Hermosa

Capítulo 19

Tanta cosa y solo le pidieron que el mismo niño se saque unos cabellos para el estudio genético. Así de simple. Fue un momento en el que me di una “facepalm” tan fuerte que mi frente quedo roja.

Bueno, la cuestión es que primero le sacarían sangre, pero el juez le preguntó al niño si le tenía miedo a las agujas, por lo que Fabian respondió que sí y se decidió que él mismo se sacara un poco de cabello y se lo diera al encargado de la muestra.

Fue tan sencillo que me dio colera el dinero desperdiciado, pero qué se e puede hacer.

Luego del juicio en el cual no estuve, todo lo anterior me lo comento Franco por videollamada, se fueron a comer a McDonald. Están en Italia y van a comprar comida rápida, quién los entiende.

Pasó unos días y se determino que ciertamente era hijo de Franco por lo que se le dio la custodia. Otro padre con juicio de custodia a mi alrededor, quién lo hubiera dicho. Franco luego de todo el papeleo estuvo listo para venir a mudarse donde nosotras en unos días más; así que ahora los estamos esperando en el aeropuerto con un cartel que dice: FELIZ DÍA DEL PADRE FRABIAN TE EXTRAÑAMOS TE AMO MEJOR AMIGO.

¿Se preguntan qué pasó? ¿No? Entonces no lo contaré y solo imagínense cómo yo fui la de la idea, pero las niñas me interrumpieron y Pablo lo termino porque dijo que faltaba su letra. Ahora tengo un cartel sin sentido y con el nombre mesclado.

Llegaron y todos nos fundimos en un abrazo.

― Te extrañe― le suelto a Franco

― Yo igual Beauty, no dejaba de pensar en ti ― me dice y besa mi frente

― Yo soy el que estaba en peligro ¿Saben? ― Habla Fabián sonriendo mirándonos.

― Sí Ana, suelta. Me toca. Y Priscilla, deja de abrazar a Fab ― dce Pablo mientras abraza a su nuevo mejor amigo. Traidor.

― A ti también te extrañe horrores Fab ― le digo al niño y le doy un abrazo fuerte ― Ahora todo estará bien y seremos una familia ― digo soltando unas lágrimas y llenando su rostro de besos.

― ¡Yo también! ― Grita mi hermosa y le da besos en la mejilla a Fabián

― ¡Yo… ― empieza diciendo Priscilla hasta que escucha cómo Pablo hace sonidos guturales ― Voy a quedarme aquí, sin moverme, sin respirar, ¡fingiendo que no existo!

Termina la niña citando de alguna manera a Harry Potter y cruzándose de brazos. Perforando con los ojos la cabeza de su padre.

― Tío Franco ¿Trajiste regalos? ― pregunta Priscilla quien no puede quedarse callada

― Linda, no fue de vacaciones a Italia ― Le dice Pablo a su hija

― ¿Qué? ¿no? ― pregunta Franco con una enorme sonrisa ― Claro que traje regalos.

― Para mí también ¿Verdad? ― pregunta Pablo

― Claro amigo, claro que sí ―

Luego de asaltar a Franco en el mismo aeropuerto por los regalos; y de que las personas llegaran a llamar a seguridad para pedirnos amablemente que nos largáramos. Pues nos fuimos.

Luego de unas semanas decidimos salir de fiesta con Pablo y Franco. Ya que todos los niños habían sido llevados a una especie de campamento por Daniel.

― ¡Fiesta! ― grito emocionada de salir de fiesta luego de, mejor ni termino la oración.

― ¡Licor! ― grita Pablo

― Sí, yei, yupi ― dice Franco con poco entusiasmo, me retracto con nulo entusiasmo.

― ¡Franco! ― le gritamos ambos.

― Ana, ve a ponerte lo más sexi que tengas y baja para subirle el ánimo ― me ordena Pablo

― Sí capitán ― digo asintiendo y me voy corriendo

― Eso solo lo hará más difícil ir ― dice suspirando Franco

Luego de unos cuarenta minutos estoy lista y escucho cómo me llama Pablo.

― ¿Están listos chicos? ― grita Pablo

― ¡Sí capitán, estamos listos! ― respondo riendo

― ¡No los escuchoooo! ―

― ¡Sí capitán estamos listos! ―

― Uuuuuuuuuuuuuuu ― grita Pablo

― Ya maduren, no sé ni cómo me convencieron de … ― comienza Franco justo cuando estoy bajando las escaleras como misma adolescente que va a su primera fiesta de gala.

― No seas tan amargado, nosotros somos del equipo de Peter Pan ― le digo sonriendo mientras le rodeo el cuello con mis brazos

― Estas aún más hermosa que de costumbre ― dice sonriendo mientras me da un pequeño beso

― ¡Bien hecho Ana, ahora de fiesta! ― dice emocionado Pablo

― ¡Fiesta! ― le sigo y miramos a Franco

Quien volteando los ojos sonríe y grita levantando los brazos ― ¡Beauty!

― Eso no tenías que decir ― dice Pablo golpeándolo en la nuca

― Querían emoción. Pues uso una palabra que la cause. ¿No? ― dice Franco y yo me derrito.

― Ugh, mejor solo voy con Ana ― dice Pablo y me jala de la mano

― Bien, bien. ¡Fiesta! No pienso dejarla así sola en un lugar público ― dice cogiendo las llaves del auto

― ¿Y yo que soy? ― reclama Pablo

― Hace falta dos para cuidarla ¿Viste lo hermosa que esta? ― le dice como en secreto. Me derrito de nuevo.

Pablo me mira ― Tienes razón, esta vez sí se esmeró ― dice y me suelta un guiño.

― Púdrete ― le respondo y vamos en camino a la discoteca de la ciudad. La más decente y grande, ya que la de adolescentes son demasiado pequeñas y bueno, para mocosos.

― ¡Licor! ― grita Pablo yendo a la zona del bar.

Buscamos un lugar de sillones algo apartado de la pista de baile y nos acomodamos. Colocamos nuestras cosas en el compartimiento de la pequeña mesa que funciona como una caja fuerte para que sigas en paz tu vida y puedas estar seguro de tus cosas. No es que roben, pero nunca está de más la seguridad, hay que desconfiar siempre.

Pablo nos encuentra y nos deja una jarra de Margarita y una botella de whisky.

― ¡Nuestro Bourbon! ― dice ya más animado Franco

Lo que hace el alcohol, y eso que ni siquiera lo han ingerido.

Empezamos tomando y luego de unos minutos me muero de ganas de bailar.

― Vamos a bailar ― digo emocionada

― No soy muy bueno bailando y lo sabes ― responde Franco




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