Hermosa Irreverente

《Pídele una disculpa》

Cap 13

Emperador

Al terminar las clases, voy a mi departamento y comeinzo a revisar algunos pendientes de mi restaurante y de inmediato me acuerdo que debo cancelar la reservacion, tomo mi celular y marco de inmediato, pensaba en llevar a Renata a comer, pero como no le pregunté con anticipación, ella hizo planes.

Suelto un suspiro al darme cuanta que tengo que ir a aclarar un asunto al banco, esta semana he marcado en varias ocasiones y no consiguen darme respuesta, tomo los papeles que me pueden solicitar y me subo a mi auto, opto por ir a la sucursal que esta en una plaza.

Sino fuera porque Renata no me aceptó la salida ahorita estaríamos comiendo los dos algo rico, pero en ese caso estoy aquí, en el banco, aclarando algo.

Vaya plan que me cargo.

Termino de aclarar el error del banco, y antes de irme decido ir a comprar un café, estoy por entrar a la cafetería pero me detengo al ver a Rodrigo, al notar mi presencia se levanta de su asiento.

Me sorprende encontrármelo aquí, creí que estaba fuera del país.

―¿Cómo estás? ―pregunta cuando está frente a mi.
―Bien, gracias.
―Me alegro, ¿qué haces por aqui? ¿Tienes una cita con alguien?

—Su hija me dijo que no, así que mis planes fueron venir al banco.

—Primero está su padre, ¿no crees? —lo miro confundido, no logro entender sus palabras —Bueno, me dio gusto verte.

―Arquitecto, que bueno encontrarlo por aquí —añado a modo de despedida mientras estrechamos nuestras manos.
―Nos conocemos de hace años ―me recuerda y asiento, él me conoce desde que era pequeño.

―Tienes razón, Rodrigo ―sonríe.
Alguien se aclara la garganta, me volteo para ver de quien se trata y me quedo estático.
¿Qué hace Renata aquí?
En ese momento viene a mi memoria la pequeña conversación que tuve con ella.

―Bueno, entonces saliendo de la escuela te invito a comer.
―No puedo, ya tengo planes y no puedo cancelarlos.
¿Cómo no sé me ocurrió pensar que si Rodrigo estaba aquí, su hija también lo estaría? ¿Qué tengo en la cabeza? ¿Manzanas?

Y el hecho de que me haya dicho "Primero está su padre, ¿no crees?" Debió darme alguna pista de que ella estaba aquí.

―¿De dónde conoces a mi papá? ―vuelve a preguntar.
No sé que decirle, no le puedo decir la verdad, no ahora, no es ni el lugar ni el momento, me quedo callado y ella comienza a estresarse al no recibir respuesta.
―Renata, él es... ―empieza a hablar, pero es interrumpido al recibir un mensaje ―bueno ―guarda su celular en su bolsillo ―Amaury es... ―trago saliva.
Solo me queda confiar en él, para que no diga nada que vaya a poner en riesgo todo lo que llevo hasta ahora.
―Permítanme ―se disculpa su padre, saca su celular y empieza a teclear algo mientras se aleja de nosotros.
―¿Y bien? ―no tengo idea de que decir.
«Piensa, piensa, piensa»
Me quedo callado sin decir nada, mi cerebro está como dormido, no puede inventarse nada y eso me enoja, yo que me inventado todo esto, no puedo inventar una excusa, esto es patético.
―Te hice una pregunta ―sus ojos se clavan en los míos ―no me digas que aparte de Idiota eres sordo.
―¡Renata! ―levanta la voz su padre ―¿Por qué le hablas así? ―cuestiona un poco molesto, podría decir que Renata está sorprendida pero no es así, actúa como si nada.
―Este es un asunto entre él y yo ―comenta de lo más tranquila ―así que no te metas.
―En este momento le pides una disculpa ―sus ojos se abren en su máximo esplendor al escuchar a su padre.
―¡¿Que?!
―Lo que escuchaste o acaso tú también tienes problemas auditivos ―la mira esperando a que se disculpe, pero su hija solo se queda callada ―te pido que te apresures, porque tengo que recoger a tu hermana de casa de su amiga ―explica mientras toma asiento.

—No lo voy a hacer.

—De aquí no te vas hasta que le ofrezcas una disculpa.

―No es necesario ―intervengo rápidamente, no voy a ponerla en esa situación ―Rodrigo, no es necesario, no pasa nada.
―Claro que pasa ―comenta de inmediato ―te escucho ―le dice a su hija.

—Él ya dijo que no, así que le tomo la palabra.

—Renata, te vas a disculpar, porque la forma en la que le hablaste no estuvo bien y lo sabes —mira a su padre mal y se gira en mi dirección.
―Amaury, yo... —el celular de Rodrigo suena interrumpiendo las palabras de su hija, cuelga la llamada, pero vuelven a insistir —¿Qué esperas para contestar? Tu trabajo siempre es prioridad y lo pones siempre por encima de tu familia.

—Sabes que eso no es verdad.

—Pues no tengo muchos recuerdos contigo —los ojos de su padre se cristalizan y los míos también —por más que busco en mi memoria no tengo más de 5 recuerdos contigo, tu trabajo es más importante que yo.

—Lo mejor es que nos vayamos a casa.

—¿No que querias que le pidiera una discula y sino no me iba de aqui?

—Así es, pero no lo vas a hacer y solo estamos perdiendo el tiempo, porque no sabes reconocer tus errores.

―Si mamá estuviera aquí...

―Si tu madre estuviera aquí, te pediría que te disculparas y lo sabes ―se queda callada —mejor vamonos.

—Hiciste tanto drama para que al final no pidiera la dichosa disculpa.

—No es un drama, Renata. ¿Sabes por qué lo hago?

—No.

―¿A ti te gustaría que yo te dijera idiota o te insultara cada que haces o dices algo con lo que no estoy de acuerdo?

―Por su puesto que no.
―Lo ves. ¿Por qué él tiene que tolerar tus groserías?
―Porque es diferente.
―No lo es, es una falta de respeto, yo no lo voy a tolerar y menos con él.

—¿Menos con él? —pregunta sin intender muy bien —¿Quién es realmente él que lo defiendes tanto? Es como si... —me mira con sorpresa y luego a su papá —¿Acaso es tu hijo? ―levanto mis cejas ante la sorpresa que me causa su pregunta ―¿Por eso lo defiendes? ¿Engañaste a mamá?
―No puedo creer que pienses eso de mí.
―¡¿Y que quieres que piense?!



#2280 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romace, amor

Editado: 23.04.2025

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