Salgo de allí lo más rápido que puedo y corro por la avenida por toda la acera, buscando una estación de bus. Es como el maratón de descuento la rapidez con la que voy, evitando ser atropellada por los transeuntes con los que me encuentro a mi paso; llego y hay un grupo de personas esperando el próximo bus, me coloco junto a una mujer y una niña, que esta última hace una bomba con su goma de mascar, me pongo impaciente y veo mi reloj de pulsera y doy de golpecitos con mi zapato al suelo, demostrando mi impaciencia.
<< Pero bueno ¿Cuándo piensa pasar?>>
Magicamente se estaciona el bus y me subo sin demora, me coloco los audiculares y reproduzco Beautiful story de Thaisub Hyun Jinju… o sí señores, me gusta lo aseático aún con mis 28 años, me siento impaciente y repito mentalmente la letra de la canción, me deja frente a la empresa, un majestuoso edificio, imponente, con bonitos jardines y dos árboles de oliva que aun estan pequeños, entro cómo un torbellino aún sin quitarme los audiculares me pongo el gafet y corro al elevador pero hay una gran multitud que quiere subir, y con mi desesperación me dirijo a las escaleras de emergencia.
<<Subire por lo menos hasta el próximo piso y tomare el elevador… anda, anda, no son muchos escalones, tú puedes>>
Para el próximo piso ya no hay gente así que en cuanto se abre… pongo mi cara de no muchos amigos por la multitud que sale y me abro camino como puedo para lograr entrar. Ya en la oficina me voy directo a mi escritorio, me quito los audiculares pero gritan mi nombre y eso provoca que de un sobresalto.
—¿Dónde estabas?
—Hola buenos días—le respondo de manera sarcastica.
—Ya…, bueno, buenos días, en serio ¿Dónde estabas?
—En el autobus que estaba lentisimo y el elevador que estaba concurrido ¿por?
—Te mande mensaje—me dice y yo reviso el móvil, le coloco la panatalla frente al rostro y abre mucho los ojos—vale, creó que a ti no te mande nada… pero el chiste es que hubo una junta de emergencia.
—¿Por qué? ¿Qué paso?
—El señor gerente Cervantes, tuvo un accidente y esta de urgencias en el hospital, nos pondremos de acuerdo para ir a verle.
—Esperate ¿Cómo que un accidente? ¿Ayer?—miro hacia abajo y luego levanto la mirada rapidmanete al recordar—¿Y Álan?
—Sí, no, él esta bien.
—Ah. Sí, claro ¿y qué dicen los demás?
—Pues que sí, saliendo del trabajo, sólo que le llevaremos un presente ¿no?
—Sí.