Christopher
Me desperté de golpe, con un dolor agudo atravesándome la cabeza. Me incorporé lentamente, intentando reconstruir lo que había pasado. De pronto, la memoria me cayó encima, acorralándome, dejándome más desconcertado de lo que ya estaba. Me sentía agotado. Todo el cuerpo me dolía, aunque no era el mismo desgaste que solía sentir después de usar el poder de la sanación.
Miré alrededor, tratando de ubicarme. Estaba en la cabaña, en una de las habitaciones, y había alguien conmigo. Me alivió ver que se trataba de Evan y Ethan.
Estaban bien, y eso me reconfortó un poco, y trajo un poco más al aquí.
—Ethan... cielos, ¿estás bien? —pregunté, preocupado, al recordar todo el desastre con los humanos.
Ethan asintió débilmente para mí, antes de responder;—Sí, estoy bien, Chris, pero esta vez debería ser yo quien pregunte eso. Ya se me había hecho raro que no despertaras.
—¿En serio? ¿Cuánto tiempo estuve...?—
— Sólo unas horas, Chris, pero aun así lucías de la mierda.
Evan fue quien terminó de explicar. Me fijé en él después. También lucía estable y eso me hizo agradecer en mis adentros.
—Evan, ¿qué pasó? ¿Cómo está todo?
Evan se acercó y se sentó en la orilla del colchón en dónde estaba recostado.
—Todo está bien, Chris. Lo que hicieron Adela y tú funcionó.
—¿D-de verdad? ¿Cómo lo corroboraron?
Evan miró a Ethan un instante antes de volver la vista hacia mí. En su expresión había algo de inseguridad, y eso bastó para ponerme nervioso.
—Koran y yo nos quedamos con los humanos hasta que despertaron. Y cuando lo hicieron… lucían diferentes. Estaban desorientados, cómo si no recordaran nada. Y lo más importante... era que ya no vimos oscuridad en ellos. —Me miró con un brillo orgulloso en los ojos—. Adela y tú lo lograron, Chris. De verdad lo hicieron. Fue increíble. Y Adela… ella también es impresionante. Gracias a lo que hicieron, por fin tenemos una solución real. Koran tenía razón.
Tragué grueso y desvié la mirada. No sabía lo que estaba sintiendo. No podía distinguir si era alivio o desesperación, porque si ya habían comprobado que funcionaba… entonces no iban a desistir.
Querrán recurrir a esa alternativa ahora más que nunca. Y al hacerlo… todos la olvidaremos.
Maldición.
La voz entusiasmada de Evan me trajo de nuevo al aquí.
—Ahora tengo mucha fe en esto. Y debo admitirlo... el tonto de Koran cumplió lo que prometió. Habla en serio cuando se trata de ayudarnos. ¿Crees en él ahora?
Me encogí de hombros, esforzándome por mantener mis emociones bajo control.
—Todavía no confío en él del todo, pero acepto que cumplió su promesa de encontrar una solución —dije, antes de sentir cómo la realidad volvía a hundirme—. Sólo que… esta solución me va a cobrar mucho. Posiblemente demasiado. No quiero creerlo aún, pero él y Adela aseguran que… pasará.
Evan miró a Ethan con preocupación, y esa mirada me reveló que algo iba mal. Ocultaban algo, lo percibí de inmediato.
—¿Qué pasa ahora? —pregunté, sintiendo que la inquietud me invadía de nuevo.
Ethan se acercó, tratando de tranquilizarme.
—Chris, tenemos que decirte algo más. Pero por favor… te pido que no pierdas la cabeza.
Eso sólo empeoró mi ansiedad. Su tono, su mirada… todo era una advertencia.
—¿Qué es? ¿Qué ha pasado? —pregunté con firmeza. Ethan y Evan intercambiaron miradas cargadas de preocupación. Algo estaba realmente mal. Sus expresiones lo decían todo—. ¿Qué pasa? ¿Por qué se quedan callados? Chicos, maldición... No estoy para sus misterios.
Ethan se acercó un poco más.
—Chris… necesitamos que te tranquilices primero. Vas a necesitar fuerzas para lo que viene.
—¿Qué es? —pregunté, alzando más la voz—. ¿Pasó algo con Connie?
Ambos se miraron otra vez, y Ethan soltó un suspiro pesado.
—Connie… ya lo sabe.
— ¡¿Qué?! —pregunté, sintiendo cómo todo dentro y fuera de mí se paralizaba—. ¡¿Cómo que ya lo sabe?! ¡¿Hablaron de eso con ella?!
Evan asintió, con la mirada caída.
—Koran… se lo dijo.
La furia me recorrió entero.
— ¡¿Qué significa eso?! ¡¿Por qué no esperaron a que yo…?!—
Evan intentó calmarme, apoyando una mano en mi hombro.
—Chris, ella tenía que saberlo. No había otra forma. Además, fue ella quien suplicó la verdad. Teníamos que darle respuestas por lo que pasó… con Emmett.
No…
Me quedé helado al recordarlo.
Emmett también había recibido el poder.
Y si funcionaba en los humanos…
Oh no.
Evan dijo que funcionó. Entonces también funcionó con él.
No.
Mierda.
Habíamos usado la luz para sanar la herida grave de su cabeza… y ahora… ahora él ya no recordaba a Connie.
—¿Qué? —pregunté, con la voz quebrándose—. ¿Ya lo comprobaron con él también?
Evan asintió, luciendo sombrío.
—Sí, Chris. Lo comprobamos. Los que conocen a Connie la van a olvidar. Y ya pasó con Emmett.
Sentí que el mundo se me desmoronaba.
Sabía que podía pasar, sí… pero escucharlo de Evan, saber que ya era un hecho… fue cómo un golpe directo al pecho.
Entonces era verdad...
Yo también iba a olvidarla.
Sentí que perdía la razón. Cómo si arrancaran otra parte de mí. Cómo si volviera a quedar incompleto.
Las lágrimas me nublaron la vista.
—N-no es justo… No… no puede ser verdad…
Evan se acercó, intentando darme ánimo.
—Chris, lo sé. También me jode. No es justo, no después de todo lo que ustedes dos han pasado —su voz era apenas un susurro—. Pero al menos el problema con esos seres disminuirá… Y ella estará libre.
Sabía que había una posibilidad de que fuera así, de que todo ese infierno de persecución finalmente se detuviera. Pero aun así… tenía miedo.
—Lo sé, pero lo que me mata es no saber qué va a pasar con ella cuando se quede sola… Y yo… —respiré con dificultad, buscando las palabras—. Lo que realmente me hace sentir vivo es estar unido a ella. Ya sea por su Destello, por la parte del alma que compartimos… o simplemente por estar a su lado, tenerla en mi mente, recordarla, recordarle que la amo… amarla. Y ya no tendré ni eso…