—Eso es ¡genial!, Noa—pronuncia Lulú y él hace un mohín, aún no le gusta que los demás le llamen así—eres increíble—le guiña.
Alan propone que usemos el azul, la idea de Lulú, con el rosa, la idea de Lithi. Mi móvil vibra y lo sacó del bolsillo, no dejo que suene el tono de llamada, sería algo vergonzoso que escuchen a los asiáticos… eso es lo que creo.
—¿Manu?—susurro.
—¿Pasa algo, guapa?—me vuelvo a verlos, me miran expectantes.
—No, solo atenderé la llamada, disculpen.
Me retiro un poco de ellos y atiendo la llamada de Manu. El tipo al otro lado de la línea es mi hermano mayor, suele llamarme solo cuando es de urgencia, temo que así sea hoy y eso me pone nerviosa.
—Hola.
—Hola, Di—me contesta muy alegre, sonrió—oye no te preocupes, solo llame para decirte que recibimos un correo eléctronico.
—¿Correo eléctronico?—me asalta la curiosidad—¿de quién?
—De tu jefe—eso me deja estupefacta instantáneamente—ahora, ¿Cuándo pensabas decirnos que te habían subido de puesto?—me quedo muda—oye Di, si no querías decirnos ¿Por qué tu jefe mandó eso?
—Manu, no tengo idea, y si, tienes razón debí informarles pero he pasado por algunas cosas y además no es oficial hasta que lo hagamos ante todos los directivos Manu, por cierto ¿Cuándo recibiste el dichoso correo?
—La verdad, una semana después de que te promovieron—se hizo un silencio—¿estás bien? Andas muy callada.
—Lo siento, Manu pero ustedes tampoco me dijeron que lo habían recibido.
Escuche el ruido de su respiración exasperante, me quedé en silencio. Trague saliva y él me cuenta que mamá fue la que decidí que no deberían decirme nada, creo que ella esperaba que le contará pero no lo hice, además de ello Manu me cuenta que piensa venir acá, me pongo contenta pero a la vez nerviosa, aun que no entiendo por qué los jodidos nervios. Le pido que me reenvie el dichoso correo a mi bandeja, y que le pida disculpas a mamá y a papá por no decirles nada.
—Era algo que realmente no me lo esperaba, el ser promovida de una simple empleada de gabinete a gerente en un santiamén.
Él comprende eso y me dice que me relaje, ya hablaría él con mis padres. Regreso a donde están los chicos, veo a todos reírse, creo que Alan a contado uno de esos chistes de doble sentido, sonrío.
—Ya nos hemos puesto de acuerdo.
—¿Tan rápido?
—Noa, es muy bueno para este tipo de cosas—dice Lulú y le da una palmadita en el antebrazo, él me mira y sonríe de lado—ahora bien, hay otra cosita por ahí.
<<La ropa>>
—La ropa—afirma Ivette—bueno, es formal ¿no?—se cruza de brazos—no le veo ningún problema.
—Quizás tú no pero yo soy pobre—todos reímos—en serio, no sé donde conseguir algo digno…
—Con respecto a eso—le corta Noa, todos le vemos fijamente— he conseguido algo más.
—¿Ah?—pronunciamos confundidos al unísono.
Al final de cuentas solo nos dice que hasta el día domingo nos explicará a que se estaba refiriendo, eso nos deja con muchas dudas pero sobre todo a mi me deja con una sensación extraña, Noa se ha estado portando un poco raro, me refiero a que últimamente es más callado y ya no es tan directo, bueno, al menos con los demás compañeros, porque conmigo sigue siendo muy petulante y a duras penas puedo seguirle el ritmo de sus exigencias.