los ojos de golpe con la mano extendida.
“Mal nacido, luego de cinco años y sigo soñando con ese día”
Me levanto y me ducho.
“Cómo pude rogarle; para colmo lo llamé Nel, que poca dignidad la mía en ese momento”
Me pongo mi falda y mi blusa; encima me coloco un abrigo delgado; luego voy a despertar a mi hermosa.
― Hey, hermosa. Despierta, hoy le pondremos fudge a tu cereal ― le dije sonriendo a Daniela que no despertaba
― ¿Fudge? ― preguntó mi hermosa abriendo sus ojitos adormilados
― Todo el que quieras hermosa. Pero si estás lista en veinte minutos ― le dije corriendo a la puerta riendo
― Noooooo. Es muy poco tiempo. Eso no me da ni tiempo de ponerme mi media hueca ― dijo mientras salía corriendo a lavarse la cara y los dientes.
Voy a la isla de la cocina y le pongo su plato de cereal de miel y a su costado coloco el yogurt de vainilla. Cojo unas galletas de la dispensa y el cartón de leche del refrigerador.
― Termine en quince ― dice feliz Daniela buscando el fudge en el cajón de golosinas.
Si se lo preguntan. Sí, le di un cajón especial a mi hija para sus golosinas y comida chatarra. También está a su alcance para que ella sola los pueda sacar. Tenemos un sistema de confianza y moderación, yo los dejo a su disposición y ella me dice cuándo y cuánto come.
Luego del desayuno nos vamos al trabajo.
― Directora, Buenos días ― me reciben inclinando sus cabezas en forma de saludo ― Buenos días hermosa ― saludan a mi hija con una sonrisa
Me dirijo a mi oficina en el último piso con mi hija. La empresa fue fundada en el cumpleaños de mi hija, siendo ella la modelo principal. Ésta es de ropa y moda, por si les interesa saber. Comenzamos con ropa exclusiva para bebe y mi hija fue la modelo e inspiración, la marca fue llamada: “Beautiful” de ahí que todos conozcan a mi hija como “La Hermosa”
― ¡Fue por dinero! ― le grite a mi ex esposo en la puerta de “nuestra” empresa en bancarrota ― Nos vendiste por la empresa. Esto no se quedará así, créeme. Despreciaste a mi hermosa, no te importó destruir nuestra familia, te llegó altamente todos nuestros años juntos; esto jamás te lo perdonaré.
Y ahí fue cuando me decidí salir adelante sola, sin su dinero. Tenía poco capital y un deseo desenfrenado de gastar en las mejores tiendas para vestir a mi bebé. Compré telas y una máquina de coser de tercera mano, me puse a trabajar y pensando como madre diseñe y elaboré ropa de bebe que presenté a una millonaria feminista algo extremista para mi gusto, pero muy amable; por lo que recibí mucho de su apoyo. Luego de asombrosos cuatro meses difíciles, fuimos en ascenso con Daniela. Ella se hizo la modelo oficial y yo la diseñadora principal. Mis estudios en Marketing me sirvieron para fundar y desarrollar mi empresa: “Beautiful”
Suena un pitido
Llegamos al último piso, y nos dirigimos al pasillo de la derecha. En el pasillo encontramos cuatro puertas. Nuestro destino son las dos primeras donde están grabadas las leyendas:
“Directora General: Ana Blanco Castillo”
“Guardería Beauti”
Dejo a Daniela en la guardería creada para ella y todos los hijos de mis trabajadores, sé lo difícil que es encontrar un lugar decente para tus hijos, así que eso fue lo primero que hice. Está al frente de mi oficina con una puerta de vidrio igual a la mía, o de cualquier parte de mi edificio, es una estructura peculiar; el centro es de cemento, pero por lo demás es de vidrio (las paredes caben aclarar). Más que todo es para que todos puedan ver que se está haciendo al otro lado y siempre estén trabajando. Aunque hay puntos muertos, pero son muy pocos, necesito trabajadores útiles y eficientes.
Ya en mi oficina reviso unos contratos y diseños; luego de revisarlos y apuntar en pos-it los arreglos, los dejo a un costado del escritorio. Empiezo a dibujar mis nuevos diseños, usando siempre como musa a mi hija.
Así pasa la mañana, mi hija entra y sale a su antojo de mi oficina. En la hora del almuerzo vamos a almorzar a la cafetería de la empresa que queda en el primer piso; vamos a las mesas de los empleados y pedimos nuestra comida. Observo mi alrededor y sonrío, el lugar está lleno, tanto la mitad de la empresa como la mitad para el público en general. En la tarde hacemos prueba de los diseños en los modelos. Así que vamos a la guardería y los hacemos probarse la ropa.
Sí, los hijos de los empleados son los modelos; sí, me gusta ahorrar dinero hasta parecer tacaña, fácil y lo soy. Los modelos adolescentes de 17 para arriba y adultos, los contrato a mi pesar. Así el sistema me sale eficiente, personal leal y mano de obra barata. Se tenía que decir, no formas una empresa o un negocio regalando dinero.