Héroe Anónimo

XLII

—Continuemos, por favor.

—Lo que tu digas, linda.

Apartó la mirada después de ese comentario y me dedico ha hacer lo que mejor sé hacer escuchar y tomar notas, Gary me dice que su amigo, Conan, le ha hecho una vídeo llamada, para explicarle todo, eso me deja muy sorprendida, con ello me muestra una lista de los puntos más importantes para un discurso, un discurso para novatos con pasos sencillos.

1.-Público.

2.-Define claramente tu objetivo.

3.-Práctica.

4.-Puesta en escena.

       *Mira a los ojos de tus espectadores.

       *Sonríe.

       * Conversa.

        *Gesticula (moderadamente).

        *¡Cuidado!

5.-Da las gracias.

<<¿Cuidado?>>

—Espera ¿Por qué cuidado?

—No hagas pausas innecesarias.

—Ah.

Gary continua y yo voy tomando notas, a cada duda él se detiene a explicarme detalladamente. Después de repasar lo que él conversa conmigo, es momento de corregir mi discurso o como ha dicho él, “es momento de agregar y quitar”, me tiembla la mano mientras escribo,  un sinfín de imágenes llegan a mi memoria y se estacionan los recuerdos, recuerdos de por qué busque a LÖWE como mi futura familia,  del por qué decidí venir a México cuando en Chiapas pude haber tenido un trabajo en Markenting en una de las pequeñas empresas situadas allí, del por qué me he encariñado tanto con mis compañeros de trabajo y el por qué estoy agradecida de seguir pero ahora como la gerente. Una vez terminado le muestro mi discurso corregido, se queda momentáneamente quieto, leyendo cada línea, me pongo nerviosa, hoy apenas acabo de conocerlo así que podría ser directo o solo cordial con su opinión. 

—Me gusta. Es muy emotivo.

—¿De verdad? Muchas gracias, realmente no sabía como empezar pero surgió de manera incoherente al principio pero gracias a ti, Gary, y a tu amigo puedo decir que “está oficialmente terminado”—me pongo sentimental y no logro retener las lágrimas, Gary se asusta a la vez que le noto la preocupación—estoy bien, estoy bien—me río levemente—solo estoy emotiva—agito la mano en el aire.

—Dialnet, debo decirte algo importante.

—¿Qué cosa?—me secó las lágrimas con el dorso de la mano—¿Qué ocurre?

Respira hondo, abre la boca pero no salen las palabras, se queda callado y lo incito a que me diga lo que quiere, pero él niega con la cabeza y me sonríe.

—Prometeme que no dejarás que nadie robe tu felicidad—esas palabras me atraviesan el corazón como una daga enemiga, recuerdo algo terrible de mi pasado—no dejes que te roben la inocencia ni el fervor de seguir creciendo cada día. Prométemelo, por favor. —No entiendo por qué me dices eso pero—suspiró—no volverá a suceder eso, ya he tenido muchas lecciones en la vida y no voy a rendirme, Gary. No volveré a ser una cobarde.  




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