Hermosa oscuridad

Capítulo 5

Christopher.

En el silencio de la noche, dentro de la oscuridad que envuelve la habitación donde me encuentro junto a Jess y Connie, me permito reflexionar sobre todo lo que he vivido en estas dos últimas semanas. Las cosas empeoran, es lo que puedo decir con certeza ahora. El mundo ya no es lo que era antes.

Este ahora se ha vuelto lóbrego y peligroso, donde la oscuridad parece haberse apoderado de todo. La tensión es palpable y el miedo se respira en cada rincón. Lo que más me preocupa es ver cómo los humanos están siendo corrompidos por su propia locura.

Recuerdo hace veinte años, cuando fuí testigo del poder de la sugestión. Lo viví en carne propia y sentí que me moría ante la nueva realidad que se desplegaba ante mí. Llegué a creer que no sería capaz de soportarlo, pero era mi verdad cómo Destello. Fue entonces cuando comencé a buscar fuerza para no dejarme llevar por la paranoia y mis propios demonios.

Tuve que luchar para superar mis temores y aceptar la realidad. Pero lo que está sucediendo ahora es diferente. La verdad revelada a los humanos ha sido abrumadora, especialmente para aquellos que se consideraban escépticos. Se rompieron reglas importantes y se impuso algo a la fuerza, cambiando todo lo que siempre habían creído.

El mundo no lo soportó y ahora están haciendo un desastre, temiendo que el infierno sea real y esté a punto de llegar. Sin embargo, son ellos mismos quienes están ocasionando este infierno con su propio miedo y sus propios demonios, liberándolos con su tortura de dudas e incertidumbre.

Belia los descontroló...

No tengo idea de qué podemos hacer para solucionar algo así. Este es el peor error que se ha cometido en siglos. Me matan las ansias, pues estoy preocupado por lo que planea hacer Koran con Adela.

¿Qué es lo que estará ocurriendo ahora con ellos? ¿A qué clase de entrenamiento la someterá? ¿Ya habían encontrado una solución?

Sé que Koran ha dicho que necesitaría tiempo para prepararla a ella y al don que posee, y que según él, servirá para arreglarlo todo. Sin embargo, sigo siendo torturado por el monstruo de la duda. No recibí más explicación del cómo ni del qué se trataba ese maravilloso poder que nos ayudaría a salvar al mundo.

¿Qué es eso que posee Adela en realidad? ¿De verdad será tan poderoso cómo Koran ha presumido que es? ¿Cómo se supone que este nos ayudará?

Sea lo que sea, ya estoy impaciente por saberlo, por verlo. Me da miedo dejar pasar el tiempo sin que nosotros podamos hacer algo, me da miedo ver cómo la situación empeora con el pasar del tiempo. Temo que los humanos sean consumidos por completo por su oscuridad y que, cuando queramos actuar, ya sea muy tarde.

<<Por favor, Koran... dense prisa. Por favor...>>

Cada día es tan agobiante.

Las personas han empezado a destruir cada vivienda que encuentran en busca de alimentos o medicinas. He sido testigo de cómo los humanos pelean entre ellos hasta morir... y solo para conseguir un poco de comida. Hace días intentaron ingresar al edificio en el que ahora residimos, pero entre Milton y yo logramos alejarlos.

Me jodió tener que haber recurrido a eso, pues, a pesar de sus intenciones, en ellos no pude ver más que solo las sombras del miedo y de la desesperación. Los sujetos solo buscaban comida, pero no podía permitir que nos quitaran la poca que, gracias al don de Gema en encontrar las cosas que necesita, pudimos obtener.

Milton, Abby y yo podemos sobrevivir sin ella, el ser Anónimos nos da la resistencia para soportar la falta de alimento durante meses si es posible. Sin embargo, Jess, Connie y Gema son quienes obviamente lo necesitan de verdad. Por ellas es por quienes hemos tenido que salir a buscar. Por ellas es por lo que siento tanto miedo ahora, y más por Gema.

El resplandor de la señora... cada día luce más apagado. Su Destello ha perdido potencia o eso es lo que al menos Abby, Milton y yo hemos logrado ver en estos últimos días. Ahora esa fuerza y esa hermosa luz que irradiaba ha sido reemplazada por una sombra de preocupación y de depresión.

La veo, la siento cada vez que estoy cerca de ella. La otra noche la escuché llorar en su habitación, no pude evitar intervenir, pues sabía que entre todos ella es la que se encuentra más afectada por esta situación de mierda que ahora cubre al mundo.

Cuando entré a su cuarto, la encontré sentada en su cama, sosteniendo una fotografía enmarcada. Ella de inmediato me explicó que se trataba de sus padres y que los extrañaba. Que extrañaba estar con ellos de nuevo... El nudo en mi garganta se formó cuando me sacó el tema del otro día, cuando me volvió a suplicar... que tomara su energía.

"—Por favor, cariño... Todos aquí sabemos que yo ya no tengo muchas esperanzas. ¿Para qué seguirnos engañando?

—Gema, le suplico que deje de pensar en eso. Por favor...— le supliqué, tomando su mano con la mía—. Me consta que siempre ha sido una mujer fuerte... Sé que lo que está pasando ahora es difícil, sé que tiene miedo... pero no todo está perdido.

—Para mí sí, querido— suelta con un tono débil que pronto me hace sentir impotente—. Cada día siento a mi corazón más débil. Este pronto se detendrá, de eso no tengo duda. Él ya no está soportando tanto desastre.

—Sé que es demasiado... pero le suplico que haga un esfuerzo, por favor... No se rinda aún.

—Estoy cansada, cariño. Tal vez te he hecho creer que es por cobardía, qué quiero dejarlo así por cómo están las cosas en el mundo ahora, pero no es eso...

La escucho suspirar y después la miro desviar su mirada a la fotografía que ahora descansa sobre su mesita de noche. La manera en que la observa... me hace sentir de pronto al punto del quiebre, pues no es más que tristeza y anhelo lo que veo brillar de su mirada cansada.

—La verdad... es que así lo siento, que está apunto de acabarse todo para mí y sinceramente ya me siento ansiosa por ello.




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