Hermosa oscuridad

Capitulo 36

Connie.

Me senté en silencio, rodeada de la tranquilidad de la noche. La luna llena iluminaba el bosque, creando un ambiente mágico y sereno. Connor y Adela estaban sentados a mi lado, pero no necesitábamos hablar. La compañía era suficiente. Tenerlos de nuevo junto a mí... era más que suficiente.

Mi mente comenzó a reflexionar sobre todo lo que había pasado. Recordé la oscuridad y el miedo que había sentido cuando estaba encarcelada. Recordé la sensación de desesperanza y la creencia de que nunca más sería libre, y no solo de ese lugar, si no de mi propio infierno interno, pues ese infierno me hacía ver que todo estaba ya más que perdido.

Condenado.

Anoche tuve la oportunidad de hablar de muchas cosas con ellos. Me quebré y desahogué de una forma en la que nunca lo había hecho, contándoles todo lo que había pasado desde que empecé a ser acechada por la bruja de Emily Jones hasta la ocasión en la que Chris me encontró de nuevo en el refugio al cual yo había ido a parar. Recordé la sensación de liberación que había sentido al compartir todo eso con ellos, y la forma en que ambos me habían escuchado con más que comprensión.

La noche era tranquila y serena, y me sentí en paz. La oscuridad del pasado comenzaba a desvanecerse, reemplazada por la luz y la esperanza que ahora sentía gracias al apoyo y a la presencia de mis amigos aquí, pero también me sentía preocupada de que ellos estuvieran involucrandose en todo esto ahora.

La luna continuó brillando en el cielo, y yo seguí disfrutando de la tranquilidad de la noche y la compañía de mis amigos. Me encontraba sentada afuera de la cabaña, Connor y Adela estaban sentados a mi lado, y juntos disfrutábamos del aire fresco y limpio de la reserva. El sonido de los grillos y los pájaros nocturnos llenaba el aire, creando una melodía suave y relajante.

La cabaña detrás de nosotros estaba en silencio, excepto por el ocasional crujido de la madera vieja. El viento susurraba suavemente a través de las hojas de los árboles, creando un sonido que era casi como un susurro.

Adela y Connor se movieron un poco, como si estuvieran tratando de encontrar las palabras adecuadas para hacerme más preguntas. Ya les había contado todo lo que había vivido en el Oscuro Paraíso, a excepción de lo que pasó con Marín, aún no me sentía con el valor para revelar lo que había pasado con ella. Hasta ahora ellos habían escuchado todo lo demás con atención, también se habían mostrado cautelosos. Sin embargo aún podía percibir cierta curiosidad en ambos.

— Me hubiese gustado quedarme después de que despertaste de ese coma. — soltó de pronto Adela y al mirarla ella tenía su vista puesta en el frente. La escuché suspirar después —. Todo fue un caos. Koran estaba apurado por qué nos fuéramos y ya no tuve tiempo de...—

— Tranquila. Yo... Lo entiendo. — le respondo y después desvío mi mirada de ella—. También hubiese querido tener a alguien conocido cerca de mí. Fue...— solté una risa que pareció llamar la atención de ella y de Connor después —. Fue... extraño lo que viví al despertar y verme rodeada de todos esos chicos... extraños.

— Lo comprendo. — suelta ella con una risa también.

Connor me mira por un momento y después pregunta;— Oye... ¿Y cómo fue?

— ¿De qué hablas?

— Tú sabes— lo veo encogerse de hombros, luciendo algo inseguro. Mira a Adela y después regresa sus ojos a mí —. Tú... ¿Cómo te sentiste cuando te diste cuenta que al despertar... ya no estabas en ese horrible lugar?

Tragué grueso y después traté de armarme de valor para recordar eso.

— Fue... cómo recibir un golpe, no lo sé... No lo creía posible, pensé que estaba soñando, hasta que me encontré con Chris y los demás, y... con la luz del sol— un nudo se creó de dentro de mi garganta al recordar el momento en el que desperté y lo primero que ví fue la luz del sol colándose por las cortinas de ese balcón —. Fue... reconfortante, abrumador. La sensación de... libertad fue... intensa, me hizo sentir débil y emocionada al mismo tiempo. Era mucho por digerir y será algo que nunca olvidaré. Me sentí como si hubiera renacido.

Connor asintió con la cabeza, con expresión seria.

—Fue... Fue como si hubiera visto la luz por primera vez en mi vida. Me sentí renovada.

Aterrada.

Adela y Connor se miraron entre sí, y luego me miraron a mí. Sus ojos estaban llenos de algo que los hacía lucir a punto del quiebre.

— Lo siento mucho, Connie — dijo Adela, su voz llena de sentimiento. La miré , sintiéndome confundida por eso—. Yo pude ver ese lugar, estuve ahí. De verdad era algo horrible, yo...—

— Está bien — la interrumpí, porque de verdad ya sonaba afectada—. Yo... estoy bien ahora.

Connor despues me estrujó del hombro.

— Estás libre ahora. Y estás con nosotros. No estás sola. Nunca más lo estarás, colibrí.

— Sí. Cuentas con nosotros, no sólo con los chicos Anónimos. Además... sé lo que sentiste estando ahí, créeme que ninguno permitiríamos que de nuevo... —

— Espera... ¿Qué quieres decir? ¿Cómo que sabes lo que sentí estando ahí?

Adela se quedó pensativa por un momento, y luego me miró de nuevo.

— Recuerdas una vez que te hablé de mis sueños contigo. Te conté de uno en dónde te veía en la oscuridad, escuchando tus gritos de auxilio.

Me sentí un poco angustiada y confundida al recordar la conversación que habíamos tenido al respecto. Adela me había advertido que tuviera cuidado, ya que había tenido sueños extraños conmigo en los que me veía sufriendo.

— Sí, lo recuerdo. No olvidaría nada de esa época — dije, tratando de mantener la calma—. Pero no entiendo qué tiene que ver con esto.

Adela se inclinó hacia adelante, aún lucía incómoda.

— Creo que de alguna manera, pude sentir lo que estabas sintiendo después. Creo que pude conectar con ti de alguna manera, incluso estando tan lejos.

Me sentí un poco asombrada por sus palabras.




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