Me miro en el espejo y quedó sorprendida, no sabía que un arreglo de cabello y un poco de maquillaje pudiera hacerme ver diferente, quizá porque nunca antes lo había probado o saber realmente por qué pero debo admitir que estás chicas son unas expertas en todo esto.
Me alegra verme diferente, aunque sea solo por una noche, aún no me cambio de ropa pero las chicas ya se están preparando, Lulú ya se había dado una ducha en su casa así que solo se está maquillando, su piel morena clara le hacen ver muy madura y responsable; sabe escoger las tonalidades del dichoso maquillaje, Ivette por su parte usa mi baño para darse una ducha que había tenido que ir al consultorio después de que se fue debido a esos dolores de cabeza que ha estado teniendo desde hace unos días pero no nos había dicho nada, Lulú se enojó con ella y yo también.
Estoy teniendo un gran día entre risas, bromas y comentarios que deja a más de una sonrojada, agradezco tener compañeras de trabajo que se volvieron amigas irremplazables, me siento feliz de poder pertenecer a LÖWE porque me ha dado la oportunidad de pertenecer a una gran familia.
Cuando salgo de la habitación las chicas están dándose los últimos retoques, y yo me siento como toda una princesa, no es por presumir, pero adoro como me queda el vestido. Liso, azul, largo hasta el piso y con escote en espalda y pecho, esté último no es nada atrevido, aclaro; tiene un cinto en la parte baja de mis senos, en forma trenzada, y la otra un poco más debajo de la primer cuerda, son tono plata. El vestido en de doble forro y aunque mis sandalias no luzcan, me encantan, son cómodas sin embargo les pongo unas plantillas que suelo usar en ocasiones, son plantillas tipo gel, que hacen más manejable el uso del calzado y más si tiene tacones.
Lulú luce atractiva con ese vestido púrpura, y a cada paso que dá su vestido deja ver su piel, gracias al corte en su pierna izquierda, tiene unos hermosas sandalias doradas sin embargo luce su voluptuoso escote, claro, Lulú tiene mucho que ofrecer por ese lado; el cabello lo tiene recogido en tipo coleta pero le ha dado toques personales y luce espectacular. Ivette por su parte, tiene puesto un vestido verde esmeralda, de hombros anchos caídos, dejando apreciar su escote en “v”, y esas caderas de envidia que pocas veces nos deja admirar cuando usa faldas; su cabello suelto, es un encanto, que le favorece en extremo con el modelo del vestido.
Terminamos justo a tiempo, tocan a la puerta, Ivette la abre y las tres vemos a un señor de buena edad, con traje, la barba blanca que le cubre hasta las patillas, de mediana estatura. Ivette le permite pasar y luego cierra la puerta, el hombre nos sonríe, le devolvemos el gesto.
—Buenas noches, señoritas. Soy Rene Cruz y seré por está noche el chofer personal.
—Buenas noches—decimos al unísono.
—Señorita Dialnet, estoy a sus órdenes—se acerca a mi y me extiende la mano.
—Un gusto, señor Cruz—le correspondí.
<<¿Cómo sabía que era yo?>>
Las chicas me lanzan miradas interrogativas pero por un momento las ignoro, las tres tomamos nuestras carteras, y el señor Cruz es muy amable de abrirnos la puerta, le seguimos por el pasillo, hasta el ascensor; veo a todos lados y el señor Cruz me pregunta si busco a alguien, le sonrío y niego con la cabeza.
—¿Es una limu?—En instantes estamos ante una limusina negra brillosa
—Es tan preciosa.
—¡Un encanto!—Grita Lulú.
Es sumamente larga, muy bonita y él nos abre la puerta, llevo conmigo la felicitación que recibí ayer y mi discurso,esté último lo repaso por décima vez, estoy nerviosa no diré que no, pero es cierto, las chicas, miran de arriba a bajo, de aquí a allá en el interior de la limu; bueno ni yo estado en una, nunca, pero no me impresiona el hecho de que tenga un compartimiento para bebidas, sillas de cuero blanco, un lindo tapizado, tal y como en las películas.