Hermosa oscuridad

Capitulo 40

Connie.

Todos estábamos reunidos en una cabaña que estaba ubicada en un lugar remoto, cerca de las montañas. Era un sitio tranquilo y aislado, rodeado de árboles y rocas. La oscuridad de la noche había caído sobre el lugar, y solo la luz de la luna iluminaba débilmente el entorno. La cabaña en sí era pequeña y rústica, con paredes de madera y un techo inclinado. Una chimenea de piedra se elevaba desde el techo, y una pequeña ventana en la fachada principal dejaba escapar una débil luz.

Koran nos había traído aquí por ese portal por dónde habíamos escapado. Había dicho que era un lugar seguro, un lugar donde podríamos ocultarnos mientras tanto, ya que ya no podíamos regresar a la reserva porque habíamos sido descubiertos ahí.

El caos ya había regresado.

Sentí un nudo en la garganta al recordar cómo habíamos enterrado a Milton cerca de este lugar hace apenas un par de horas. Fue un momento desgarrador para todos, un momento que nunca olvidaría. Recuerdo cómo Koran había cavado la tumba con sus propias manos, cómo Evan había ayudado a sostener el cuerpo de Milton mientras lo bajábamos a la tierra. Recuerdo cómo Christopher había llorado, cómo Abby había tratado de consolarlo. Y recuerdo cómo yo misma me había sentido, como si mi corazón estuviera siendo arrancado de mi pecho, y Connor a mi lado me sostenía con firmeza.

La tumba estaba ubicada en un lugar tranquilo, rodeada de árboles y flores silvestres. Era un lugar hermoso, pero en ese momento, solo parecía un recordatorio de nuestra pérdida. En realidad, no había palabras que pudieran expresar nuestro dolor.

La imagen de su cuerpo siendo enterrado, de la tierra cubriendo su rostro, me perseguía. Me sentí como si estuviera gritando por dentro, pero mi voz estaba ahogada por el dolor y la rabia. ¿Qué sentido tenía todo esto? ¿Por qué había tenido que pasar esto? ¿Por qué de nuevo?

La habitación en la que nos encontrábamos ahora, estaba sumida en un silencio sepulcral. Los chicos Anónimos estaban sentados o acostados, con rostros demacrados y ojos vacíos. Nadie quería hablar, nadie quería moverse. El dolor y la impotencia eran palpables en el aire.

Me sentí perdida, sin saber cómo consolarlos. Sabía que la pérdida de Milton era irreparable, y que nada podría devolverle la vida. Me acerqué a Christopher, quien estaba sentado en un rincón, con la mirada perdida en el vacío. Su rostro estaba demacrado, y sus ojos estaban llenos de dolor. Me senté a su lado, y le tomé la mano, pero él no reaccionó. No me miró, no me habló. Simplemente se quedó ahí, inmóvil.

Me dolía verlo así. Christopher siempre había sido el más fuerte de todos, el que nos había mantenido unidos en momentos difíciles. Pero ahora, parecía realmente mal. Me sentí impotente, sin saber cómo ayudarlo.

Abby estaba acostada en un sofá, con los ojos cerrados. Evan estaba sentado en una silla, con la cabeza entre las manos. Lucía estable, refiriéndome a sus heridas y golpes. Agradecía al cielo al menos por eso. Connor estaba cruzado de brazos, recargado en la pared que estaba frente a mí y Koran estaba de pie, mirando por la ventana, con la espalda hacia nosotros.

Después de que logramos huir del campo de batalla, Koran había ido por Adela al lugar en dónde ella había quedado inconsciente. Ella no ha despertado desde que la trajo él aquí y eso ya me ha preocupado. Sin embargo Koran me había asegurado que estaba bien y que sólo estaba así porque había perdido muchas energías en el entrenamiento y en la creación de los portales para nosotros.

Me quedé sentada al lado de Christopher, sin saber qué hacer. Él seguía en silencio, perdido en su dolor. A pesar de que habíamos estado distanciados últimamente, en ese momento no me importaba. Solo quería estar cerca de él, hacerle saber que estaba ahí para él.

Milton había muerto protegiéndome, y eso me pesaba en la conciencia. Me sentía responsable de su muerte, y no sabía cómo iba a poder vivir con eso. La culpa me estaba consumiendo por dentro, y no sabía cómo hacer que parara.

De nuevo alguien había muerto tratando de protegerme...

De nuevo había pasado esto...

Me sentí abrumada por la culpa y la tristeza. De nuevo, alguien había muerto por tratar de defenderme, por tratar de ayudarme. Sentí como si fuera un imán para la muerte, como si todos los que me rodeaban estuvieran condenados a sufrir. Me pregunté por qué siempre tenía que ser así. Por qué siempre tenía que ser alguien más quien pagara el precio por mi seguridad. Me sentí egoísta y débil, y no sabía cómo iba a poder seguir adelante.

Me miré las manos, y algo dentro de mí me hizo percibir cómo si estuvieran manchadas de sangre. La sangre de Milton, la sangre de todos los que habían muerto por mí antes. De pronto me ví enferma, y no sabía cómo iba a poder seguir viviendo con esa culpa. En ese momento, solo quería desaparecer y que nadie más sufriera por mi culpa. Pero sabía que eso no era posible. La realidad era cruel, y yo tenía que enfrentarla. Era lo menos que podía hacer.

Koran se paseaba por la habitación, su rostro sombrío y preocupado. Se detuvo frente a nosotros y nos miró a cada uno después.

—Sé que es difícil.... —dijo, interrumpiendo aterradoramente con el silencio—. Sé que todo esto... es una verdadera mierda. Pero necesitamos trabajar juntos si queremos sobrevivir a esto. La guerra ya ha iniciado, y no podemos quedarnos quietos. Tenemos que decidir qué hacer ahora. No podemos quedarnos quietos por mucho tiempo. Recuerden lo que sigue pasando allá afuera...

Pero nadie parecía tener la energía para hablar. Solo nos quedamos allí, sentados en silencio.

—Necesitamos hablar de nuestros planes, chicos , por favor— suplicó, al no obtener respuesta de nadie—. Adela y yo tenemos una idea de cómo podemos arreglarlo, pero necesitamos de su ayuda.

Pero nadie parecía dispuesto a hablar. Christopher estaba mirando al suelo, Evan tenía la cabeza entre las manos y Abby ahora estaba sentada con los brazos cruzados, mirando a Koran con una expresión de escepticismo.




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