Estamos frente a una linda Boutique, tiene unas lindas letras en las ventanas de cristal Boutique D´Karla, eso me recuerda a que ya la había visto antes pero nunca había tenido el tiempo y creo que tampoco el coraje para entrar y probar las lindas prendas que me ofrece el lugar.
—Oye Noa, ¿Qué está boutique no es solo para vestidos de novia?—le oigo hablar a Lithi.
—Sí, pero si observas bien, dice en letras más pequeñas “y más”. Karla, la dueña del lugar tiene varias Boutiques específicamente separadas, es decir, cada una es “especial”.
Él nos incita a pasar, una linda chica vestida completamente de negro, nos atiende; él le dice que ha venido para ver la ropa que ya había pedido. La chica nos invita a sentarnos en enormes sofás, pero a mi me toca sentarme en una silla.
Nos ofrecen tazas de café que no dudo en aceptar, en cambio los demás toman té. Por unos segundos conversamos entre todos pero una mujer de unos 45 años no estoy muy segura por el maquillaje sin embargo admito que es encantador; labial rosa que le dá un aire de seriedad y formalidad sin mencionar los altos tacones, trae puesto un vestido negro con el cabello recogido en una media cola, que le cae como cascada en el hombro. Su piel están tersa, no hay arrugas ni manchas, ni puntos o granos que opaquen su belleza.
—Hola—se acerca a nosotros, todos nos ponemos de pie, menos Noa, él ya lo estaba—agradezco que hayan venido a mi boutique, es un privilegio conocer a los compañeros de trabajo de mi querido niño…
—¡Karla!
<<¿Querido niño?>>
Todos, incluyendome nos hemos quedado con la boca abierta, pero ella parece disfrutar la escena, nuestras miradas se encuentran y siento que es tan fría por unos segundos pero se vuelve cálida, me sonríe y le devuelvo el gesto. Abraza a Noa y él le corresponde.
—Conozco a su madre, por eso le digo mi niño—sonríe una vez más y todos respiran aliviados como si hubieran pensado otra cosa—él me llamó para pedirme que les diera a conocer prendas de calidad, bonita, fina y sobre todo muy presentable. Mi asistente les pedirá algunos requisitos de manera individual para conseguir lo que ustedes quieren—mira a su “querido niño” y añade—no se preocupen por el precio, podemos arreglarlo—nos guiña.
Varias chicas de negro se aparecen de saber dónde y a cada uno nos piden algunos datos en privado, la chica que me toca es súper bonita, le cálculo como unos 22 años pero el maquillaje le hace lucir un poco más adulta.
—Hola, soy Karina—me extiende la mano—y estaré a cargo de buscar la prenda que mejor te quede.
—Hola, soy Dialnet—le estrecho la mano—estaré encantada de que me ayudes—ambas sonreímos.