Hey Karrie

Joderte la vida Parte Cinco

Hice lo que dijo y bueno, esta señora hasta parece extraterrestre.

Me dejo un hermoso vestido negro, pero vamos ¡no me gustan los vestidos, los odio! Pero como ella insistía ¡a la mano pues! Me quedaba hermoso no queda duda, resaltaban mis despampanantes curvas, me encanta.

-(Definitivamente esta no es Karrie)

Vamos stupid aceptalo, si luzco como mujer :v

-(Me gusta esta Karrie)

No dejo de admitir que eres aun estúpida.

-(retiro lo dicho idiota, bye)

Deje mi conversación mental y bueno, alv con esto. Llego Seth y si la boca se podría caer, la suya estuviera 10 metros bajo tierra.

—Oye es de mala educación quedarse con la boca abierta, aunque te preferiría así para que te entren moscas.— Reí

—Este yo... Yooo. —Tartamudeo.

— Si soy linda lo se ¿nos vamos?

—Si hermosura, lastima que eres tan mala...

—Sin comentarios mi vida.

—¡Hey mi niña! —Llamo la mama de Seth.

—Digame Señora.

—Me llamo Lay tranquila, y ven para lo que necesites por fa, me hace falta una niña aquí, estoy tan sola...—Lo ultimo lo dijo con lágrimas falsas.

—¡Mama! —Dijo un Seth avergonzado.

—Vale, vale, vayen con Dios mis hijos.

Bien, luego de la extraña despedida y eso que la loca era yo, nos fuimos en el carro de el, ya que no traje las papas, lo embarraré de lodo.

Íbamos en el carro en silencio, el camino era lindo a decir verdad, nos páramos en una hermosa instalación, tenia un barranco hermoso tendido por un barandal y con una música cliché sacada de Beethoven, pero de alguna forma, me tranquilizaba, entramos y pues me ordeno que me sentara, ¿pero como rayos? ¿Era una iglesia?

Seth salio y abrió la puerta, yo salí con temblor, le tenia pánico a las iglesias.

—Karrie, se que esta es una salida rara, aunque nuestro libro trata sobre temas como la iglesia, pues quise traerte aquí, es un lugar muy especial para mi. —Dijo esperanzado

Estaba en shock hasta se me olvido la broma.... Recordé mi mama, lo que ella me hacia, disque era por la iglesia, lo aborrezco.

Salí corriendo de allá a toda costa, llorando y jodiendome, estaba en un puto ataque de pánico y no tenia marihuana cerca, pero aun así, como quiera, estaba dolida ¡porque! ¡Porque rayos tenias que ser cristiano! ¡Maldita seas Seth!

Fui hasta el barandal, no habían personas, fui y llore como nunca, me hacia la fuerte, pero no, no vale forrarse de amargura para que te derrumbes como telaraña.

Seth gritaba mi nombre, pero no le puse caso, me senté en el barandal, mirando el abismo de mar que tenia al frente, llamenme cobarde pero si, quería saltar.

Y ahí estaba, la misma mierda otra vez.



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En el texto hay: una chica cristiana

Editado: 10.08.2019

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