Hermosa oscuridad

Capítulo 32

Christopher.

Sentí cómo todo dentro y fuera de mí se paralizó. Las palabras de Lía me habían golpeado bruscamente cómo un bloque de hielo, y, después de varios segundos de tenso silencio, intenté decir algo, pero mi habla se volvió a ir cuando ví a Connie salir de la cabaña. Ahora nos miraba con una expresión de confusión y terror. Sus ojos se posaron en Lía, que estaba de pie frente a mí, y su rostro se puso pálido de miedo.

No dijo nada, solo se quedó allí, con los ojos fijos en Lía, como si estuviera paralizada también. Me sentí un poco alarmado por su reacción, y rápidamente me acerqué a ella para tratar de calmarla.

— Connie, tranquila, no hay peligro— , dije, intentando mantener mi voz calmada y tranquilizadora—. Lía... sólo ha venido a...—

Pero Connie no parecía escucharme. Siguió mirando a Lía con una expresión de miedo y desconfianza. Sabía que debía mantener la calma. Me acerqué un poco más a Connie y la tomé de la mano, intentando enfocarla en mí. Estaba temblando incluso.

— Connie, amor, mírame — dije, tomando su mejilla con mi mano, guiando su mirada hacia mí —. No pasa nada. Ella no...—

— Chris... Ella es...—

— Lo sé, pero escucha. Ha prometido no querer hacer daño.

Lentamente, Connie desvió su mirada de Lía hacia mí. Me miró con una expresión de confusión y miedo, y yo le sonreí para tratar de calmarla.

— Está bien— , dije—. Lía solo quiere hablar con nosotros.

Connie asintió lentamente con la cabeza, y yo la ayudé a colocarse junto a mí. Lía nos miró con una sonrisa extraña después, pero no le dí mucha importancia a eso.

— Oh, pobrecita— , dijo con un tono sarcástico, sin dejar de mirar a Connie con una extraña diversión en sus ojos oscuros—. ¿Tan asustada estás de mí? ¿Crees que voy a devorarte viva? Por favor, si eso no era lo mío.

Connie se puso tensa, pero Lía continuó hablando con un tono de burla.

— No te preocupes, querida. No estoy aquí para hacerte daño. Al menos, no todavía.

Estaba empezando a frustrarme con el tono de Lía, pero sabía que ella era un demonio y que su naturaleza era así. Sin embargo, también sabía que ella había cambiado un poco desde que Evan decidió hacer lo que hizo, y que ahora parecía estar más enfocada en ayudarnos que en hacer daño.

Lía se detuvo frente a Connie y la miró con una expresión seria.

— Escucha, niña. Sé que tienes miedo de mí, y es normal. Pero te prometo que no te haré daño. Eso no es lo que realmente me interesa, menos con alguien cómo tú. Ya perdiste tu chispa al parecer.

Connie me miró, y luego volvió a mirar a Lía. Todavía había una gran cantidad de miedo en sus ojos. Miré mal a Lía para que se detuviera, pero ella sólo sonrió con cinismo.

— Vamos. Deja de verme así. Es algo extraño. Y también me sorprende. Nunca esperé ver a la que se supone que es Lamia temiendo de esta manera.

— Yo... no soy ella.

— Descuida. Ya me he dado cuenta de eso— Lía responde, mirándola de arriba a abajo. Le advierto de nuevo con la mirada y ella sólo se encoge de hombros.

— Ya basta de esto. Si quieres que confiemos en ti, entonces ponte seria — dije, intentando mantener mi voz calmada—. No necesitamos tus juegos. ¿Qué has venido a decirnos?

Lía me miró con una sonrisa leve, pero no pareció tomarse a pecho mi advertencia. En cambio, se encogió de hombros y dijo:—Tienes razón, Chris. Lo siento. Me dejé llevar un poco. Es que de verdad es sorprendente.

Ella soltó una risa que me hizo sentir más frustrado.

Se detuvo un momento después de burlarse, como si estuviera recopilando sus pensamientos. Luego, continuó hablando con una voz más seria.

— Está bien, me calmo. He venido a hablar con ustedes sobre algo importante.

Me sentí un poco intrigado, y Connie también parecía estar atenta. Lía continuó hablando, eligiendo sus palabras con cuidado.

— Christopher... El Guardián ha capturado a... Evan.

Sentí un golpe en el estómago al escuchar las palabras de Lía.

Ella me miró con una expresión de cautela, cómo si supiera que la noticia me afectaría. Pero no dijo nada más, solo se quedó allí, esperando a que yo procesara la información, pero aún no podía. La noticia de que el Guardián había capturado a Evan me dejó sin aliento. Me sentí como si estuviera en un sueño, como si todo esto fuera una pesadilla que pronto se desvanecería.

— ¿Qué....? Pero... ¿Cómo pasó?

— Chris...

— ¡¿Cómo pasó?! ¡¿Qué ocurrió en realidad, Lía?! ¡Habla!— solté en un grito que pareció afectarla.

— Y-yo... No lo sé, pero recuerda que el Guardián lo ha estado buscando también, cómo a ustedes.

Un escalofrío recorrió mi espalda después de comprender y recordar esa verdad. El Guardián estaría también detrás de él, con mucha más razón después de lo que hizo al seguir a Lia y, para el colmo, convertirse en un Oscuro cómo ella. Lo hizo obviamente por ciertas razones que, aunque él y los demás conocieran, seguirían culpandolo de traidor.

Esto era grave...

Esto... ya se había puesto peor.

Miré a Lía, y luego a Connie.

— Lía... si el Guardián fue capaz de...—

— Él sigue vivo, Christopher. Lo sé, lo siento por lo que nos une ahora. — interrumpe ella de inmediato, con voz desesperada. Eso me hace mirarla con sorpresa, pues de verdad se está mostrando preocupada por él —. Yo... lo sé. Pero se siente débil, casi apagado. Tenemos que hacer algo. Sé que aún podemos hacerlo...

Lía me miró con una nueva emoción, una que no me ayudaba a reconocer al ser oscuro que en realidad era.

— Christopher... decidí ayudarlos a escapar de los guerreros Anónimos porque sé que no te opondrás a esto que vengo a proponerte.

— Lía...

— Necesito de ustedes ahora. Sólo ustedes pueden guiarme para encontrarlo en el refugio del Guardian y...—

— Lía, escucha, esto me ha preocupado tanto cómo a tí, pero... ¿Nosotros cómo podríamos hacerlo sin que el Guardián nos...?—




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.