Hey Girl

Capítulo I "Culpable"

Despegué mi rostro de la taza del baño, le jalé a la palanca para que se fuera el desperdicio que desechó mi estómago. Bajé la tapa del inodoro y puse mi perfil encima de ésta. Me sentía muy mareada... no recuerdo cual fue la última vez que comí sin sentir culpa y tener la necesidad de hacer esto. Me senté en el suelo del baño con mis rodillas hasta el rostro y recargué mi mejilla en ellas, estaba tan agotada.

Varias veces me he puesto a pensar en, *¿cómo sería mi vida sin tener que hacer esto siempre? Que los chicos no se fijen solo en el físico, ¿qué se sentirá tener a mi lado a un chico que me quiera de verdad, con todos mis defectos y mis contadas virtudes? *. Una lágrima rodó por mi mejilla.

Mi padre se fue hace 9 años, cuando yo tenía tan solo 8 años y mi hermano 10. Nos quedamos solos junto con mamá que se casó hace cuatro años con un tipo que no la quiere, ni a ella, ni mucho menos a nosotros. Es alcohólico, siempre grita cada vez que llega a casa con una botella de tequila en mano. La verdad, no tengo ni la menor idea de qué estaré pagando, y no sé ni el por qué sigo en esta vida y honestamente, solo tengo un motivo por el cual seguir viviendo.

Me levanté y salí del baño. Encendí mi radio con el celular conectado a él. Me decidí en poner la canción de "Gee" de Girls Generation, mi grupo favorito de kpop femenino.

Comencé a bailar la coreografía de la canción. Siempre he querido ser como las idols asiáticas, así que, hago mi mayor y mejor esfuerzo para lograrlo.

Peso 49kg y mido 1.58. Hago mucho ejercicio para no subir de peso. Mi sueño, es ser una gran bailarina profesional. Siempre quise formar parte de un grupo de bailarinas. Sé bailar bachata y por supuesto, Kpop.

Al terminar de ensayar bajé a la cocina a tomar un poco de agua. Ya era tarde, eran las 8:00 p.m. así que, preparé la ducha para bañarme en unos minutos.

Iba de regreso a mi habitación cuando oí a mi mamá y a su marido "discutir". Sus discusiones normales suelen ser con mi padrastro golpeando las paredes, aventando y rompiendo cosas. Ya estaba harta de esta situación. *¿Cuándo sería el día en que estas dos personas dejen de pelear? * Me recargué en la pared del cuarto de mamá jalándome el cabello hacia atrás y mirando al techo desesperada.

Al entrar a mi "cueva", (mi cuarto), me arrinconé en medio de mi buró y mi cama. Abrí un cajón y saqué unas tijeras. Alcé la manga de mi camisa de cuadros dejando a relucir todas mis cicatrices que las tijeras y el cúter me han dejado. Abrí las tijeras y con fuerza clave una de sus cuchillas en mi muñeca izquierda hasta sangrar. Comencé a llorar, no tanto por el dolor de las tijeras, más bien, por el hecho de oír al tipo ese gritarle a mi mamá y que ella nunca le diga nada. Siempre rezo para que ese imbécil no le toque ni un pelo durante una de sus "discusiones."

Algunas personas dirán que soy una total estúpida por hacerme daño de esta manera, pero era la única forma de sacar el dolor de mí; era como si la sangre que corría por mi brazo fuera el dolor y el odio que cargo. Siempre me culpo una y mil veces por la partida de mi padre, pero a la vez me obligo a odiarlo por habernos dejado. Si él no se hubiera ido, todo sería tan distinto, ninguno de los tres estaríamos pasando por esto, soportar los gritos y maltratos de otro tipo que no es de la familia y mi madre que lo permite.

Mis lágrimas no paraban de salir. Siempre me pregunto: ¿Qué hice?, ¿Qué hice mal, como para que se fuera, nos dejara y no quisiera saber nada de nosotros? Eso es algo que me pregunto siempre, pero sé, que solo él, solo mi "padre" me podría responder, y también sé, que nunca lo hará.

— ¡Diana!, ¡Diana! —decía mi madre mientras me movía para despertarme.

Parpadee un par de veces antes de abrir los ojos. — Mi amor, ya levántate —decía con voz dulce.

La miré un momento. Parecía un ángel, es tan hermosa mi mamá, que no entiendo cómo es que sigue con él, si puede encontrar algo mejor, es una mujer joven e increíblemente maravillosa.

— Es hora de que vayas a la escuela —dijo por última vez dándome un beso en la mejilla y saliendo del cuarto.

Toqué mi frente con la mano, me ardió de repente mi muñeca izquierda, la mire y recordé lo de anoche, apreté mis ojos y me obligue a ver el reloj. Las 6:30 a.m. mi escuela estaba a 25 minutos, así que ya era tarde.

Me apresuré a cambiarme y bajé lo más rápido que pude para despedirme de mamá, ya que mi hermano seguía dormido, él va a cumplir el año que dijo que saldría de la escuela, así que, por el momento no está estudiando.

— ¿Y tu esposo?, ¿Ya se fue a trabajar? —Pregunté para desviar su mirada de mi vaso con agua y poder tomarlo a gusto.

— No, pero ya casi, esta acostado, porque parece que algo le cayó mal y...—dijo mientras se maquillaba.

— Y mientras él duerme, tú te vas a trabajar, ¿verdad? —la interrumpí.

— Ya Diana, por favor, llévense bien con él ya —tocó su cabeza como si le doliera.

— Mira, ya me voy porque se me hace tarde —dejé el vaso vacío en la mesa y le di un beso en la mejilla a mi mamá —Te quiero —abrí la puerta de entrada.

— Tápate, porque está haciendo frío, nena —se levantó preocupada.

Volteé, le sonreí y saqué unos guantes y un gorro de mi mochila y me los puse. Le hice un pequeño gesto con los ojos, preguntando si estaba satisfecha. Me sonrió como respuesta y salí de la casa poniéndome los audífonos para distraerme en el transporte.

Estaba en la ventanilla de la pecera, me quité los guantes un momento para cambiar de canción.

Encontré una canción en mi biblioteca que ya ni recordaba que tenía y que me gustaba mucho. La reproduje y comencé a oírla. Era la de "Abrázame" de Camila.

El chofer pisó el freno con fuerza, que casi nos saca volando a todos los pasajeros. Miré a la persona que había abierto la puertilla tan de pronto. En eso entró un chico alto y bien cubierto por prendas debido al frio de afuera.



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En el texto hay: mexico, romance, corea

Editado: 28.06.2023

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