Hermosa Irreverente

《El reencuentro》

Cap 32

Renata

No pensé que me encontraría arreglandome para ir a un evento como este, el Emperador dice que mis padres suelen asistir a menudo y eso es algo que yo no sabía, me resuelta extraño pensar que mis padres conviven con este tipo de personas, 

No es por creerle a las películas, pero en ese tipo de lugares las personas te ven mal por no tener miles de empresas y ser multimillonario, y según yo, mis padres tienen dinero, pero no como ellos, eso ya es otro nivel, así que me resulta extraño que acudan a ese tipo de eventos.

Niego y me concentro en ver los tres vestidos blancos que tengo encima de la cama, doy gracias a Dios de que Amaury y yo tengamos más tiempo para arreglarnos, porque Alessia y Thomas se tuvieron que ir hace un par de horas, al ser los encargados tienen que estar ahí desde temprano.

Veo a Mau salir del baño, tiene una toalla blanca enredada en su cintura y con otra más pequeña está secando su cabello.

Paso a su lado y entro al baño, me doy cuenta que esto es muy moderno para mí,  luego de un par de minutos logro saber como se usa y dejo que el agua caliente comience a caer en mi cuerpo.

—Ayer nos interrumpieron, pero hoy no —susurra en mi oído.

—¿Qué haces aquí? —niego al escuchar la pregunta que hice —Mau...

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Decido darme la vuelta para estar de frente, pega su cuerpo al mío, arrinconándome contra la pared.

—¿Quieres que me vaya? 

—No —sonrie ante mi respuesta.

—¿Qué quieres que te haga? 

—Sorprendeme.

—Haces que pierda la cabeza, Renata —apoya su frente en la mía —te juro que eres todo lo que deseo en mi vida, no busco nada más, pero a veces no se como llegar a ti...

—Mau, ya has llegado —susurro cerca de su boca.

Acorto la poca distancia que nos separa para besarlo  y rodeo su cuerpo con mis brazos, le muerdo el labio inferior mientras deslizo  mis manos por los muslos de su espalda.

El beso se torna más profundo y desesperado, mientras nuestras lenguas se acarician con lentitud.

—Levanta los brazos —me pide y eso hago, los coloco contra la pared.

Comienza a besar mi cuello y lentamente va descendiendo.

Solo con tocarme siento todo mi cuerpo estremecerse, lo deseo de todas las maneras posibles en las que se puede desear a alguien.

Se acerca y me besa sin dejar de tocarme, me pego más a él. Noto el tacto húmedo y delicioso  de su lengua trazando círculos sobre mi piel.

—Amaury... —gimo su nombre.

Me acomodo un poco, ansiosa por sentirlo dentro de mí, intento hacer un esfuerzo para mantenerme de pie cuando sus manos se aferran a mi trasero.

Su miembro presiona el punto exacto que necesito aliviar, pero no entra, tan solo se queda allí, quieto, rodeando con un brazo mi cintura y respirando contra mi cuello.

—Mau,  ¿te piensas quedar así? —pregunto desconcertada.

¿Qué está haciendo?

Mejor dicho que no está haciendo, ¿A caso solo quiere dejarme con las ganas?

—¿Qué pasa? ¿Por qué...?

—No quiero que tengamos solo sexo, quiero que esto vaya más allá, no me veas solo como la "necesidad de tu cuerpo" quiero estar dentro de ti, pero de todas las formas posibles, para mí esto no es solo para pasar el rato, lo eres todo mi hermosa Irreverente.

—¿No pudiste elegir otro momento para ponerte sentimental? —una sonrisa se dibuja en sus labios —¿Podemos discutirlo en otro momento? Ahora solo quiero que estés dentro de mi.

—Qué poco romántica...

—Mira, Mau, siento algo por ti, pero no sé como describirlo, cuando estás cerca se me acelera el corazón, eso puede tener una explicación, problemas cardíacos —emboza media sonrisa —pero... tengo la estúpida necesidad de verte, de hablar, de salir juntos, de tomarte de la mano y hacer ese tipo de cosas, pero me aterra sentir,  no quiero que me lastimes y yo sé que es parte de la vida, pero...

—No lo voy a hacer, pregunta porque.

—¿Por qué?

—porque me importas, es algo que va más allá de las palabras.

Acorto la poca distancia y lo beso, no quiero hablar, no ahora.

Miro sus ojos y me sorprendo al ver que brillan más que nunca.

—Eres mi Ranita y no pensé sentir esto, sé que somos diferentes.

—Mucho.

—A ti te faltan como diez mil tornillos y yo soy más sensato —estoy por decir algo pero él lo impide —niégamelo...

—Te lo niego.

—Renata Symanski, te quiero en todo lo que abarca esa palabra.

Una sensación estremecedora me recorre, siento mi corazón encogerse ante sus palabras.

—También te quiero.

Ni siquiera estoy segura de aquellas palabras.

Lo quiero, claro que sí, pero no se si de la forma en que él me quiere a mí, no es...

Mis pensamientos son interrumpidos, cuando él resbala dentro de mi, preciso y profundo.

—Emperador....

Nuestros cuerpos encajan juntos a la perfección y eso me aterra. 

Amaury comienza a moverse lentamente en mi interior, las oleadas de placer se empiezan a hacer presentes.

Intento acariciar su espalda para controlar el ritmo de sus embestidas, cada vez va más rápido, más desesperado.

Siento mi cuerpo sacudirse cundo empieza a salir y entrar completamente, un grito sofocado escapa por mi garganta y mis piernas comienzan a temblar hasta mi sexo, envolviéndolo en placer, agradezco que me este sujetando de la cintura porque si no habría caído al piso.

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💌
 

Nos encontramos dentro del evento, todas las mujeres vienen con vestido blanco y los hombres con smoking negro, al parecer la invitación decía claramente  con que color venir, sin mentir puedo decir que todos los invitados parecemos sacados de una película donde va a suceder una tragedia.

Pero dejando eso de lado, el lugar es bonito y creo que es porque es una mansión, las mesas son redondas y altas,  y no hablemos de la  iluminación, de hecho es lo que más me sorprende.



#16033 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romace, amor

Editado: 28.08.2023

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