Héroe Anónimo

XII

No le respondo porque me ha dejado sin palabras y prefiero no verle irse pero mi mente no me lo permite, me vuelvo y él pasa por la pista y una mujer se le acerca, es la misma rubia teñida que salio del edificio aquel día e instintivamente me escondo, cubriendo mi rostro con la mano.

<<¿Pero qué rayos estoy haciendo?>>

Me pongo derecha y me giro en la silla hacia la barra y bebo un gran sorbo de mi tarro, ninguno de los dos cantineros esta cerca así que dejo salir un eructo, debido a que me lo he tomado con mucha ligereza y de un sólo golpe, por así decirlo y la música de Call Me de Blondie, me deja caer en el deleite que no aguanto las ganas, me levanto y me en camino hacia la pista, junto a los chicos y empiezo a bailar, ignorando mi charla de hace un momento y mi embriaguez. Porque si estoy embriagada hasta por las nubes, hasta por las nubes señores.

<< Y solo fue un maldito tarro de cerveza>>

—Guapa, ¿estas bien?

—Lo estoy.

Es lo único que le digo y estoy anhelando irme a casa, ruego porque ya nos vayamos, y así sucede, siento el peor de los desconsuelos, algo que me dá agonía y dolor, me hiere, me lástima, me mata. 

Lulú  coge del brazo a Alan y a mi, no vuelvo a verlo y eso es bueno pero me siento desdichada tanto que podría ponerme a llorar como una magdalena en este mismo instante, la suerte que me tengo es que llegamos a mi edificio y convenzo a los chicos de que todo estará bien para que ellos no suban hasta mi departamento, prefiero que me dejen aquí y ahora.

—¿Segura?—repite por cuarta vez Alan y me mira preocupado.

—Que sí, todo bien, mañana hay trabajo—les sonrío a ambos.

—¡Ay!, muy cierto, no quiero ir a trabajar…—se recarga de Alan—querido Alan me llevaras a casa ¿verdad?

—Claro que sí, no te preocupes por eso, mujer. Va, nos vemos mañana en el trabajo.

No hago más que despedirles después de esas palabras, me alegra al fin el ya estar sola, se que suena muy abrupto de mi persona pero de verdad quiero estar sola. Entro al edificio y me pregunto: ¿En qué maldito momento piensan reparar el elevador?—Voy viendo las formas de los cuadros de los mosaicos y empiezo a imaginar como se vería en un nuevo diseño, cuando escucho el ruido del tac-tac de unos tacones y eso me hace levantar la vista, ajá, allí está ella, la chica rubia teñida que no hace más que verme de frente, pues ésta a dos escalones más arriba, escucho una voz que proviene del pasillo, que término reconociendo cuando se acerca hasta por detrás de ella y se detiene al verme.

<<Esto se está poniendo incomodo, demasiado para mi gusto>>

—Buenas noches—les digo a ambos y paso junto a ella… junto a él sin decir más, trago saliba cuando siento un leve rose de sus dedos en los mios. El pasillo de la escalera es un tanto estrecho—lo siento—.Pronuncio tartamudeando.

—No se… preocupe—me responde en un leve susurro.

<<¿No se preocupe? ¡¿se?!>>

Grito eso último para mis adentros recordando como nos hemos coqueteado en el bar y ahora me trata de usted el muy bastardo, le ignoro y llego a mi departamento, buscando un vaso con agua. Mi móvil vibra y eso me produce un cosquilleo en mi gluteo y todo por cargarlo en los bolsillos traseros, lo saco y es un mensaje de Alan:

Toma un poco de agua, no sea que se te suba el alcohol, duerme tranquila, guapa. Xoxo.

Eso último me hace reír, pues no es muy común que los chicos manden xoxo. Al menos Alan, sí tiene esa costumbre o ha de ser nueva, no comprendo ni cómo, ni cuándo, ni en qué momento pero me dejo caer en la cama y me cubro con la sábana.

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.