Hey Quitate Enana

Capitulo 29 Enfrentar los problemas

¿Por que de tantas personas en el mundo tuve que chocar con el? ¿Diganme por que?

Definitivamente el destino me odia.
No, tu odias al destino.

Ambos nos miramos mal— ¿de todas las personas que hay en este mundo justamente tendría que chocar contigo?— pregunte en tono de irritación.

— yo no tengo la culpa de que la niñita venga corriendo como tonta— dijo.

— ¿A quien llamas niñita?— pregunte molesta.

— ¡A la estúpida que venia corriendo sin mirar a donde iba!— exclamo mirándome.

— ¡No soy ninguna estúpida!— me defendí.

— ¡Claro que lo eres! —afirmo—¡Deberias de fijarte por donde vas!— exclamo molesto.

— ¡Tu deberías de ser mas amable!— un poco de amabilidad no le vendría nada mal.

—¡Yo soy amable! — exclamo—¡Pero con las personas tan estúpidas como tu no se puede ser amable!

— ¡Eres un Idiota!

— ¡La idiota aquí eres tu!—¿Como se atreve a decirme eso? Maldito. Ambos nos seguimos mirando de mala manera

— ¡Pudrete!—exclamamos al unísono.

Alrededor habían muchas personas presenciando lo que acababa de pasar. Lo empuje y comencé a caminar. Llegue a casa y me encontré a Regina sentada en el sofá de la sala.

— ¿que haces aquí?— pregunte mirándola esperando alguna respuesta.

—estoy viendo unos detalles para la boda con tu papa.—controlate, controlate, controlate—¿quisieras ayudarme?—Pero que sínica

¿Y si le arranco todos los cabellos?

—¿por que sigues con esto?— pregunte con fastidio.

—¿de que hablas?— pregunto sin entender a que me refería.

—tu no quieres a mi papa— sabia perfectamente que esa mujer solo estaba jugando con el.

— claro que lo quiero— se levanto del sofá.

— no es verdad.

—lo he esperado durante siete años y ahora no voy a perderlo— aclaro.

Mi papa entro a la sala con un plato con fresas, una botella de champagne y dos copas.

— ¿pasa algo?— pregunto mi papa mirándonos.

Lleve mi vista hasta Regina—no— respondió. Maldita bruja

Suspire— voy a subiar a mi habitación—comencé a subir los escalones— ¡Y que nadie me interrumpa!

*****

Comenzó a obscurecer y decidí bajar, Regina no estaba, mi papa tampoco y mi tía se encontraba preparando la cena, me senté y de pronto recordé lo que había pasado en el parque hace unas semanas.

Yo la vi, era Carlota, se que era ella ¿Que hacia Carlota ahí? ¿Me estaría observando? ¿Cuando me dejarían en paz? ¿Que es lo que quieren?

Salí de mis pensamientos al escuchar que me hablaban.—¿que?— pregunte desentendida.

— te pregunte ¿que te pasa?— pregunto mi tía.

Mientele—... Nada estoy bien.

—¿segura?

No, no lo estoy— si, estoy bien.

Comenzamos a cenar, termine de beber el jugo que de hecho sabia un poco diferente. Subí a mi habitación y me comencé a sentir un poco débil, comencé a tambalearme hasta llegar a mi cama.

*****

La alarma comenzó a sonar, hice lo mismo de siempre, cogí la mochila, el celular, las llaves y los audífonos y comencé a caminar hacia el instituto.

No recordaba lo que había pasado la noche anterior, solo recordaba que había  terminado de cenar y me había tomado un jugo y comencé a sentirme débil.

Cuando iba caminando recordé que era sábado y comencé a maldecir en voz baja. Regrese a casa y deje la mochila y salí hacia el parque, me senté en la misma banca de siempre, alguien se sentó a mi lado pero no observe quien era.

—¿estas bien?—pregunto.

No hacia falta ver quien era, su voz era suficiente.

—si, eso creo— respondí. De pronto todo vino a mi mente.

Flashback

El timbre del receso sonó y todos salieron corriendo, comencé a buscar mi dinero en la mochila.

—vamos al baño— pidió Jesica.

Saque mi dinero y sonreí—si ya voy.

Compre un burrito y comenzamos a caminar hacia el baño, Jesica se metió y yo la espere afuera, Vanesa y Joseline se acercaron a mi corriendo y ya estando frente a mi sonrieron.

—Yamileth aquí estas al fin te encontramos— dijo Vanesa.

—tu mama quiere verte— dijo Joseline.

Al escuchar eso, las lágrimas comenzar a caer recorriendo mis mejillas.

Ambas, me cogieron de los brazos y comenzaron a jalarme, por mas que me resistía y lloraba ellas comenzaron a arrastrarme hasta atrás de los salones y lo peor de todo fue que Jesica también lo hacia y ninguno de los alumnos hacia nada.

—aquí esta tu mama, quiere verte— dijo Jesica y las demás comenzaron a reír.

— no, no sueltenme, dejenme— pedía llorando.

Intentaba gritar al llorar, no me soltaban, sus rostros eran de felicidad, todas las niñas del salón estaban ahí arrastrándome hacia atrás de los salones, me soltaron y corrí hacia el salón, entre llorando, las maestras que estaba ahí conversando me preguntaban que había pasado, les dije lo que había sucedido y la maestra contestó que las castigaría.

Pero no las castigo, ni tampoco pidieron perdón.

Fin del flashback

Cada minuto de mi vida duele mas. Desearía cambiar el pasado.

—¿Yamileth estas bien?— preguntó sacandome de mis pensamientos.

— no, no Layla, no estoy bien, estoy muy mal— mis ojos se aguaron y antes de que las lágrimas cayeran me levante, comencé a caminar rápidamente y después a correr.

¿Eso es lo que siempre harás? Huir de Todo.
¿Que es lo que pretendes que haga?
Enfrenta los problemas.

Deje de correr hasta topar con un poste— hijo de fruta—Mire el poste y me di un zape en la cara.

Suspire profundamente, me senté en el frío y cómodo suelo y comencé a pensar. Tal vez debería  dejar de huir, tal vez debería enfrentar los problemas.



#22420 en Otros
#3352 en Humor
#34996 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 30.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.