Una vez en el bar, donde varios se terminan emborrachando y más Lulú, es la chica más desinhibida que conozco y más para estos casos. Junto a mí está Ivette, de mi lado derecho y Lulú al izquierdo, frente a mí está Noa, a su derecha está Lithi y Alan al otro lado, dejando a Erick junto a Ivette.
En un pequeño círculo, brindamos por una semana más de labores en paz, tranquilidad y esperemos que sea de éxito el mes venidero deseo que sea así.
—Brindemos por un mes más y sobre todo porque desde hace un rato no salimos todos juntos—comenta Erick de manera animada y sonriente.
Eso me hace recordar lo que Iette siente y se me ocurre un absurdo juego, de dedos que vi en una de mis series asiáticas.
—Juguemos a algo—propongo y todos me miran sorprendidos—verán, les explico el “ritmo” de esto—apartó el pelo de mi cara y suspiro—levantaremos la mano a la altura del rostro, así—levantó la mano, mostrando la palma, todos la levantan—ahora, diremos algo que creamos que el otro tiene y doblaremos un dedo, por ejemplo…—me lo pienso un momento—doble un dedo el que tenga móvil—doble mi dedo meñique y los demás lo copian—bien, así—ríen y yo también—es sencillo, vieron—y entonces recuerdo algo más que casi olvidaba—por cierto, el que doble los cinco dedos primero pierde, así que piensen bien lo que dirán.
—Me parece una buena idea, pero hay que hacerlo más interesante—pronuncia Lithi y le veo desconcertada—el que pierda dirá, una verdad.
—Parece prometedor todo eso—argumenta Erick.
Y todos empiezan, usando solo una mano, la primera en empezar soy yo, dejando a un lado lo del móvil se me ocurre lo de las medias, claro que eso iba solo para las chicas, así que todas a excepción de Lulú, doblamos un dedo, luego sigue Alan ya que decidimos que fuera “brincando” entre nosotras la oportunidad.
Alan pide que doble un dedo aquel que haya llegado tarde alguna vez al trabajo, maldigo porque yo si he llegado tarde, al igual que él, Lulú, Lithi y Noa. El juego sigue con Ivette que se le ocurre la magnífica idea de mencionar que doble un dedo aquel que se haya emborrachado hasta perder el control, gracias a Dios, yo no, hasta ahora no, pero cuando nos damos cuenta y tras seguir Noa pide que doblemos un dedo aquel que ha tenido que abandonar su lugar de origen por un trabajo o cualquier otra cosa. Me habría encantado golpearlo y tuve que doblar un dedo, y él también.
Nos empezamos a reír por la ocurrencia de Erick con respecto a que doble un dedo aquel que haya tenido alguna vez una mala cita, pero la magia se acaba cuando es el turno de Lithi hacer la pregunta, pidiendo que doble un dedo aquel que lleve puesto algo azul mi blusa es azul y yo termino perdiendo, quedando empatados Noa, Alan, Lulú y Erick y lithi apenas en medias, pobre Ivette quedó con solo tres dedos doblados. No sabría decir si estoy lista para mi sentencia y menos viniendo de Lithi.
—Bien, Dialnet has perdido.
—Si, ni modo—levanto los hombros y los demás ríen.
Los ojos de Lithi brillan y siento que algo más allá del mal se descifran en ellos y eso me causa escalofríos y unas tremendas palpitaciones.
—Menciona el nombre de la persona de quién te has enamorado.
—¡¿Qué?!—grita Lulú asombrada. Ivette se queda igual.
Todas las miradas están sobre mí pero ese juego ya me lo he descifrado, sé cuales son sus intenciones, así que le daré lo que quiere, claro que tendré que responder a varias preguntas y miradas curiosas y otras que serán muy serias.