Héroe Anónimo

II

Este departamento esta compuesto de seis miembros: el gerente Guillermo Cervantes, Alan Cuevas, Ivett Flores, Erick Estrada, Lulú Hernández y yo… Dialnet García. Por lo pronto sólo somos nosotros, aunque hace unos días comunicaron que harían un rol de entrevistas, quizá a eso se refería Lulú con lo de “carne fresca”. Esta empresa es muy grande y de prestigio, eso lo que escucho todo el tiempo pero como toda empresa tiene sus áreas; por ejemplo, estan los de Finanzas, Administración, Recursos Humanos, Producción, Dirección o Generencia, Ventas y nosotros… Markenting, ajá… nosotros hacemos el trabajito de la promoción de todo lo que queremos vender. Eso me recuerda a como llegue a esta empresa y dejenme decirles que fue muy complicado ser aceptada por eso valoro mi trabajo, toque muchas veces, por mucho tiempo varias puertas de diferentes empresas y organizaciones pero siempre era un “NO”, algunos fueron muy directos y otros ni tanto, ni una llamada, ni un e-mail, nada de nada y me quedaba con ganas de tirar la toalla a cada momento desesperante y frustrante, pero aquí estoy como un miembro más del departamento de Markenting y soy muy afortunada y sobre todo feliz por haberlo logrado; quiero que todo siga como hasta ahora, con mi buena actitud y mi buena convivencia con mis colegas.

—¡Hola!

—Hola, buenos días Alan… ¿Y Erick, viene contigo?—me levanto rápidamente.

—¡Auch! Siento  que se preocupan más por él que por mi, y eso duele—dice con voz drámatica.

—¿Cómo puedes decir eso?—le pregunto toda indignada—eso no es cierto, sólo que siempre viajan juntos, y porque has dicho en varias ocaciones que viven cerca, por ello lo pregunto. Disculpa.

—Mujer hermosa, es broma, no debes dar explicaciones.

—Dialnet siempre es así, exagera algunas veces…

—Disculpa Lulú—comento drámatica y me vuelvo hacia ella—no exagero, sólo digo lo que pienso y siento.

—Shhhh—dice Lulú rápidamente—ahí viene el señor Dante—pasa junto a nosotros y solo nos da un movimiento de cabeza, nosotros le damos los buenos días.

Ya no comento nada más y me vuelvo a sentar, Alan se va a su escritorio y Lulú lo imita, después de unos minutos llegan Erick e Ivett, sólo nos saludamos y todos a su rol cómo todos los días anteriores, hoy no es un día diferentes de otros pero me siento oprimida y muy inquieta y no sé por qué. Pasan varias horas; sacando algunas copias y llevandolas a todos lados de la oficina, me tomo pequeños descansos y tomo jugo o bien café, lo que mejor caiga.

—¿Cansada?

—¡¿Ah?!—me vuelvo toda asustada al escucharlo—ah hombre eres tú…

—¿A quien esperabas?—levanta una ceja.

—A nadie, sólo que me has dado un susto—me llevo la mano al corazón.

—Vaya-ríe con malicía— tu conciencia no esta tranquila, por eso el susto.

—¡¿Qué?! No. Para  nada, mi conciencia esta tranquila, Erick, solo que aún me estoy acostumbrando, ha que las personas me den sustos al hablarme por detrás…—reacciono y se que lo estoy volviendo ha hacer—… disculpa, vuelvo a dar explicaciones, lo siento.

—No te preocupes por eso, en estos seis meses ya me acostumbre a tu manera explicita de ser—sonríe y le sonrío toda apenada.

Aclaro,  Erick es mi compañero de trabajo y un buen amigo pero no me atrae de otra manera y digamos que es bueno escuchandome más que Lulú, algunas veces. Tanto él como Lulú, y yo somos nuevos, que Álan e Ivett ya estaban desde un principio.




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