c i n c o

JiMin estaba recostado en su habitación con un pijama azul cielo viendo el techo siendo iluminado por una lamparita. En su mente se repetía una, otra y otra vez lo vivido hace unas horas. Una parte de él creía que era algo irreal, pero estaba ahí, lo vio con sus propios ojos.

La alerta del beeper notificó un nuevo mensaje que lo sacó de sus pensamientos. Algo temeroso, apoyó en uno de sus codos en el colchón para impulsarse mientras estiraba su brazo y con la mano temblorosa tomó aquel pequeño aparato.

"Dooly espere por ti ¿Por qué no llegaste?". 

JiMin se dejó caer sobre la almohada llevando el beeper a su pecho. La culpa lo carcomía y hacia sentir su pecho pesado. No sabía como iba a lidiar con eso...Pensando en aquello y recordando la pelea, por fin se quedó dormido.

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Estaban en la clase de la profesora Kim Jennie, ésta se encontraba pasando lista. Los pensamientos del peligro seguían en lo sucedido el día anterior. Hasta que se vieron interrumpidos por la presencia de un chico. Pero no cualquier chico sino YoonGi.

Éste había entrado al aula sin siquiera pedirle permiso a la profesora y se sentó dos filas al costado de JiMin y un asiento atrás de la fila donde éste se encontraba.

Todas las chicas del salón volteaban a verlo con pura coquetería y algún que otro chico también. Incluso JiMin estaba viéndole pero no por las mismas razones. De pronto una alocada idea cruzo por su mente, dejó caer su cabeza hacia atrás para después enderezarla al instante.

—¡Dooly!—Habló el peligro como si estuviera aclarando su garganta intentando probar algo. Pero al parecer YoonGi no escuchó. JiMin golpeo suavemente su pecho con su mano hecha puñito. Hizo un ruido con su garganta e intento de nuevo.—¡Dooly!—Y esta vez YoonGi parpadeo un poco.

El pálido volteo a ver a JiMin con el entrecejo levemente arrugado y los labios un poco abiertos. El peligro pudo ver los moratones y su cara un poco hinchada. Ambos se quedaron viendo por un momento muy corto hasta que JiMin giró lentamente su cabeza al frente.

—Park JiMin.—Se escuchó a la profesora decir el nombre en la lista. 

—¿Presente?—JiMin mordió su labio inferior y pudo sentir una mirada quemando su costado. No necesitaba confirmar lo que ya sabia.

—¿JiMin? ¿Park JiMin?—Repitió la profesora haciendo que todos giraran a ver al nombrado de pies a cabeza como si fuera un fenómeno. 

 —Si profesora—Respondió alzando su mano para que lo viera.

Cuando la profesora reanudo su pase de lista JiMin con algo de miedo giró lentamente su cabeza en dirección a donde estaba YoonGi, encontrándose con que me veía fijamente con su entrecejo muy arrugado. 

 JiMin estaba muerto.

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—Así es, así es. Estás jodido, estás jodido.—Repetía SeokJin una y otra vez con algunos libros y su almuerzo en manos. JiMin solo caminaba resignado.— ¡Cielos! Incluso las chicas no se escapan de su ira ¿Qué compasión puedes esperar siendo un chico?—Preguntó SeokJin.

Ambos tomaron asiento en una de las bancas frente a una mesa que estaban en el exterior para almorzar juntos. Era fastidioso para el pelinegro no poder estar en todas las clases con SeokJin, sentía que se había cambiado de universidad para nada.

—Hola YoonGi.—Escucharon decir a unas chicas con tono meloso a sus espaldas. JiMin se puso recto en su lugar y abrió los ojos. 

 —No mires. No mires.—Dijo cuando vio como SeokJin se giraba a ver de dónde provenían las voces. 

 —Nos está mirando.—Dijo entre dientes.

JiMin solto un gemido entre asustado y cansado, desacomodo levemente su cabello con nerviosismo. 

 —¿Dónde está? ¿Dónde?—Preguntó viendo de reojo a SeokJin con la idea de que si no se movía seria invisible.

—Está en la cabina de teléfono.—Respondió el mayor después de ver todo el lugar mientras se comía una papa frita. 

 JiMin respiró tranquilo pero en cuanto se dio cuenta de lo que seguramente YoonGi iba a hacer toda la posible tranquilidad en su sistema se esfumo. Abrió sus ojos nuevamente y empezó a meter todo a su mochila con torpeza. Tenía que salir de ahí ya mismo. 

 —Vámonos, vámonos.—Le decía a SeokJin en un susurro apurándolo. 

—¿Por qué? Estamos a punto de comer.—Se quejó este.

—Vámonos antes de que nos asesine a ambos. Vamos.—Y eso pareció motivar al mayor a guardar sus cosas con pereza.

El beeper sobre los libros en la mesa sonó avisando la llegada de un nuevo mensaje. Ambos lo vieron con miedo.

"Dooly, por favor habla conmigo". 

 JiMin se encogió un poco para cubrirse con el cuerpo de SeokJin y ver hacia la cabina encontrándose con que YoonGi estaba de pie recargado a esta con el teléfono en su oreja... viéndolos fijamente.

Cuando el pelinegro se dio cuenta de eso solo sonrío y movió un poco su cabeza a manera de saludo. Su beeper volvió a sonar y entonces si que entró en pánico. 

—¡Vámonos!— Dijo SeokJin con voz aguda. Estaba aterrado de la mirada de aquel chico en ellos.

Ambos se pusieron de pie. JiMin tomó sus cosas rápidamente, pero SeokJin volcó las suyas en el suelo obligándolo a dejarlas con su beeper en la mesa y ayudarle a recogerlas lo más rápido posible. Cuando terminaron y SeokJin tuvo todo en manos el beeper sonó nuevamente.

JiMin levantó su vista lentamente hasta ver aquella pequeña cosa en la mesa.Pronto una pálida mano entro en su campo de visión tomando el beeper. JiMin ni siquiera se preguntó quién era, ya lo sabía. 

 —¡Oye!—Dijo estirando su brazo para intentar detenerlo en vano.

Forcejearon un poco, pero JiMin no podía porque obviamente YoonGi era más alto y más fuerte. Sus felinos ojos estaban en la pantalla del beeper. Era oficial, estaba jodido. El pelinegro solo atinó a quedarse quieto y alternar sus ojos de su beeper a YoonGi.