Héroe Anónimo

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El día domingo no es diferente a los demas días a ecepción de que no trabajo, me lo paso todo el santo día en casa y apenas y salgo o apenas alguien llega a ella. Las visitas no son necesarias o inecesarias pero en algun momento te llega la nostalgia de querer estar en familia, miro por la ventana hacia la calle, me preparé un delicioso café, aunque es enero aún hace frío y por ello me puse mi suéter favorito, es rojo con circulos negros tipo mariquita, mi pans gris y unas pantunflas azules; todo descolorida bueno no descolorida pero si como arcoíris, rondo la casa, viendo y buscando con que distraerme, el cielo se ha nublado parece como si quiciera llover y no se si alegrarme o qué, porque me gusta que haga frío y que llueva pero hoy luce muy triste el ambiente. 

El día de mañana conoceré a mi nuevo jefe y no sé cómo ha de caerme pero si es como el señor gerente Cervantes, sera ha todo dar, necesitamos gente como él en la empresa, ahora nos hace mucha falta, de eso me doy cuenta.Y cerca de las cinco mi móvil suena dejandome escuchar a Motel y María José con solo el amor lástima así.

—Debo cambiar mi tono de llamada…—me cerco a la mesa y tomo el móvil—…, ¿diga?

—¿Saldrás con nosotros?—me preguntan—¿Dialnet?

—Es que es un poco tarde…

—Pasaremos por ti.

—¡¿Qué?!—le grito tan fuerte que no escucho lo que dice—¿Hola? ¡Hey!…, me colgó—.Miro la pantalla como una boba incrédula—mujer son las cinco…¡No quiero salir!

Estoy con la más grande pena por no saber que pasará realmente pero no espero mucho y tocan el timbre, eso me alarma tanto, que doy un sobresalto, me acerco a la puerta y allí están Lulú y Alan, los dos que tienen cara de querer parrandear y eso me hace poner cara de fuchi en el buen sentido de la palabra, es como malgastar mi buen tiempo en estas cosas.

—¿Mujer a qué horas te piensas arreglar?

—Lulú…, te dije…

—No me has dicho nada.

—Bueno, sí, pero no quiero salir…

—¿Discutiremos eso aquí afuera?—Comenta Alan que esta parado junto a Lulú en el umbral de mi puerta—¿no nos invitaras a pasar?

—S-sí, esta bien—digo sin ganas.

Y no sé cómo rayos pero me convencen,  me pongo unos jeans negros y una blusa blanca, mis converse azules, pero con el frío que siento tomo mi chaqueta mezclilla y mi monedero, salgo del departamento siguiendolos a ellos dos, admito que ambos tienen un encanto para que yo ceda pero digo que soy una mujer manipulable o yo qué sé.

Llegamos a un pequeño bar, dónde hay muchas personas, apenas y puedo pasar por lo concurrido que está, Alan me toma de la mano y me hace señas con la cabeza de que lo siga, así que lo hago. Lulú no se ha percatado de que Alan ha tomado mi mano y eso no es algo que deba ocultar o algo semejante pero hace buen que nadie hacia eso, en el bar empieza a sonar OV7 con la canción de Prisioneros y aunque en inglés suene de lujo, me ha gustado como ellos pudieron lograr su propio ritmo y darle vida, me hace sentir como en los ochenta y eso me pone muy contenta. Llegamos con cierta dificultad a la barra y soy la primera en sentarme…

<< O sí señores, de aquí no me muevo, al menos no tan facílmente.>>




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