Heroes de Olimpia - Volumen 1

Prólogo

“¿Seguro de que esto es buena idea?”

“Claro que sí, ya de dudar”

“¡¡Obvio que voy a dudar nos estamos dirigiendo al lugar más peligroso del mundo!!”

Un par de hombre jóvenes completamente ataviados de equipaje subían por una montaña.

“Escúchame bien, una vez que lleguemos a la entrada pondremos la formación, entonces entraremos y tomaremos un par de piedras en la orilla del Aqueronte, luego salimos sin que nadie nos vea y listo”

“No creo que sea tan simple”

“Deja de quejarte y solo sigue caminando”

Los dos continuaron andando hasta que llegaron a un valle, estaba completamente seco y desprovisto de vegetación, lo único que se podían ver eran rocas por todos lados, y una gran puerta de piedra en la pared de la montaña.

“Así que esa es, la puerta del inframundo”

“Es más grande de lo que pensé”

Era una puerta doble formada por alguna especie de roca negra, parecía ser un tipo de granito, pero era tan grande que era impensable que una persona normal pudiera abrirla sola.

“Si conseguimos los materiales, ten por seguro que nos espera una vida mucho más próspera”

“Primero lo primero, ¿podremos abrir esa cosa? Solo mírala, es enorme, dudo que incluso un rinoceronte dragón pueda hacerle algo”

“Ten fe, vamos a comenzar a hacer la formación, te lo digo, solo con esta formación podremos abrir la entrada, de otra manera es imposible para los vivos poder entrar en la morada de Hades, vamos a empezar de una vez”

“Si ok”

Los dos desempacaron y comenzaron a trazar en el suelo una serie de patrones, mientras seguían dibujando el más pesimista miró hacia la puerta y sus ojos se abrieron ampliamente.

“Erm… Alexios”

“Dime”

“¿No dijiste que la única forma de abrir esa puerta era con la formación mágica para engañar a la parca?”

“Si, ¿a qué viene eso ahora?”

“¿Entonces me quieres explicar por qué la puerta se está abriendo ahora mismo?”

“¿Cómo?”

Alexios se volteó apresuradamente y sus ojos también se abrieron de par en par, las puertas del inframundo, aquellas que nunca se abren, se estaban abriendo ahora mismo.

“¿Qué sucede? ¿Acaso saben que estamos aquí?”

“No lo creo, si las puertas se están abriendo ahora debe ser… que algo va a salir, es lo único que se me ocurre”

“¡¿Qué hacemos?!”

“¡¡Escóndete rápido!!”

Los dos se ocultaron apresuradamente detrás de unas piedras mientras veían como las puertas se abrían lentamente.

“¿Q-qué crees que vaya a salir?”

“Ni idea”

Los dos estaban expectantes y asustados al mismo tiempo, las puertas pronto se abrieron lo suficiente, y alguien salió desde el interior.

Un joven, casi llegando a los 20 en apariencia, cabello blanco con algunos mechones rojos en la nuca, un abrigo negro con cuello de pelaje blanco, sin camisa, su torso lleno de cicatrices era medianamente visible, desprendía un aura brutalmente pesada como una bestia gigante emitiendo sed de sangre, sus ojos fríos y severos no parecían pertenecer a alguien tan joven en lo absoluto.

El muchacho miró a su alrededor y luego miró hacia el cielo, cubrió sus ojos de la luz del sol que parecía molestarle.

“¿Es esta la tierra de los mortales? Es brillante”

Su voz era algo ronca, para nada melodiosa, todo en él era similar a un salvaje que solo conocía una vida violenta e incivilizada.

El joven entonces pareció notar algo y giró su vista hacia un lugar, hacia las piedras donde estaban ocultos los dos hombres.

Alexios agachó la cabeza rápido y dijo susurrando.

“Oh demonios creo que nos vio”

“¡¿Qué?! ¡¿Eres idiota acaso?!”

“¡Shhhh!”

“¡No me shites!”

“Saben que si se quieren ocultar, deberían de permanecer con la boca cerrada ¿verdad?” Dijo una tercera voz.

El muchacho se había montado sobre las piedras y los escuchó hablando, los dos espantados se apartaron rápidamente, por alguna razón sentían un tremendo miedo hacia este joven.

“Gente de la superficie, que conveniente, díganme mortales, cómo puedo llegar a este lugar”

Dijo el joven mientras sacaba un rollo de papel, al desenvolverlo mostró un emblema con la cabeza de un caballo y un par de alas.

“E-el emblema de la Academia Perseus”

“Justamente, ¿cómo llego allí?”

“V-verás…”

Alexios quería responder, pero mirar a los ojos al joven solo le causaba más terror, su ojo derecho era amarillo pálido mientras que el izquierdo era rojo, un intenso rojo que brillaba tenuemente y su pupila era una cruz blanca, ese ojo rojo soltaba algunas partículas de luz roja que solo lo hacían ver más enigmático y atemorizante.



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En el texto hay: dioses griegos, academia de magia, accion

Editado: 06.08.2022

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