Cap 7
Renata
¿Novia del Emperador?
Que clase de broma es esta.
De verdad que no lo puedo creer, la seguridad de esa mujer al mentir me sorprende y no es que me sorprendan las mentiras, pero yo pensé que las señoras de su edad serían diferentes, más honestas por la trayectoria de vida que llevan, pero al parecer me equivoqué.
Por un momento pienso que el Emperador dijo que vendría con su novia, pero eso no puede ser, él está igual de sorprendido que yo, además si esto fuera cierto, mínimo debió de tener la decencia de decírmelo.
Descarto por completo esa teoría, no hay mejor prueba que su cara, de verdad está igual de confundido que yo.
Esta situación hace que me cuestione un par de cosas. ¿Quién es ella? ¿Por qué dijo eso? ¿Qué es lo que consigue mintiendo? ¿Por qué me involucra sino me conoce?
Es un momento incómodo, está Dania —la novia— la mujer de edad avanzada y veo acercarse a una chica de pelo negro, luce un vestido verde que se ajusta perfectamente a su cuerpo.
―Es su novia ―vuelve a repetir la mujer con bastante seguridad ―mi niño, me alegra que estés aquí ―lo abraza.
―No podía faltar a la boda de Dania, me insistió tanto que no tuve otra opción ―ella le da un pequeño golpe en el hombro.
―Que guardadito tenías lo de tu novia ―él niega ―bienvenida a la familia ―me dice con una sonrisa y yo me quedo callada sin saber que decir.
―Sobre lo que dijo la abuela...
Duda número uno aclarada, la señora es su abuela.
―¿Así que tu novia? ―pregunta la chica de cabello negro.
―Así es ―contesta su abuela ―que bonita pareja, ¿no lo crees? ―me ve de arriba hacia abajo y se da la vuelta.
¿Así o más de película?
―Abuela... —Se acerca a él.
―Sígueme la corriente ―le susurra y niega ―por favor ―insiste.
―Renata, yo...
―No te preocupes, yo hablo con ella, vamos ―me toma del brazo y empezamos a caminar ―te pido una disculpa por lo que acaba de pasar ―dice cuando estamos lo suficientemente lejos de ellos ―la verdad es que no pude evitarlo.
―Está bien, ahora podemos aclarar todo ―empiezo a caminar y ella me detiene.
―No es lo que quiero ―me extraña su respuesta ―Eira es la chica de vestido verde, ¿la recuerdas? ―asiento, imposible olvidar la mirada que ne regaló ―ella es la ex de mi nieto.
―Eso no me interesa.
―Esa chica le rompió el corazón.
Realmente no me interesa que sea su ex, pero en el momento en que dice que le rompieron el corazón mi instinto de chismosa se activa.
―¿Por qué?
―Cuando ingresó a la preparatoria él era el cerebrito como dirían algunos.
Eso no me lo esperaba, yo pensé que no sabía ni sumar, que solo tenía la cara bonita, pero al parecer yo soy la que solo sabe sumar.
―Ella lo apostó, le dijo a casi todo el salón que él iba a ser su novio, con su ayuda, pasaría el año con la mejor calificación y lo logró, fue primer lugar, mi niño quedó en tercer lugar.
—Bueno, un tercer lugar no está mal, pero continúe.
—Consiguió lo que quería y pensaba usarlo más tiempo, pero él se dio cuenta en las vacaciones, la confrontó y no lo negó, a diferencia de las películas, series y novelas, ella no se enamoró de él, en ningún momento sintió algo, le causó mucho daño porque mi niño si la quería ―añade con tristeza.
Con lo que me dice vuelvo a comprobar que el amor no existe.
Las películas, series y libros nos venden que cuando te apuestan ambos terminan enamorados y considero que es muy estúpido quedarte con la persona que solo te apostó, según con el tiempo y la convivencia terminan amándose, pero en el mundo real, yo no me quedaría con esa persona, sería una falta de respeto hacia mí.
¿Tú te quedarías con la persona que solo te vio como un juego?
—Te pido discreción con esto que te acabo de contar―asiento ―cuando los vi entrar juntos, se me ocurrió decir que eran novios.
—¿Sabe que con esto podríamos hacer un libro? —asiente y en ese momento pienso en escribir una historia y subirla a una de esas plataformas, quien quita y me hago famosa ―¿Por qué vino si ha hecho tanto daño? —cuestiono confundida —no tiene sentido.
―Pocos saben lo que hizo Eira, mi niño no quiso que nadie se enterara, porque a pesar de todo no quiso arruinar su reputación.
—Que estupidez.
—Pienso igual, pero al final fue su descion no decir nada.
—¿Y por eso tiene que soportarla aquí?
—Tambien es la mejor amiga de la novia.
Eso explica mucho.
―Señora yo...
―Me llamo Venecia, pero me puedes decir abuela ―sonrío incómoda, creo que eso es mucha confianza ―te pido que no desmientas lo que dije, por favor.
―No le prometo nada.
―Renata, por favor, yo sé que lo que hice no estuvo bien, pero por las personas que quieres eres capaz de hacer todo para que no sufran.
En eso tiene razón, cuando quieres a alguien haces todo para que sea feliz, cuando lo lastiman es como si te lastimaran a ti.
Al menos es lo que he escuchado de mis padres y abuelos, porque nunca lo he experimentado.
Hay veces que siento que no se querer a las personas, ni siquiera a mi familia y no sé si eso tiene que ver con algún trauma, que lo más probable es que sí, ya que todo tiene que ver con traumas de la infancia.
—No la entiendo, ¿cuál es su necedad de decir que somos novios? ¿Qué es lo que gana?
—Eira piensa que él no la supera, le juró y perjuró que jamás encontraría a alguien, quiero que se trague sus palabras.
―Voy a ayudarla, primero, por su nieto, lo que ella le hizo no sé hace y segundo porque me parece divertido.
―Gracias ―me vuelve a tomar del brazo ―vamos a la mesa ―asiento y empezamos a caminar ―¿Qué carrera estudias?
—¿Carrera? ―pregunto confundida y ella asiente ―creo que está confundida.
―Regresamos ―dice cuando estamos frente a la mesa, el Emperador y otros dos hombres que están ahí se ponen de pie ―tú toma asiento junto a tu novio.