Hey, Morena

Capítulo 18 | Avanzar

Me coloco los lentes de sol, anoche tomé demasiado y sucedieron cosas de las cuales ahora me arrepiento. El alcohol me llevo a hacer cosas que estando sobria no haría jamás y tal vez la soledad acompañada de unos bellos ojos azules me tiraron a los brazos de lo inapropiado. Lo que me genera mucha culpa es que el beso que hubo con James me gusto y me siento mal porque estoy traicionando a Dylan. Siento rabia por lo que hice anoche y también anhelo porque quiero sentir de nuevo la calidez de sus labios tocando los míos.
 
— Bella ¿te encuentras bien? – la mano de Agus toca mi hombro y dirijo mi mirada hacia ella un tanto extrañada. — Estás llorando – se toca la mejilla señalando que es por donde mis lágrimas caen. Al sentir el gusto salado en mi boca llevo mis manos a mis mejillas secándolas.
 
— Me levante un poco sensible Agus, ya se me pasara – en realidad no se me pasara más o no hasta que hable con alguien de como me siento. Necesito ir al cementerio, no fui a ese lugar desde que fue el funeral de Dylan es muy difícil para mí estar en ese sitio. Reuniendo fuerzas desayuno con las chicas y me voy de casa con la excusa de ir al centro comercial por un atuendo que vi hace un par de días.
 
Voy sola en un taxi hasta el cementerio, se ve un lugar precioso durante el día y contrasta mucho por lo triste que es venir a este lugar. Bajando del taxi camino hasta un puesto de flores, compro un ramo de rosas blancas y entro al cementerio. Voy a paso lento preparándome para ver la tumba de mi novio, todo mi cuerpo tiembla cuando veo su lápida. Me desplomo de rodillas frente a su tumba, con mi mano cubro mi boca conteniendo las ganas de gritar. Esto va a ser más difícil de lo que pensé, no puedo hacer otra cosa más que llorar y me duele estar en esta situación.
 
— Hola, bombón – con la voz algo ronca por el llanto hablo dejando las rosas en el pequeño jarrón que tiene su lápida. Cambio las flores muertas por las nuevas y acaricio su nombre con mis dedos. — Hace mucho que pensaba venir a verte, pero no podía, aún me cuesta creer que no volveré a verte – sentándome a un lado de su tumba miro el cementerio, es un lugar muy pacífico y cargado de tanta tristeza. — Y todos quieren verme mejor Dyl, sé que tú hubieras querido lo mismo, pero se me hace complicado avanzar. Es tan duro vivir con el hecho de que yo me quede y tú te fuiste para siempre – secando mis lágrimas me quedo en silencio, queriendo de alguna forma disfrutar de la compañía de Dylan.
 
Estuve sentada en el cementerio cerca de tres horas, acomode la tumba de Dylan y me fui con la promesa de regresar pronto. Dentro del taxi de regreso a casa recuerdos vividos del accidente me golpean y comienzo a llorar. El conductor que no entiende lo que me pasa muy amablemente me ofrece un pañuelo y una grata charla. Hablar con un extraño de temas tribales logra distraerme y antes de que me dé cuenta ya estoy en el edificio del apartamento. Por suerte al entrar descubro que estoy sola y disfrutando del silencio me pongo a estudiar para mantener mi mente ocupada.

☁️☁️☁️

De nuevo en la universidad me siento algo ansiosa, quiero salir corriendo muy lejos de aquí, pero aún no sé por qué. Agustina está caminando conmigo no tenemos las mismas clases este año no tomamos literatura y ambas fuimos por áreas diferentes de arte. Pero hoy parece que ella notó que me está pasando algo y me acompaña como si fuera mi sombra. En serio aprecio su preocupación, pero hace mucho que deje de ocupar niñera.
 
— Agus ya puedes irte o llegarás tarde a tu clase – viendo mi reloj le señalo con mi dedo que debe irse antes de que se le haga más tarde.
 
— Quiero acompañarte Bella – responde ella entrelazando nuestros brazos para continuar avanzando a mi clase. Solo logramos avanzar mitad de camino cuando un balón de futbol americano nos golpea a ambas. No fue un golpe fuerte, pero si nos asustó bastante por la sorpresa.
 
— Lo siento chicas el balón se desvió – en ese instante odié los bellos metros cuadrados de pasto verde de la universidad. De no ser por ellos no me habría golpeado un balón ni tampoco habría coincidido con James.
 
— Muy raro que tú falles un tiro Sullivan, pero dicen que para todo hay una primera vez – habla Agus con una seguridad que en el primer año no habría tenido para hablarle a James. En verdad Agus creció mucho como persona desde que conoció a Alan e inicio terapia. — Los dejo ya es tarde para mi primera clase – casi que corriendo Agustina me abandona frente a James. Sé que ella lo está disfrutando por la vez que la deje sobre el hombro de Alan en la fiesta de Julieta.
 
— JAMES EL BALÓN – gritan unos chicos a lo lejos y de inmediato los reconozco son los compañeros de Dylan en el equipo. Verlos solo me trae recuerdos de ver a Dyl corriendo por este mismo campus tras el balón. Presumiendo ante mí para que acepte una cita con él o al menos tomar un helado juntos. Ahora me arrepiento de haberme negado tanto a salir con él, debí aprovechar el tiempo.
 
— Hola, Isabella ¿Cómo has estado? – la voz gruesa y varonil de James me saca de mis recuerdos y giro a verlo. De nuevo su sonrisa hace que pierda el aliento y como una tonta no tengo palabras.
 
Santos cielos Isabella eres una Gotti no deberías estar actuando como una adolescente.
 
— Hola, James – respondo algo incómoda recordando lo que paso en la fiesta de Cassie. — Tuve un fin de semana con resaca ¿Cómo lo pasaste tú? – no quería sonar grosera ni mucho menos que busco evitarlo ahora me incomodaría lastimarlo. Las cosas han cambiado mucho en estos últimos meses y me asombra que no odie a James como antes lo hacía.

— Una resaca leve y muchas cosas en que pensar – rascando su brazo James me mira algo sonrojado. Sé que recuerda lo mismo que yo y es inevitable tocar el tema. Pero como una cobarde termino por huir, me voy corriendo a mi clase como una niña que huye del regaño de sus padres.




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