Si te pones a pensar, la vida da muchos giros. Un día estás contento y disfrutando y al otro puedes estar acostado en una camilla de quirófano mientras que los doctores gritan que no tienes pulso. Pero mi realidad cambió de otra manera, pero para contarlo debo retroceder un tiempo atrás.
Era 6 de abril, tempranito en la mañana, a las 10 para ser exactos, salí a trotar para estar en forma. En el camino observé varias cosas que atrasaron mi rutina, un hombre robando un auto, dos adolescentes intercambiando una bolsita con algo blanco dentro la cual me imagino que es droga y un pequeño cachorrito que estaba en un parque abandonado.— Hey hola ¿No tienes dueño? Pobre,te llevaré conmigo— Acaricio al animal y lo cargo para tenerlo junto a mi en la rutina.
Atravesamos un pequeño bosque que pertenecía a un parque natural y me detuve cerca del lago a descansar. Comienzo a jugar con el cachorrito al cual le puse Tobi cuando noto que una luz morada se hace notar en el fondo del lago. Hace algunos años yo venía con mis amigos aquí a nadar, así que se me hizo extraño ver esa luz cuando las aguas eran profundas.
Desde siempre he sido muy curioso y aventurero, así que me quito mi camiseta y me lanzo hacia el agua.Al lanzarme comienzo a bucear buscando de donde proviene ese brillo. Al descender lo que yo considero que son varios metros encuentro una pequeña cueva de donde proviene esa luz morada que cada vez era más intensa. Introduzco el brazo y logro tocar un pequeño objeto metálico, lo logro agarrar después de intentarlo tanto y lo saco rasguñándome la muñeca en el proceso. A penas lo saque comencé a nadar hacia la superficie ya que me estaba quedando sin aire.
Al salir, me siento junto a Tobi para inspeccionar lo que al parecer era un anillo con alguna joya incrustada. ―No sé qué será esto, pero volvamos a casa para comprobarlo, debe valer mucho― Le digo a Tobi entusiasmado como si fuese otra persona. Aun mojado agarro a mi compañero y a mi descubrimiento y corro lo más rápido posible hacia mi casa. Llego muy agitado tras más de 20 minutos corriendo, cierro la puerta y voy hacia la sala donde dejo a mi pequeño amigo y al anillo en una mesa.
Me dirijo al baño para darme una ducha rápida y salgo apurado hacia la sala. ― Le hare una foto para ver si mis amigos del foro saben que es y de donde viene― Diciendo esto agarro mi celular y le tomo una foto al tesoro para posteriormente publicarlo en el foro. Varios minutos después de publicarla me llegaron varias teorías, las más cuerdas eran que el anillo es un tesoro nacional muy antiguo o es una reliquia de la época medieval, otros simplemente no me creyeron que era real ya que tenía un gran parecido al anillo de un videojuego.
― Iré a la biblioteca, tal vez en los libros de historia encuentre algo, pórtate bien Tobi― Le digo a mi pequeña mascota a la cual le cogí un gran cariño mientras le dejo un poco de comida y agua. Agarro algunas cosas y me dirijo a paso apurado y emocionado hacia la biblioteca. En el camino me encuentro a mi gran amigo de la universidad Joseph. ― Hey Henry, desde lejos reconocí tu cabezota roja― Siempre se burla de mi tono de cabello rojo― ¿A dónde vas tan apresurado? ― Me pregunta con una sonrisa dibujada en su rostro. Desde que lo conocí hace 3 años nos hemos vuelto muy buenos amigos. ― Josh― Ese es el apodo que le puse― no me lo vas a creer, hoy salí a trotar y en el lago encontré un anillo con una gema autentica― Le cuento con alegría y sin apenas respirar.
―Jajajaja, tú y tus investigaciones, entonces puedo deducir que vas a la biblioteca― Me conoce demasiado bien, además no es la primera vez que iba a investigar sobre algo― pues no te entretengo más, suerte con encontrar de donde viene tu tesoro― Le brindo una sonrisa y continúo corriendo. A pesar de que tenemos 18 años a él nunca le importo mi personalidad ya que varía entre madura e infantil. Mientras corro hacia la biblioteca veo algo que me llama la atención, una gran bandada de aves estaba estática en el cielo, no se movían, solo se quedaban allí. Observe con más detenimiento por si era una ilusión por la lejanía, pero no, era como si estuviesen congeladas. Luego de estar observándolas por unos segundos estas comienzan a moverse. Me pareció muy raro, pero sin darle más importancia continué hacia mi destino.
Al llegar me dirigí directamente hacia la sección de historia. Comencé a leer todo con relación a tesoros y reliquias perdidas. Luego de leer muchos libros sin encontrar lo que buscaba mire el reloj y eran las dos de la tarde, estuve 3 horas leyendo. Le lanzo un pequeño manotazo a la pila de libros que tenía sobre la mesa haciendo que estos cayeran y miro hacia la ventana decepcionado. Luego de unos minutos la chica que estaba en la recepción se acerca y comienza a recoger los libros que tire. ―Perdona, no encontré lo que buscaba y me deje llevar por la rabia― Me disculpo al mismo tiempo en que me levanto para ayudar a organizar el desastre.
