Hey, Morena

Capítulo 15 | Kiss cam

James me puso una gorra del equipo de los Yankees y a pesar de que no sean mi equipo favorito me deje puesta la gorra. El estadio estaba rebosando de fanáticos que venían a ver el partido con sus familias, parejas y amigos. Siendo una mexicana mitad italiana es más que lógico que los partidos de béisbol no son algo que vemos todos los domingos con mi padre. Mi progenitor tampoco es aficionado a los deportes y las pocas veces que lo vi ver un partido por la televisión fue del Inter de Milán. Por lo que estaba algo perdida con respecto a lo que pasa durante estos partidos.

Decidí seguirle la corriente a James y me volví una actriz, siendo una fanática de los Yankees por un día. Festeje cuando el mayor de los Sullivan lo hacía y me ofendía cuando todos gritaban que un jugador había cometido una falta. Era bastante divertido ver el partido de aquella manera y admito que me sentí bien durante el primer tiempo. Lo incómodo llegó cuando en el entretiempo apareció la kiss cam y comenzaron a enfocar a distintas personas que se besaron.

Internamente estaba rogando por que esa cosa del diablo no me enfocara en mi con James. Veía como distintas personas desconocidas o no se besaban cuando aquella cámara se enfoca. La gente del público aplaudía y vitoreaba los besos mientras que yo moría en mi asiento por que esto acabara. La cámara volvió a moverse y ahora como si la mala suerte esté dirigiendo mi destino hoy me veo en la pantalla. Rodeada de un corazón junto a James y encima de nuestras cabezas pone "Kiss Cam"

El castaño sacó un papel del bolsillo de su campera y mostró una hoja a la cámara. Escrito con letra imprenta y una flecha señalándome en la hoja ponía "es mi prima" y acto seguido él besa mi mejilla dejándome completamente petrificada en mi asiento. El público se rió y la cámara siguió enfocando a fanáticos desprevenidos.

– ¿Cómo sabías que nos enfocaron? – pregunto señalando el papel que James estaba guardando nuevamente en su campera.

– No lo sabía, pero es una costumbre siempre traer este cartel a los partidos. Porque muchas veces vengo con mi prima Harmony, ella no es muy fan del béisbol, pero me acompaña porque siempre la voy a ver cuando juega fútbol americano. Y es incomodo que te enfoquen con la kiss cam para que beses a tu prima – responde este dedicándome una sonrisa, un pequeño hoyuelo se le marca y sus ojos brillan.

El resto del partido fue entretenido y en un golpe de suerte atrapamos con James una bola que salió del campo. La atrapamos juntos y con nuestras manos unidas compartimos una mirada que transmitía confianza. Termine por darle la bola a James porque yo no soy fanática de los Yankees, de ningún deporte en general. Pero en un acto de querer pagarle de alguna forma el haberme invitado a ver el partido hice un llamado a mi madre. Ella es una estilista de estrellas y recuerdo que una de sus clientas es la novia de uno de los jugadores de los Yankees. Por lo que de favor le pedí si podía hacerme entrar con un acompañante a los vestidores del equipo. No tardó mucho en llegarme una respuesta afirmativa y cuando el partido acabara debía buscar ir directo al área de seguridad. Con decir mi nombre me darán unos pases y me dejaran entrar al camerino del equipo junto a James.

Al finalizar el partido tome del brazo a James para irnos guiando a los bastidores de los jugadores. Cuando llegamos a la puerta de seguridad le dije mi nombre al hombre de la portería y este me dejó pasar junto a James. Camino un poco más encontrando la puerta que buscaba gracias a los gritos de victoria. Hable con el que estaba parado en la puerta y este entró en los vestidores para avisar de mi visita.

– ¿Qué hacemos aquí? – me dice el castaño en el oído, por los gritos de los fanáticos fuera apenas si podíamos hablar con normalidad.

– Es una sorpresa – respondo del mismo modo conteniendo el nerviosismo de mis piernas. Solo una vez había hecho algo así y fue para conocer al cantante favorito de Dylan, ahora estaba haciendo esto con James y me sentía igual de nerviosa que la primera vez.

La puerta de los vestidores se abrió y el hombre que había entrado minutos antes nos dejó pasar. Dentro del lugar estaban los jugadores de los Yankees y a mi acompañante parecía que le vendría un ataque al corazón. Por mi parte no me sentía avergonzada de ver a hombres sin camisa pero no estaba tan emocionada como James. Cuando salió del asombro me felicitó y hablé con todos los jugadores. Algo que me hizo ponerme contenta, estábamos camino a llevarnos bien y James ya no parece ser un chico estúpido. Ahora se ve que realmente está volviéndose un hombre maduro y que solo busca redención por sus errores del pasado.

– Alan se va a volver loco cuando sepa que conocí en persona a los Yankees, gracias Bella por hacer esto – la emoción genuina en la voz de James me hizo sonreír pero eso desapareció cuando me percaté de cómo me había llamado. – Perdón quise decir Isabella – se retractó el castaño agachando la cabeza.

– Puedes llamarme Bella somos amigos – le doy un ligero codazo en las costillas de manera amistosa, pasar tanto tiempo juntos me hizo comprender que no era del todo un cretino. En el pasado muchos cometemos errores pero siempre tenemos un presente para rectificarlos y tener una redención.

– ¿Cómo amigos podemos ir por una pizza? – comenta parando delante de su coche en el estacionamiento del estadio. Mi estomago con solo oír la mención de comida rugió y yo me lleve la mano a la panza con la cara algo roja porque James haya escuchado a mi estomago hablar.

– Que sea una familiar con extra de queso y aceitunas – abriendo la puerta de los asientos traseros me monte en el coche esperando a James.

☁️☁️☁️

Dos horas más tarde estaba llegando al departamento con una caja de pizza familiar mitad vegetariana y la otra mitad de napolitana. La gorra de los Yankees aún seguía en mi cabeza y James venía detrás de mí. Traía cervezas y algo de helado que habíamos comprado de camino al departamento. En la sala pude ver a Agus sentada en el sillón viendo una película de suspenso y a su lado leyendo un libro estaba Cassie.




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