Hey Karrie

New I


 


 

3 meses después.
 


 

1. 2. 3...
 


 

Solo se escuchaba mi taconeo.
 


 

Iba acompañada de mi padre con un vestido hermoso que Lay me había regalado. Odiaba los tacones, así que decidí a media caminata, quitármelos.
 


 

—Mucho mejor —Dije
 


 

Me miraron raro y seguí caminando.
 


 

Mi boda... Ya me voy a casar con Seth.
 


 

Estábamos en el refugio, Seth y yo lo acomodamos, decidimos que sería algo bien sencillo, solo somos yo, mi papa, Lay, Seth, el reverendo y un gran pastel azúl.
 


 

Seth esta parado viéndome entrar, sus ojos estaban mas abiertos que nunca, sin embargo el estaba mas hermoso aun.
 


 

Narra Seth
 


 

Aun no llega, ¿que pasa? 
 


 

Estoy muy desesperado, ya pronto tendré a mi futura esposa en brazos.
 


 

Con la que siempre desee casarme, mi hermosa Karrie.
 


 

¡Gracias Dios por tantas bendiciones!
 


 

La vi entrar con Marcus con ese hermoso vestido blanco degradado en azul y violeta, mientras caía brillos del techo. Estaba hermosisima, Dios una princesa.
 


 

Se paro a medio camino, me asuste.
 


 

Pensé que no quería nada conmigo e irse pero no fue así, ella se quitó los tacones y siguió caminando.
 


 

Oh Karrie, me mataras de un infarto.
 


 

Siguió caminando como ella sabe hacerlo... Ahora esta frente a mi y no puedo articular ninguna palabra, simplemente me paralizo con su llegada.
 


 

—Bien, queridos hermanos, estamos aquí reunidos....—y el reverendo siguió hablando.
 


 

Estaba mirando a Karrie a los ojos, es tan hermosa, solo yo y ella sabíamos que decíamos.
 


 

Nuestro mundo.
 


 

Narra Karrie
 


 

Seth me miraba embobado, y yo no me quedaba atrás... Estoy a punto de entregar mi vida al hombre que yo amo... Que de verdad amo.
 


 

—Los votos por favor —Oimos al reverendo hablar.
 


 

Ni estaba escuchando, estaba conectada con Seth desde nuestras miradas.
 


 

—Bien empiezo yo —Dijo mirándome divertido. —Ai sorri bebe pero es que quiero hablar primero —Se río.
 


 

Eche una carcajada y el empezó a hablar, agarro unas hojas que saco de su chaleco pero empezó dudando.
 


 

—¿Sabes yo? No daré el típico discurso, solamente diré lo que tengo en mi corazón. —Dijo tirando las hojas.
 


 

Yo solo lo miraba y me reía.
 


 

—Em, bueno, hola soy Seth —Dijo saludando a Lay y a mi papá — pues en este momento quisiera decir estas palabras. Yo Seth, un pendejo y humilde servidor quiere tomar a esta hermosa y perfecta princesa en matrimonio, no porque quiera sexo sin control con ella por unos años —Mi papa lo miro mal, mas yo me reí y el siguió hablando —Sino que desde el día que la vi, ella me llamo la atención en su carácter y forma de ser, aunque me lleve muchos golpes y bromas malas de su parte —Lay se río y yo también a carcajadas. —Pero eso me enseñaba a que debía de amarla mas... Ella necesitaba amor y yo con gusto me ofrecí a darle mas que amor, apoyo, consuelo... Todo. Ella es como un tornado, imparable, arraso conmigo, pero solo para dejarme con mas amor... Ahora dejare este juramento valido. Juro amarte en salud y enfermedad, pobreza y riqueza, sin bañar o bañada, juro amarte por la eternidad, nada nos separara amor mío. —Beso mi mano.
 


 

Me quede en shock, es el mejor voto de compromiso que he oído.
 


—Señorita Karrie, le toca a usted—Dijo el reverendo.

—Bueno ¡Hey Karrie! ¿Porque no hablas? Es que estoy en shock, es que este hombre —Dije señalando a Seth — A pesar de que es un completo idiota y pendejo, nunca se aparto de mi, ¡Es la persona con el mejor corazón que he conocido! y si algo de lo que no me arrepiento, es que nunca acepte ser su novia, sino su esposa, por ahora y hasta la eternidad, Seth — Lo mire a los ojos— Juro amarte hasta cuando estés canoso, cuando te levantes en las mañanas con tu cara toda jodida por el sueño y lleno de baba, cuando ni siquiera te quieras tu mismo... Aun nos falte o nos abunden las cosas, este corazón —Puse las manos en mi corazón — Latirá, y latirá por tu nombre, latirá de amor por ti, te amare, hasta que por mil años sea, ¡Que digo! ¡Por toda la eternidad! Le doy gracias a Dios por conocerte... Por encontrarte, te doy gracias a ti por enseñarme a un ser maravilloso como lo es Dios. Ahora seremos tres, Dios, tu y yo.
 


 

Por siempre.
 


 

Todos estaban llorando y riendo al mismo tiempo, nuestras declaraciones fueron bobas pero reales. Nos amamos incondicionalmente.
 


 

—Y con el poder que se me otorga, los declaro Esposo y esposa ¡Hombre ya besarla carajo!—Dijo el reverendo secándose una lágrima y riéndose.
 


 

Nos miramos fijamente, no lo puedo creer... ¡Soy su esposa!
 


 

Apenas tocamos nuestros labios, nos sentimos en otro mundo, con cada beso que el me da siento sencillamente todo detenerse... Es maravilloso.
 


 

—¡Yupiii! —Nuestros padres nos aplauden llorando ambos.
 


 

Solo puedo mirar al techo y susurrar.
 



#25785 en Otros
#8013 en Relatos cortos
#3862 en Humor

En el texto hay: una chica cristiana

Editado: 10.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.