—Rayos—pronunció arrepentida—yo y mi bocota.
— ¿Qué?
—No, nada—levemente suelto una risa—es que, bueno, ¿crees que funcionen mis folletos?
—¿Estos?—los levanta—la verdad, sí; tienes un talento innato para todo esto.
—Gracias Ivette.
Había hecho unos folletos con la información del evento, en tono celeste con plateado. En un enorme salón de fiestas, sé que estarán todos los de la empresa, quizá con suerte me encuentre con el creador del famoso “EL SUEÑO DE LA INFANCIA”.
Los nervios por presentarle a mis compañeras de trabajo, el folleto de ideas se hace aún más persevero. Ivette me ayuda repartirlos, les veo agachar la mirada y el cómo observan en silencio.
—¿Entonces qué les parece?
—Guapa, yo estoy de acuerdo contigo.
—Yo también.
—Y yo.
—Yo no—comenta Lithi y se me hace un nudo en la garganta—es muy infantil.
—¿Infantil?—pregunta un tanto molesta, el rostro de Lulú se torna rojo—¿Cómo que infantil? ¿Acaso no es eso nuestra empresa?, juguetes, “INFANTIL”.
—Sí, juguetes, pero no somos niños sino profesionistas que…
—Chicas—pronunció y ella deja de hablar solo me observa irritada, Lulú por su parte está molesta con Lithi—Lithi tiene razón, es algo muy infantil, Lulú gracias, también tienes razón, la empresa se construyó para que fuera la máxima creadora de juguetes en todo México independientemente de las competencias sin embargo en algo no estoy de acuerdo contigo—suspiro y dirijo la mirada hacia Lithi—somos profesionistas que solo pensamos en construir y crear imperios de ganancias pero olvidamos lo más importante, dar alegrías a los niños porque ellos son nuestros mayores consumidores, gracias a ellos estamos en donde estamos—doy una pequeña pausa y prosigo—creo que si no fuera así nuestro logo y mucho menos nuestro lema no tendrían sentido, “EL SUEÑO DE LA INFANCIA”, no tendría sentido.