—Oh, Alan, ¿Qué haría sin ti?
—Mucho—me dice y jala hacia él, me abraza; un tierno, cálido y afectuoso abrazo, que recibo y acepto con mucho gusto. Cierro los ojos.
—¿Interrumpo?—preguntan desde la puerta, abro los ojos y veo a Noa de pie, recargándose de la misma. Quién sabe cuánto tiempo lleva allí.
—No—respondo rápidamente y sin más me aparto de Alan, él me mira confundido pero luego se le dibuja una sonrisa pícara—¿Qué necesitas?
—Que firmes una petición, ya la redacte.
—¿Petición?
—Me hiciste saber que necesitabas una petición, para que los gerentes estén presentes para dicho evento—explica sin ánimos.
—Ah, sí. Gracias, Noa.
—Esta bien, te dejo, “los dejo”—comenta Alan y le veo pasar junto a Noa, ambos se ignoran—nos vemos mañana—concluye.
Noa no dice nada más y me entrega la petición, la cual firmó rápidamente, pero cuando levantó la mirada, vuelvo a sorprenderlo observándome fijamente.
Pero en su mirada noto enojo, quizá me estoy confundiendo o haciéndome ideas pero es eso lo que siento que emana, le devuelvo la petición y él la toma, se gira y camina hacia la puerta pero se detiene, le oigo suspirar.
—En 15 minutos, nos vamos.
—¿Ah?
Pronunció pero él no me explica, simplemente sale de la oficina, me quedo parada allí procesando lo que dijo, cuando me doy cuenta de lo que se está refiriendo corro hacia la puerta pero ninguno de mis compañeros está en la oficina más que él.
<<O sea que me llevará a casa>>
Estamos en el estacionamiento, las luces del lugar son muy tenues, le veo meter en la cajuela una caja y luego la cierra, me quedo parada observando sus movimientos y no comento nada. Solo tengo mi bolso al hombro, trago saliva dificultosamente mientras que él rodea su auto.
—¿Piensas quedarte allí parada?
—¿Ah?, ¡no!—camino rápidamente y subo al auto, del lado del copiloto—lo siento.
—Estas muy distraída—me dice pero solo asiento con la cabeza—si vas a tener novio procura no distraerte tanto.
—¿Novio?—pregunto confundida—yo.. no…
—Lamento meterme en tus asuntos pero de verdad concentrate en lo que estas haciendo o ese discurso de la mañana, no servirá de nada…
—Alan no es mi novio—le detengo, él me mira—solo me abrazo como de costumbre, más cuando estoy… estoy—miro a todos lados como si con eso fuera a encontrar la palabra correcta—…mohína.
—¿Mohína?
—Sí, mohíno es…
—Se lo que significa mohíno—enciende el auto, el motor ruge fuertemente, guardo silencio—¿Por qué estabas así?—pregunta sin verme—¿es por lo que dijo Mendoza?