Hermosa oscuridad

Capitulo 28

Christopher.

Me detuve, jadeando más por la ansiedad que me consumía que por el esfuerzo de haber corrido hasta el callejón en el que ahora nos encontrábamos. Connie se aferraba a mi mano; su rostro seguía pálido, marcado por el miedo. Milton y Abigail se detuvieron a nuestro lado, con los ojos atentos, escaneando cada sombra en busca de peligro. Parecía que, al fin, nos habíamos alejado lo suficiente.

El callejón era estrecho y oscuro, los edificios se cerraban sobre nosotros como una trampa. Y aun así, por ahora, era nuestro refugio. Sin embargo, ni siquiera ahí podíamos escapar del eco de la batalla. Lía seguía luchando contra los Anónimos; su poder se desataba en explosiones que hacían retumbar el aire a nuestro alrededor.

El caos me ponía tenso, incómodo, pero al menos estábamos vivos.

Connie se acercó, devolviéndome al aquí de golpe.

—¿Qué pasó, Chris? ¿Por qué esa criatura… decidió ayudarnos?

No supe qué contestarle. Yo tampoco lo entendía. Lía siempre había sido un ser peligroso y enigmático, alguien en quien jamás había confiado del todo. Y, aun así, ahora había decidido venir a ayudarnos.

¿Por qué?

La misma pregunta me carcomía por dentro.

Un suspiro de Milton atrajo nuestra atención. Estaba cubierto de rasguños, pero nada grave. Me incliné hacia él para revisarlo; aunque se veía sorprendido, no me apartó. Al confirmar que estaba fuera de peligro, apreté su hombro con fuerza.

—Me diste el peor susto, idiota.

—Chris, amigo, yo… —titubeó.

—Dime lo que pasó. No tienes idea de lo paranoico que me puse cuando recibí tu mensaje y sentí que tú… —

—Lo sé, y lo siento —me interrumpió de inmediato, con tono desesperado—. No era mi intención angustiarte más de lo que ya estabas. Solo quería advertirte sobre la demanda del Guardián. Tenía que ponerlos al tanto de alguna manera, aunque supiera que eso te preocuparía.

—Y el que terminó arriesgándose fuiste tú —mascullé, tallándome la frente. Mi mirada fue a dar a Abby, que me observaba con cautela desde su sitio. Me atreví a soltar la pregunta que me quemaba—: Y tú… ¿también decidiste salir de la granja con él, a pesar de todas las advertencias?

Ella negó débilmente.

—No, Chris. No culpes a Milton. Yo… lo seguí a escondidas. Nos encontramos después. Él ni siquiera sabía que yo…—

—¿Qué? ¿Es en serio? ¿Cómo pudiste arriesgarte así? ¡Abigail, les pedí claramente que se quedaran ahí por si…!—

—Lo sabemos —saltó Milton antes de que pudiera seguir recriminando, su voz cargada de desesperación—. Pero todos nos preocupamos al recibir ese mensaje del Guardián. Queríamos encontrarlos para advertirles… y también por si Koran ya había llegado con ustedes.

Se pasó una mano por el rostro y suspiró, agotado.

—Fue por eso que vine hasta aquí. Pero cuando intenté contactarte, unos Anónimos me atacaron. Me reconocieron como uno de los hombres de Koran. No eran sargentos, solo soldados rasos, pero aun así… no me habría liberado de ellos si Abigail no hubiera aparecido para ayudarme. No sabía que me había seguido, pero llegó a tiempo.

Mis ojos fueron hacia ella. Abby desvió la mirada y se encogió de hombros.

—No podía dejar que él viniera solo —murmuró, aún sin atreverse a mirarme directamente—. Además… también quería encontrarlos a ustedes. Pude curar sus heridas con los métodos que me enseñaste antes, ¿recuerdas?

Asentí, sintiendo cómo algo dentro de mí se contraía.

Guardé silencio un momento, procesando lo que ambos habían dicho. Estaba sorprendido por Abby, y mi opinión sobre ella comenzaba a cambiar.

Cuando se metió con Connie me dolió profundamente, sentí que había traicionado nuestra amistad. Nunca entendí por qué había reaccionado de esa manera contra ella. Pero ahora, al escuchar su explicación, me daba cuenta de que Abigail solo había querido proteger a Milton, arriesgando incluso su propia vida para salvarlo.

Y ahora… también para salvarnos a nosotros.

La miré, pero ella seguía evitando mis ojos.

Me acerqué a los dos, tratando de controlar la emoción que me invadía. No quería regañarlos por haberse arriesgado, pero tampoco podía permitir que creyeran que estaba bien exponerse de esa forma.

—Chicos… —comencé, buscando las palabras adecuadas—. Estoy agradecido por lo que hicieron, por cómo arriesgaron todo para ayudarnos. Pero eso era lo último que quería que pasara.

En sus ojos ví preocupación, pero también esa determinación y valentía que los definía. Sabía que, en situaciones como esta, nunca se detendrían.

—No tenían que hacerlo. No tenían que haberse arriesgado así. No tengo cómo pagarles… pero, por favor, que sea la última vez. No es su deber seguir cargando con esto.

—Estamos metidos en esto, te guste o no, Chris —replicó Milton, con seriedad—. Ya no podemos dar marcha atrás. Estamos demasiado implicados por estar contigo y con Koran. Además… no íbamos a quedarnos de brazos cruzados mientras ustedes se…—

—Nosotros somos los que debemos enfrentarlos —lo interrumpí, mi voz dura—. Milton, no es que no les agradezca, pero dime… ¿qué hubiera pasado si Abigail no llegaba a tiempo para salvarte de esos Anónimos? —él guardó silencio y bajó la mirada—. Lo que hizo Abby fue muy valiente, sí, pero corriste con suerte. No quiero que confíen en eso. Y no es porque no crea en ustedes, sino porque ya es suficiente con que Emmett esté metido en todo esto. Ahora… —suspiré, reuniendo valor— ahora ni siquiera sé qué ha pasado con él.

—¡¿Qué?! —exclamaron al mismo tiempo. Giré hacia Connie; ella solo me miró con angustia.

Tragué saliva antes de decirles:—No he tenido señales de Emmett en días. Desde que recibió el mensaje del Guardián, él…—

—Espera, ¿entonces ya sabían antes de que yo los advirtiera? —interrumpió Milton. Asentí, y él se desesperó más—. Maldición… entonces llegué tarde.

—No, no te culpes —respondí con firmeza—. Ya sabíamos que podía tratarse de una trampa, pero aun así Emmett decidió ir. Tratamos de detenerlo, pero insistió en que sería más sospechoso no presentarse. Dijo que así el Guardián confirmaría su alianza con nosotros. Créeme, ni siquiera te habría escuchado a ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.