Genial, no puedo escapar.
La chica se acercó mas a mi y me dio un fuerte golpe en la nariz con el puño cerrado, las chicas que la acompañaban comenzaron a reír hasta que alguien la empujo haciendo que todas se callarán, era una chica con el cabello de colores, la pelinegra se enojo mas y con sus acompañantes nos juntaron arrinconandonos a la colorida y a mi.
—¿Que esta pasando aquí?—Las chicas se miraron entre sí, la mayoría comenzó a correr —¡Utedes no se van!—exclamó la directora molesta antes de que pudiéramos irnos.
*****
Me encontraba en dirección con la chica de colores, la pelinegra y dos de sus asistontas.
—quiero ver a sus padres mañana mismo en la entrada—hablo la directora observando a las últimas tres, después de eso les entregó un citatorio a cada una de ellas mientras que a la colorida y a mi nos dió un reporte.
Genial, otro reporte.
Salimos de dirección y sentía como la mayoría se nos quedaban viendo y murmuraban cosas que no alcancé a escuchar, además de que no quise tomarle importancia. Caminé hacia la cancha y me senté en las gradas.
Sabía que tenía que ir a la siguiente clase pero en ese momento ya no me importaba tanto, comencé a maldecir internamente. Solo a mi se me ocurre querer comenzar una nueva vida y dejar atrás el pasado. Ese pasado que jamas podre borrar.
—hola—alcé la mirada encontrando a la colorida frente a mi.
—hola.
—Así son ellas.
Suspiré—gracias por ayudarme.
—odio que se crean las reinas de todo el instituto, no es justo que siempre traten mal a quienes se les de la gana, soy Layla. Tu debes de ser la nueva ¿cierto?
—si.—puesnitantoyatengomis años.Callate.—Yamileth.
—¡Al fin te encuentro!— me gire encontrando a Liliana quien caminaba apresuradamente hacia mi.
—Ah, hola Liliana.
—Layla—le dió una media sonrisa—me enteré de lo que pasó. Lo siento mucho, no tenía idea de que mi hermana también haría eso.
—no te preocupes —dije restándole importancia.
—bueno, yo me voy tengo clase de literatura y no quiero llegar tarde.—dijo la colorida.
—nosotras también.—dijo la rubia
—¿Enserio?—pregunté.
—¿Nos vamos juntas?—preguntó Layla a lo que asentímos. Me alegraba haber conocido a Layla. Me senté junto a ella, Liliana tomó asiento atrás, al termino de la clase Liliana y yo nos fuimos hasta la siguiente.
—en un momento te alcanzo. Tengo que hablar con mi hermana.—asentí.
Entré al salón, el maestro ya estaba ahí así que solo tomé asiento, los alumnos restantes comenzaron a llegar, la bolsa de testosterona tomó asiento junto a mi.
—me entere de lo que paso—susurró mirando hacia el frente.
—primero me empujas y me llamas enana, después me dan un reporte por tu culpa, haces que caiga de trasero y casi me atropellan por tu culpa y ahora esto, solo me he metido en problemas por tu culpa.
—no tenía ni idea de que Dana haría eso.
—¿sabes? Me pidió que me alejara de ti y eso es lo que haré, ya no quiero problemas por tu culpa ni por culpa de tu noviecita.
—ella no es mi novia.
—pues para besarte, comerte los labios y amenazarme pareciera que si.—suspiré pesadamente —como sea, no me importa, solo déjame en paz.
Finalmente llegó la última clase que sería club, me decidí por vóleibol, le informe a la directora, al llegar a la clase pude notar los shorts tan cortos que apenas y cubrían el trasero, me negaba rotundamente a usarlos pero la entrenadora me dijo que eran parte del uniforme escolar cosa que no tenía sentido si llevábamos ropa libre.
En la salida observé a Liliana hablando con su primo hasta que se despidieron, el subió a su moto y se fue.
¿Acaso aquí todos tienen moto?
—¡Hey! Hola—me giré observando a la colorida.
—hola, chica de colores.
—¿chica de colores?
—es por tu cabello.—ella rió y comenzamos a caminar mientras platicabamos, al llegar a su casa me di cuenta de que la mía quedaba dos cuadras arriba. Eso era algo genial por que así ya no tendría que irme sola. Layla y yo quedamos en ir al siguiente día juntas al instituto y eso era algo que me alegraba, al llegar a casa ví a mi tía quien observaba su teléfono.
—¿Que tal tu día?
—bien—dije restándole importancia.
—¿Pasó algo?—negué—tienes la mejilla roja y la nariz levemente inflamada.
—nl ha pasado nada—dije rápidamente y subí corriendo a mi habitación.
*****
—¿ya estas lista?—mi tía entro a mi habitación.
—¿lista para que?
—¿como que para que? Para la cena.— la cena, la había olvidado, maldije internamente y entré al baño, tomé una corta ducha, me cambie, trate de ocultar lo de mi nariz pero seguia siendo evidente el gran moretón que se había hecho.
Odiaba el maquillaje principalmente por qué no sabía maquillarme por lo tanto lo deje así.
¿Por que por que destino cruel? ¿Por que me haces esto a mi y no a cualquier chica?
Mi padre llegó, le entregué el reporte para que lo firmara y me dijo que hablaríamos luego de eso, tocaron la puerta, inmediatamente abrí encontrándome con Jason quién tenía una sonrisa en su rostro, al verme está desapareció.
—¿Que te paso?
—un pequeño accidente.— no había necesidad de tomarle demasiada importancia a cosas como esas.
—pero, ¿estas bien?
—claro, pasa—me hice a un lado para que entrara y me extendió un ramo de rosas.
—no debiste—eran preciosas.
Las coloqué en un jarrón con agua, comenzamos a cenar y en cada oportunidad mi padre le hacía alguna pregunta a Jason al punto de parecer un interrogatorio.
—¿Que edad tienes?
—dieciocho—el seguía respondiendo las preguntas de mi padre con amabilidad.
—¿Vives con tus padres?
—mis padres se divorciaron, vivo solo con mi madre.— trágame tierra, esto es horrible, humillante y vergonzoso.
Al fin terminamos de cenar pero casualmente había postre, lo cual solo quería decir que el interrogatorio continuaría. Mi tía se levantó y pensé que por fin hablaríamos de otra cosa y así fue: por que cuando regresó traía consigo un libro.
Editado: 30.09.2020