LX

Ahora podía subir al escenario y hablar con todos, era el momento de darme a conocer como la nueva gerente de Marketing de LÖWE en México. Podría callar algunas bocas aunque Noa ya lo había hecho del que me interesaba hacerlo.

               Mi nombre fue anunciado, los tres estábamos en un campo de batalla, solo que ahora puedo decir que no estoy sola, tengo a un compañero que lucha por lo mismo que yo; a la igualdad y a la no denigración de oportunidades. Sentí los dedos de Noa en mi muñeca, sus dedos hacían círculos en mi piel, una descarga recorrió mi cuerpo y me hizo volver a la realidad, donde pude escuchar como me pedían por segunda vez, el subir al escenario, los aplausos de todos los espectadore me hizo estremecer, tenía miedo y nervios pero alguien me habló al oído.

—Esté es tu momento, ánimo. 

Era la voz de Noa, me sonrío de esa manera que tanto me gusta, le sonreí. Caminé  entre la multitud, mis demás compañeros de trabajo, no dejaban de gritar mi nombre. 

Las luces me dejaron paulatinamente ciega tras estar al frente, tenía la hoja de papel puesta frente a mí, mis manos sudaron frío y sentí que mis piernas  me dejarían caer en cualquier momento.  Me dá mucho nervio pero desde allí pude ver a todos mis amigos y a Noa, me sonreía, tragó saliva de manera dificultosa, hoy en está noche rompería todas las barreras que me deje tener en mi niñez.

—Hola, buenas noches a todos los presentes y bienvenidos sean. Me alegra poder estar aquí hoy—recuerdo brevemente la discusión que tuve con ese tipo—hay cientos de motivos que me hacen feliz y uno de ellos es poder pertenecer a LÖWE—recuerdo el primer día, el día en que hicieron la entrevista—desde niña desee conocer a una gran empresa y ser parte de ella, desde niña he tenido sueños muy grandes, mis padres solían reprenderme por soñar despierta—sonrió y todos los invitados ríen—lo curioso es que nunca me negaron el deseo de seguir haciendo lo, por ello digo que los mejores tiempos son la infancia, donde la inocencia, los juegos y los juguetes son esenciales—miro a todos lados, mi corazón late con fuerza tragó una bocanada de aire, me doy unos minutos—la vida de niños es la etapa más energética, vivaz, creativa y motivadora, además de que la imaginación no tiene límites, es decir, podíamos llegar a ser todo. Desde creernos ser un pequeño oso, hasta viajar a la luna con cajas de cartón—sonrío sin ver a los demás—de ser princesas hasta ser médicos de nuestros propios juguetes, esos amigos que compartieron miles de aventuras con nosotros. 

Levantó la mirada, Noa continua viéndome fijamente, aún sigue de pie junto a Roberto, éste último balbucea algo que no logro descifrar desde mi lugar. Noa lo mira con esa frialdad triplicada que me demuestra algunas veces, aparta la mirada y vuelve a verme. No comprendo por qué pero el que me vea solo a mi me hace sentir completa y muy segura.  

—Por ello la empresa LÖWE ha continuado siendo la número uno en ventas de juguetes, conservando el ingrediente secreto, con ello tenemos y tengo el orgullo de pertenecer a ésta gran familia. Sé que siete letras no bastan para expresar la gratitud  pero “GRACIAS”. Gracias a todos aquellos que me extendieron la mano y me brindaron apoyo—llega a mi la escena de aquella vez en que fue nombrado mi nombre para ocupar el puesto y los nervios y miedos que sentí—gracias a esos compañeros que se volvieron amigos y colaboradores, gracias por confiar en mí y sobre todo gracias por estar aquí hoy junto a mi. Muchas gracias LÖWE por dejarme  creer aún en  “EL SUEÑO DE LA INFANCIA”.

Los aplausos me estremecieron al principio pero escucharlos y ver la sonrisa de todos me hizo sentir segura y muy agradecida, hoy acabo de romper un miedo de años.

<<Puedo acostumbrarme a esto>>