Hey Quitate Enana

Capitulo 5 Zorra

¡Un momento! ¿dijo su prima? ¡Su prima! ¿Es enserio? Alguien mateme...

—¿tu prima?—pregunté confundida.

—así es

— oh. Se hace tarde para ir a clases.—al entrar al salón y vi a Liliana. Siento que debo pedirle una disculpa por no agradecerle bien que encontrara mi celular. Tomé asiento a su lado al ver que no había maestro—hola.

—hola—saludo con una sonrisa.

—siento mucho no haberte dado las gracias amablemente por encontrar mi celular, yo pensé que eras igual a las demás rubias.

—¿De que hablas?—preguntó sin entender a qué se refería.

—cuando salí de dirección te vi hablando con el excremento viviente y luego lo abrazaste así que pensé que le estabas rogando que saliera contigo.

—¿Excremento viviente? —rió— espera ¿estas hablando de Callan?—asentí—para nada, Callan es mi primo.

—lo siento, ya entendí que no debo juzgar una persona sin antes conocerla.

—no te preocupes.

—de verdad lo siento, comprendo su estás molesta.

—para nada. Creeme que te entiendo, yo también hubiera pensado lo mismo.— aún sentía un poco de vergüenza por pensar eso, lección del día: nunca juzgues a una persona sin antes conocerla —a propósito ¿ya escogiste un club?

—aun no, la directora me dijo que podría pensarlo y decirle mañana

—al menos te dejo pensarlo.

— ¿tu en cual estas?

—baloncesto—asentí comprendiendo—es mejor que escojas uno que de verdad te guste por que ya no te podrás cambiar.

—lo pensare muy bien.— en eso entró el maestro y dió inicio la clase, tomé asiento junto a la bolsa de testosterona, al termino de la clase salimos a la siguiente hasta que terminaron todas y mi compañero me entrego el resto de cuadernos que me faltaban.—¿están todos los apuntes?

—supongo— vaya respuesta.

—por cierto en verdad lo siento, no debí decir lo que dije en la mañana.— el comenzó a caminar y yo guardé los cuadernos en mi mochila.

En la salida del instituto me encontré con una escena no muy agradable, era el excremento humano que se encontraba con una chica que incluso a 40 metros de distancia podía ser evidente que era una zorra, de la nada ella le acaricio el cabello y lo besó, o bueno más bien parecía que se lo quería comer.

—¿quieres ir a comer a mi casa?—miré a Liliana quien se encontraba a mi lado y traté de ignorar la escena que acababa de ver.

—me encantaría.—caminamos hasta su casa la cual no quedaba tan lejos del instituto. Al llegar dejamos las mochilas en la sala y fuimos hasta la cocina en dónde se encontraba una mujer cocinando.

—he llegado—avisó Liliana—ella es Yamileth, la chica nueva, la invite a comer.

La mujer sonrió y me saludo para después preguntar a Liliana por su hermana a lo que se limito a responder que no tenía ni idea de dónde se encontraba, nos sentamos y comenzamos a comer, la hermana de Liliana llegó y tomó asiento junto a mi mientras me daba un empujón dando a entender sus buenos modales.

—estaremos en mi cuarto, voy a ayudar a Yamileth con unos apuntes.

—¿Quieren que les lleve algo?—preguntó laadre de Liliana amablemente.

—unas palomitas estarían bien—respondió mientras entrabamos a su habitación.

—no tienes por que ayudarme si no quieres.

—claro que quiero, somos amigas ¿no?—Me quede callada ante eso, no somos amigas. Acabas de llegar y yo digo eso, que tontería.

La realidad es que Liliana era una chica increíble. Muy simpática y amistosa y si, ya la consideraba una amiga a pesar de que la conocía desde hace un día—si somos amigas pero no por eso me tienes que ayudar.

Liliana sonrió y siguió ayudandome. Cuando terminamos le agradecí que lo hiciera, me despedí de ella y de su mama para irme a casa, deje mi mochila en el sofá y encendí la televisión, me senté, dejé mi celular cargando y comencé a buscar algún canal hasta que encontré  grey's anatomy, no me di cuenta de que el tiempo pasó tan rápido hasta que alguien tocó la puerta, ví la hora y observé que eran las 12 a.m.

¿Quien podría ser a estas horas?

Me levante y abrí la puerta —¿si?

—hola—Jason.

—hola—sonreí.

—¿te desperté?

—no, ¿Quieres pasar?

—en realidad, quisiera que fueras conmigo a un lugar.

—¿a donde?

Jason me llevó a un parque el cual estaba solo, nos dirigimos hacía los juegos y tomamos asiento sobre los columpios.

—¿cual era tu sueño cuando eras pequeña?—preguntó.

—tenia muchos sueños.—no me gustaba hablar sobre los sueños que tuve  anteriormente.—¿cual era el tuyo?

—ser astronauta, hasta que cumplí doce años y me di cuenta de que era una tontería.

—cuando eres pequeño tienes muchos sueños pero creces y se te olvidan—susurré.

—seria divertido.

—¿que?—pregunté confundida.

—ser un columpio.

—¿Por que?—pregunté aún más confundida.

—por que aquí los niños vienen a divertirse, sonreír y olvidarse de todo.

—¿y seria divertido ser el motivo de la sonrisa de alguien?

—si, así es.—Se levantó y sentó en una banca que se encontraba cerca por lo que me senté a su lado, suspiró y sonrió—¿Sabes que sería más divertido?

—¿que?

—una guerra de cosquillas.

—¿una guerra de cosqui..?—en ese momento comenzó a hacerme cosquillas hasta hacer que casi me probara de la risa. Luego de eso regresamos a casa—gracias.

—¿por que?

—por hacerme reír tanto.

—entonces gracias a ti por pedir una pizza. Creo que si no la hubieras pedido no hubiera tenido el valor de hablarte.

—entonces, gracias a ti por traerla.

—gracias a ti por consumir.

—gracias a ti por trabajar allí.

—gracias a ti por mudarte—negué con la cabeza.

—ya, enserio gracias.

—no fue nada —sonreí y el también lo hizó, la puerta fue abierta mostrando a mi tía Georgina.

—tía, pensé que estarías fuera.

—decidí regresar para estar contigo unos días—sonrió mostrando los dientes.

—el es Jason. Jason ella es mi tía Georgina.



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 30.09.2020

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