Hey, Morena

Capítulo 11 | La vida real

Me paseo por mi cuarto de un lado a otro viendo al collar que me dio James sobre mi cómoda de maquillaje. Aun no reúno el coraje para hablar con Tina y decirle que tengo el collar de su hijo. Agarrándome de la cabeza aparto mis cabellos hacia atrás y me dejo caer en la cama, no puedo llorar de nuevo. Tener ese collar en mi poder solo me está recordando una vez más que yo sobreviví y que Dylan se fue. Quiero dejar correr mis lágrimas, pero mi celular suena y me siento en la cama para revisar quien me envió un mensaje. Un numero desconocido era lo primero que vi, luego una imagen donde aparecía un gatito pidiendo perdón y más abajo un mensaje.

Hola Isabella, sé que no debería estar haciendo esto, pero necesito saber si estas bien. Como sé que nunca me mandaras un mensaje lo haré yo, perdón por lo que paso con el collar de Dylan. No fue mi intensión hacerte sentir mal.

Soy James detective Sullivan

Su mensaje me saco una pequeña risa al leer las últimas palabras y todo ese amargor que venía acumulando por ver el collar se esfumo por unos segundos. Hasta que lo vi de nuevo sobre mi cómoda, debo salir de aquí necesito pensar, pero no puedo hacerlo sola.

Hola detective, no te disculpes

Necesito que vengas por mí, recuerdo que me dijiste que si necesitaba hablar te escribiera y ahora quiero aceptar esa oferta.

Cuando envié el mensaje estuve dudando si borrarlo y acostarme en mi cama para seguir pensando en el collar, pero James me contesto rápido.

James: Dime ¿dónde estás?

James: y paso por ti

En mi departamento

Avísame cuando estés abajo no quiero molestar a las chicas.

Me levante para cambiarme de ropa, aunque estaba muy tentada a no cambiarme nada y bajar con mi pijama negro. ¿Quién se daría cuenta que es un pijama? Terminé por levantarme y ponerme algo más abrigado este pijama es cómodo, pero no me va a mantener abrigada allí fuera. Termine poniéndome un jean negro, una blusa de botones y un sweater de la universidad de color rojo. Calzándome unas converse blancas acomode mi cabello en un moño mal armado y guarde mi celular en el bolsillo trasero de mi jean. Cuando estuve a punto de salir de mi habitación vi el collar en mi tocador me estaba llamando a que lo lleve y quise hacerlo, pero me detuve y termine por irme a la sala. Sentada en el sillón leyendo un libro estaba Cassie que parecía estar bastante concentrada en su lectura y aprovechando eso me quise escapar. No quería decirle que saldría con James hablaremos sí, pero aún no lo considero mi amigo para que las personas nos asocien.

– ¿Vas a salir? – detengo mis pasos sigilosos al escuchar la voz de la teñida y me giro a verla aún está leyendo su libro con suma concentración. Cuando se mueve puedo ver la tapa del libro dándome cuenta que es de uno de sus autores favoritos Stephen King.

– Si – respondo a su pregunta cruzándome de brazos al ver cómo me estaba mirando con sus ojos azules.

– Puedes pasar por la farmacia cuando regreses, necesito pastillas para los cólicos menstruales – de entre sus bolsillos saca un par de billetes que me tiende y yo me acerco para tomarlos. Ella aleja los billetes chasqueando su lengua para luego darme el dinero y agregar unas palabras que me hicieron avergonzarme – Dales mis saludos a James moja bragas – habla ella volviendo a retomar su lectura y me deja sorprendida porque yo no dije que saldría con James. Nos enviamos un texto nada de audios o llamadas. ¿Cómo lo supo?

– Tu... ¿Cómo sabias que saldría con James? – pregunto con curiosidad porque al parecer no se puede esconder nada cuando estas con Cassandra. La teñida alzo sus ojos del libro y sonrió bajando de nuevo su libro para recorrer mi cuerpo con sus ojos azules.

– No lo sabía tú me lo acabas de decir – dice la chica sonriendo de lado y volviendo a leer su preciado libro – Diviértete Bella date un tiempo para ti también – esto último lo dijo sin siquiera mirarme y yo asiento guardando su dinero en mis bolsillos delanteros y camino a la puerta de la entrada donde tomo mis llaves del llavero.

Salgo del departamento justo a tiempo de que me llega un mensaje de James avisándome que está esperándome abajo. Camino a paso lento hacia el ascensor y lo llamo esperando a que las puertas se abran mientras medito las últimas palabras de Cassandra. Es cierto que estos últimos meses eh estado muy deprimida por todo lo que le paso a Dylan y no me puse a pensar ni un poquito en mí. Pero me sentía egoísta si pensaba en mi sabiendo lo que le paso a Dylan... debo por un día dejar de pensar en lo que paso.

Las puertas del ascensor se abren sacándome de mis pensamientos y me meto dentro del espacio de metal saludando a mi vecina del piso cuatro. En menos de cinco minutos estoy en la recepción del edificio y salgo siendo recibida por el viento frío de la calle. Aprieto mis puños a los costados y visualizó el auto de James, ya no es momento para arrepentimientos. Camino hacia el sin mucha prisa y me meto en el vehículo viendo al castaño de ojos azules sonriéndome, le devuelvo el gesto y él enciende el auto llevándonos a un lugar desconocido para mí.

Nos estacionamos frente a un restaurante de comidas que parece ser bastante frecuentado por adolescentes. En cuento entramos al local la música se escucha no muy alta, a pesar de la cantidad de clientes sigue habiendo espacio para sentarse y poder tener una charla tranquila. Con James nos sentamos en unos sillones bajo unas lámparas que iluminaban la pequeña mesa. No tardo en aparecer una camarera con una enorme sonrisa, entregándonos un pequeño menú con las comidas del lugar, cafés y otras cosillas que vendían en el local. Ambos hicimos nuestros pedidos y la camarera se fue prometiendo volver pronto, nos dejó en un silencio algo incómodo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.