Casi una semana después y de darme cuenta de dos grandes cosas, una que me pone feliz y la otra muy triste es que… primero la mala, siempre debe ser así, eso sugiero, que la verdad, tener alguna buena noticia no debe ser opacada por una mala y está si que es una muy, muy mala noticia… bueno, la mala es que el mes de marzo se me está yendo de las manos—¡Como si pudiera retenerlo!, que ironía—y es que cada día que pasa, Noa está más cerca de irse y no podré, no puedo hacer nada, ya lo he intentado, el fundador de LÖWE ha sido muy directo conmigo y si él no quiere quedarse no puedo hacer nada… ¡nada!
La buena es que me ha dicho, el viernes pasado cuando estaba con mi resfriado que soy alguien importante, ¿no?, digo, él comentó que la “competencia” jamás me tendrá y eso es muy cierto, ahora ya
no quiero nada con ellos, me dieron la espalda cuando más los necesitaba y me refiero a que decidieron contratar a Roberto a pesar de su engaño, claro que ellos… no me creyeron.
—Jefa, hoy saldremos todos al bar, ¿vienes?
—Oh, si claro—le veo desde mi escritorio—pero antes, Alan, dime una cosa.
—¿Cuál?
—Bueno, esto nunca se lo he preguntado a nadie pero…
—Guapa, sin rodeos, dime—se acerca a mi escritorio, y se cruza de brazos frente a mí—¿Qué pasa?
—Está bien—respiro fuertemente como si eso me diera valor—¿Qué cosa le regalarías a alguien que es especial para ti?
—Vaya, eso si que no me lo esperaba—sonríe—pero creo que le daría—mueve sus comisuras de un lado a otro como si fuese un conejo y eso me da cierta gracia—un dia de compras si es mujer…
—¿Y si es hombre?
—una cita al cine.
—¿Al cine?—asienta—¿Por qué?
—Dicen que allí puedes ver realmente cómo se comporta…
—No entiendo eso.
Se sienta y me explica que solo así se sabe si es un caballero o no, que solo así es buen amigo o no, que solo así se sabe si es alguien en quien confiar y que solo allí se sabe si es… un futuro buen amante, eso último me provoca una pequeña sensación de hormigueo en el estómago no sé cómo explicarlo pero hasta mis piernas las he sentido débiles pero no creo que sea miedo sino más bien a algo conocido como curiosidad, una que nunca había experimentado antes, aclaro que a todos nos pasa pero las reacciones que tiene nuestro cuerpo es extremadamente diferente.
Una vez en el bar, donde varios se terminan emborrachando y más Lulú, es la chica más desinhibida que conozco y más para estos casos. Junto a mí está Ivette, de mi lado derecho y Lulú al izquierdo, frente a mí está Noa, a su derecha está Lithi y Alan al otro lado, dejando a Erick junto a Ivette.