―Cuantos libros de historia ¿Qué buscabas que estas tan frustrado? ― Me pregunta la chica de unos 23 años máximo. ― Hoy encontré una joya y pensé que encontraría algo de información― Al decirle esto recoge y organiza los libros rápidamente y se va perdiéndose entre los estantes. Al cabo de unos minutos regresa con otra pila de libros en sus brazos y los deja en la mesa. ― Estos son de la sección de mitos y leyendas, te ayudare a buscar, así será más rápido, necesito que me enseñes una foto de lo que encontraste― Me mira fijamente esperando a que le enseñara, parece que también le interesa estos temas.
Saco mi celular y le enseño la foto que le tome al anillo, al hacerlo asiente y los dos nos ponemos en marcha. Tras leer casi todos los libros sin tener éxito ya estaba perdiendo la esperanza hasta que estuve a punto de terminar el ultimo, donde al fin encontré lo que buscaba. ― ¡¡¡Bien, al fin!!!― Grite emocionado saltando de mi silla y a la vez llamando la atención de todos los que estaban en el lugar. Me siento de nuevo apenado y comienzo a leer. Resumidamente lo que decía era que cada 1000 años un nuevo guerrero será elegido por la llave para abrir las puertas y evitar la catástrofe entre realidades.
Al leer esto le hago algunas fotos y tras darle las gracias a la bibliotecaria me dispongo a volver hacia mi hogar corriendo lo más rápido posible. Al llegar noto que Tobi está encima de la mesa, pero cuando observo bien este no se mueve, solo esta estático observando el anillo. Lo llamo, pero no obtengo ninguna reacción de su parte. Me acerco y lo comienzo a acariciar asustado, pero este sigue sin moverse. Lo cargo y lo pongo en el suelo notando que pesa más de lo que pesaba en la mañana, pero aún no se movía. Cuando estaba a punto de llamar a Josh, Tobi comienza a moverse y a ladrar.
Ya era demasiada casualidad ver en un mismo día animales inmóviles como si estuviesen atrapados en un raro bucle temporal. Preparo la cena y me siento en el sofá para comenzar a ver la televisión mientras disfruto de la comida. Pero al encenderla, solo encuentro noticias de más objetos inanimados que se congelan, desde personas hasta aviones. Todo era muy extraño y me causaba dolor de cabeza. Ya eran las 10 de la noche y me encontraba muy cansado, así que agarre a Tobi y nos dirigimos hacia mi cuarto a dormir. Luego de unos minutos consigo conciliar el sueño, pero una intensa luz me despierta.
Cuando para mí solo habían pasado 5 minutos en verdad ya eran las 4 de la madrugada, pero entraba por la ventana una intensa estela de luz que parecía que era el día más soleado de la historia. Me levanto y me asomo para ver que sucedía, lo que vi me helo completamente la sangre, nunca había estado tan nervioso en mi vida. El cielo estaba fragmentado, como si se quebrara y estuviese a punto de romperse. De esas quebraduras venia la intensa luz morada. Pero peor que esto es que al mirar al horizonte había autos y camiones levitando, también había varios helicópteros estáticos, sin moverse, era una completa locura allá afuera.
De momento comienza a producirse un temblor que estremece al vecindario. Cuidadosamente comienzo a caminar buscando a Tobi ya que este no aparecía. Escucho sus ladridos aliviándome. Comienzo a bajar las escaleras y ahí estaba él, ladrándole al anillo el cual brillaba de una manera muy intensa. Cuando me iba a acercar para tomar a mi perrito una bola de color rojo como mi pelo comienza a brotar del anillo. Esta comienza a crecer, tanto que engulle casi toda la sala, incluyendo a Tobi.
Luego de unos segundos dejo de escuchar sus ladridos y la bola desaparece dejando un gran cráter en medio de la casa. Mis lágrimas comienzan a brotar al ver que mi mascota había desaparecido junto a media sala. Estaba dispuesto a correr cuando escucho una leve voz. ― ¿Hay alguien? Necesitamos ayuda― Además de eso escucho llantos y gritos. Pensando que estaba loco comencé a correr hacia la entrada. Cuando paso junto al anillo el cual fue lo único que no desapareció escuche que los ruidos provenían de él.
Lo agarro y comienzo a correr hacia el puente de la autopista para buscar refugio. Al llegar a la parte de abajo observo el anillo y me seco las lágrimas ya que me estaban molestando la vista. ― ¿Quién eres? ¿Qué está sucediendo? ¿Dónde está Tobi? ― Le gritaba al anillo como si alguien pudiese escucharme. ― Tranquilo, te lo explicare todo, pero necesito que hagas lo que te diga― Me ordena una voz femenina que proviene del anillo. ― Lo hare, pero necesito respuestas luego― Al contestarle se escuchan fuertes estruendos y explosiones, todos los objetos que levitaban están comenzando a caer.
― Necesito que hagas un circulo y que pongas el anillo en el centro, el resto déjamelo a mí― Busco con la vista algún objeto para hacer el circulo, para mi suerte cerca había unas rocas de tiza, hago rápidamente lo que me indicó la voz y retrocedo. Comienzo a escuchar susurros que vienen de todas partes. Estos se detienen y aparece algo parecido a un portal. ―Apresúrate, no tengo energía para mantener la puerta abierta por más tiempo― Me dice la chica desesperada. Sin más opciones me lanzo hacia la puerta sin saber lo que me esperaría del otro lado. ― Pronto nos volveremos a ver Tobi― Fueron mis últimas palabras antes de atravesar el portal.
Editado: 06.07.2022