Seis años después...
Aplaudo junto a las personas que al igual que yo había presenciado el desfile de modas de Isabella para una de las más grandes compañías de modas del país. En un enorme salón donde las pasarelas eran creadas por los propios espectadores las modelos daban una última pasada enseñando la colección de invierno. Por último, estaba saliendo mi bella esposa con su pancita de embarazada muy marcada con su vestido suelto. Era un conjunto parte de su colección que no saco, pero estaba usándolo porque le quedaba muy cómodo acorde a la gestación que presentaba. Todos nos ponemos en pie y aplaudimos a mi esposa que saluda mientras las modelos y los modelos aplauden a la par. Durante meses vi como Bella estuvo preparando este evento mientras que veíamos como nuestro pequeño retoño comenzaba a crecer en su interior. Las luces del lugar se encendieron y las modelos volvieron a entrar a los vestuarios a la par de mi esposa que debía prepararse todavía para la cena de gala donde los compradores charlarían con ella.
Todos nos encaminamos a una segunda sala donde había varias mesas donde los camareros fueron ubicándonos, en una esquina cerca a los ventanales se encontraba una mesa enorme estilo bufé, del otro lado estaba la cabina de sonido y a un costado de esta los baños. En medio de aquel enorme lugar se encontraba la pista de baile, la música te invitaba a sentarte o beber un poco mientras charlabas con las personas. Me ubicaron en una mesa junto a mi hermano, mi cuñada, amigos que tenemos en común, mi prima y primo. Éramos un grupo algo grande, pero las mesas eran enormes por lo que cabíamos todos perfectamente, mi sobrina Cecilie se acercó a mí sentándose en mi regazo. Me gustan los niños, he tenido demasiados primos pequeños a mi cuidado para considerarme un ser paciente y al cual todos los niños adoran.
— ¿Cuándo vendrá la tía Bella? – cuestiona la pequeña dándome una mirada curiosa, mis sobrinas son igual de dulces, cariñosas y amables que mi cuñada.
— Enseguida viene con nosotros está hablando con las modelos – le respondo con una sonrisa, mi esposa siempre hablaba con las modelos luego de cada desfile. Felicitándolas por su trabajo, Bella desde que obtuvo su trabajo en la empresa inició desde abajo siendo asistente de diseño. Poco a poco fue ascendiendo por su excelente trabajo y dedicación desde hace cuatro años que mi esposa diseña colecciones enteras. Todas las modelos la aman porque trabajar con ella es agradable, mi esposa se adecua a los cuerpos de sus modelos sin seguir un canon específico. Desde que Bella hizo su primer desfile trato que su trabajo sea inclusivo para que todos se sientan representados por sus diseños. Desde las tallas más grandes hasta las más pequeñas y sin olvidar las prendas que no tienen un género específico, el nombre de mi esposa estaba haciendo eco en el mundo de la moda por sus atrevidos diseños. Algo que a Bella la llena de orgullo y yo me siento más que feliz por ella al verla triunfar en lo que tanto ama.
Estaban por servir la entrada de la cena cuando Bella apareció siendo el centro de atención y ganándose los aplausos de todos los presentes. Saludando con la mano muy amablemente se fue acercando a nuestra mesa donde finalmente se sienta soltando una gran bocanada de aire. Lucía cansada, pero estaba muy feliz, su rostro la delataba y acercándose a mí me dio un beso corto, miro a las demás personas de la mesa tirando un beso al aire como saludo general.
— Muchas gracias a todos por venir a este desfile es muy importante para mí, es el último que daré estando embarazada – habla la castaña pasando su mano por su vientre mientras sonreía, desde mañana estaría en casa con licencia maternal en la dulce espera.
— Fue un placer, hace mucho que quería asistir a uno de tus desfiles, pero la galería y las niñas me tenían muy ocupada – confiesa Agustina pasando su mano por encima de la mesa para ser tomada por la de mi esposa que le sonríe a su amiga.
— ¿Cómo está mi sobrino? – pregunta Cassandra con entusiasmo. Bella suelta la mano de Agus y mira su vientre con una sonrisa de enamorada.
— Dylan comenzó a moverse un poco más, cuando James le habla se mueve mucho y cuando lo hago yo se queda quieto – responde con una sonrisa tomando mi mano mientras todos ríen, habíamos hablado mucho sobre qué nombre le pondríamos al bebé.
Buscamos por mucho tiempo, preguntamos a nuestros familiares sugerencias, pero seguíamos sin estar convencidos hasta que durante uno de mis viajes a casa de mis padres vi una antigua foto de mi primer año de universidad. Estaba con todos mis hermanos de la fraternidad frente a la casa Alpha, estaba con un brazo por encima de los hombros de Dylan y el otro en los hombros de Brice. Lo que me trajo nostalgia, recordando la buena amistad que tuve con el muchacho, terminé por sugerir el nombre a Bella. Ella se sorprendió al principio, pero estuvo de acuerdo con ponerle ese nombre, al final sería un homenaje a una persona que ambos queremos. Cuando le dije su nombre a mi hijo él dio su primer movimiento, que según palabras de mi esposa fue como si burbujas se movieran en su interior.
Cuando la pista de baile se inauguró le di mi mano a mi esposa invitándola a bailar, Bella aceptó de inmediato y ambos nos encaminamos a la pista. Bailando al compás de la música lenta estábamos moviéndonos con gracia por la pista, sus ojos no abandonaron los míos y por inercia nuestras frentes se unen. Acercándonos lentamente nos besamos, sin dejar nuestro vaivén por la música lenta y embriagados por aquel sonido nos sumergimos en nuestro propio mundo. Separándome un poco de ella la miro a los ojos, sus preciosos ojos cafés me devuelven la mirada con una tierna sonrisa.
Editado: 07.08.2021