Héroe Anónimo

LVIII

Llegó a la mesa y tomó asiento junto a Lulú, dónde antes había estado Lithi. 

Tomó la copa de agua y le doy un sorbo o al menos esa era la intención pero me la termino  tomando toda, suspiro exasperada, Ivette se dá cuenta ya que Lulú  está sumergida en grandes pláticas con Erick, Alan no está aquí con nosotros, no sé a dónde se ha ido.

—¿Qué pasa?

—Lithi—susurro—se ha hecho una idea equivoca—juego con la copa vacía—y no sé pero me enoja.

—¿Qué hizo ella? ¿y por qué te enoja?

—Ella—me lambo el labio inferior y lo muerdo—ella cree que tengo algo con—veo a Lulú y a Erick, ellos nos ignoran por completo—Noa y la verdad no…—no puedo pronunciar la palabra, me la trago.

—Olvidate de ella—toma un sorbo de su cóctel, me mira—olvidate de lo que ella quiere o necesita. Preocupate por lo que tú quieres, sé que suena duro e inhumano, pero no podemos pasar la vida sufriendo para que otros no sufran, ya no podemos seguir así—la observó mientras habla, su dolor se refleja en sus palabras, ella sufre por sus sentimientos—ahora bien, te pregunto, ¿quieres a Noa?

—Sí.

Le suelto rápidamente, y luego me quedo con la boca abierta, ahora sé que lo quiero. 

<<¿De qué forma?>>  

—Por tu cara, me dices que no sabes en qué forma, pero eso tendrás que definirlo por ti misma.

—Oh, Ivette—le sonrío y siento que las lágrimas brotaran en cualquier momento—gracias, creo que me estaba ahogando en un mísero vaso de agua.

—No te preocupes—me sonríe—sé que se siente—dirigí su mirada a Erick—hay veces que no sabemos identificar nuestros sentimientos porque ya seamos nosotros o el otro que no nos dá las señales correctas—me toma de la mano—ánimo. 

 Veo a Noa a lo lejos, hablando con el joven mesero, le doy las gracias a Ivette, me levanto y me acerco a él, se sorprende al verme.

—¿Se lo has entregado?

—¿Creí que confiabas en mí?

—Si—suelto la risa—has usado mi halago hacia ti como un arma contra mí.

—No, querida. No lo he hecho. 

Mantenemos la mirada, nos sonreímos como dos adolescentes que tiene años una amistad y que están entrelazados con un sentimiento más, un sentimiento que aún no logran descifrar.

Algo me llama la atención, veo de reojo pasar a alguien conocido, pero que no es de la empresa, conozco de “cara” a todos.

<<Por favor, no, que no sea él>>

—¿Qué pasa?

—Yo…—tragó saliva—… él… no—no puedo articular respuesta.




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