Hey, Morena

Capítulo 1 | Mi excepción

Dicen que el primer amor no se olvida para bien o para mal es un recuerdo que te acompañara por ser tu primera experiencia amorosa. En mi experiencia yo no lo olvidaré es algo que me marco para mal y me persiguió hasta llegar a la universidad. Llevándolo a pocas palabras mi primer amor fue un completo desastre que me dejo sin querer estar con nadie más. No daré nombres, pero si diré lo que me hizo para que deteste la idea de querer volver a confiar en otro chico. El perro me engaño con mi prima... tenia a tantas chicas para elegir engañarme y se viene a meter con mi prima. Pero la cosa no termina ahí además de engañarme con mi prima la dejo embarazada de mellizos por lo que ahora son padres de una niña y un niño. Fue una traición que no me esperaba por lo menos no por parte de mi prima y lo único bueno que salió de eso fue que conocí a Agustina.

Agustina Lemus es mi amiga desde que estábamos en el secundario ella llego luego de que pasara lo de mi prima y yo me quede sin amigas. Un día me acerqué a ella en el almuerzo y después de eso nos hicimos las mejores amigas, con ella aprendí lo que es la verdadera amistad. La rubia es una chica tierna, soñadora, muy dulce y romántica hasta generar diabetes. Cuando entramos a la universidad esa chispa que la hacía ser ella se fue apagando cuando conoció a James Idiota Sullivan. Era tal la obsesión de Agus de querer llamar su atención que se olvidó de ser ella misma para querer ser una de las chicas que le gustan a James. Por suerte apareció Alan Sullivan para cambiar las cosas y devolver la chispa que Agus perdió.

Vemos como a mi amiga le fue mal en el amor, pero termino encontrando a alguien más que sano sus heridas. Yo pensé que podría tener un corazón de piedra, donde no me entraran ni las balas. Ilusa de mi por pensar que no me enamoraría otra vez. Dylan King fue mi excepción y quien rompió mis reglas de cero novios.

– Vas a tener que pagar esos helados primor yo voy a ganarte – declara mi novio mirando fijo la pantalla con el videojuego.

– En tus sueños King a mí nadie me gana – soy una persona muy competitiva y Dylan lo es también eso fue lo que nos llevó a conocernos. Una fiesta en la fraternidad Alpha donde ambos nos enfrentamos en bep pong y ninguno quería ser el perdedor. Quedamos en un empate, ebrios hasta no saber lo que hacíamos y terminamos acostándonos juntos en su cama. Luego de eso nuestros encuentros se resumían en competencia alguno ganaba, perdía o empatábamos y terminábamos en su cama. Cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos sintiendo cosas el uno por el otro, pero ninguno lo admitiría. Eso es lo que yo pensaba hasta que Dylan se me declaro y dije que, si porque en verdad confiaba en él, además de que estuvo conmigo a pesar de todas las veces que intente alejarlo.

– Suerte de principiante – me dice Dylan dejando los controles en el suelo. Cruzando sus brazos evita mi mirada y frunce sus labios en un claro puchero de enfado. Es tan lindo cuando se enoja.

– Ven aquí mal perdedor – tomándolo de la cara lo lleno de besos logrando robarle una sonrisa. Con un movimiento ya me tenía sentada sobre su regazo con su mano derecha acariciando mi espalda y la izquierda tomando mi rostro.

– La próxima tu pagaras los helados – dándome un beso que casi me quita el aliento Dylan me aprieta en un fuerte abrazo. Es agradable estar entre sus brazos y pensar que el año pasado intentaba mantenerlo alejado de mi a toda costa.

Fuimos a la heladería en su auto quedaba cerca del campus por lo que casi siempre estaba llena pero hoy por ser fin de semana estaba desértica. Dylan pidió por ambos mientras yo me senté en una pequeña mesa alado de los ventanales. Viendo hacia la calle observo a las personas ir y venir, sin prestarles mucha atención hasta que veo a James Sullivan con su nueva conquista.

El chico es un idiota, egoísta, mujeriego y se cree mejor que todos en la universidad. Me alegra saber que Agustina recapacito y se alejó de ese engendro con ego. Alan es el perfecto candidato para la rubia y ella por suerte se dio cuenta a tiempo. Supe que James se sintió ofendido porque Agustina lo dejara en medio de su cita y uso eso de excusa para atraer nuevas presas. Como la pequeña rubia que esta abrazada a semejante bruto, pobre ilusa, no sabe que luego de que James se canse de ella la botara como a papel usado.

– Cara il tuo gelato M&M¹ – sacándome de mis pensamientos mi novio me habla en su poco refinado italiano. Hace algún tiempo que Dylan viene pidiéndome aprender a hablar italiano y español ya que cada que discutimos lo insulto en esos dos idiomas.

– Vas mejorando King, si continuas así espero mínimo que tu propuesta de matrimonio sea en italiano – el castaño me mira con sus ojos celestes y me sonríe con algo de helado manchando sus labios. Nosotros hablamos de matrimonio antes, ambos nos queremos casar en un futuro y si esta relación continúa después de la universidad no descarto que quiera casarme con Dylan. Pasar tanto tiempo con Agustina me está afectando.

– Tengo una buena maestra – pasado su lengua por sus labios vuelve a probar otra cucharada de su helado de Oreo.

– Grazie so di essere il migliore² – viendo con mis ojos entrecerrados a mi novio agrego algo en tono de broma – Y también soy la que comerá gratis en nuestra próxima salida – estirándome un poco le robo un beso fugas para seguir comiendo de mi helado. Tal vez el amor no duele cuando estas con la persona correcta después de todo.

☁️☁️☁️

Entro en el departamento sintiéndome más liguera que una pluma y con una felicidad que no puedo ocultar. Solo me duro cinco segundos esa nube de paz, apenas entre vi a mis amigas sentadas en el sillón. Tirada en posición fetal con Agus intentando consolarla estaba llorando ¡¿Cassandra?!

– ¿Qué paso? – agachándome a un lado del sillón aparto el pelo azul de su cara y la miro a los ojos. Están hincados, rojos y llenos de lágrimas.




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