Hey Quitate Enana

Capitulo 48 Nueva amiga

Días después.

Me desperté por el estúpido sonido de la estúpida alarma, me levante, me cambie, acomode la cama, me peine y baje.

Cogí una manzana y la comí, había dejado de consumir jugos, suena absurdo pero no quería que eso se volviera a repetir, aunque Georgina estuviera lejos no me sentía con las suficientes ganas de volver a consumir algún jugo.

Cogí la mochila, los audífonos, el celular y las llaves, salí de la casa y comencé a pensar mientras caminaba hacia el instituto.

Tenía claro un objetivo, quería volver a intentarlo, pensar que la felicidad en verdad existía y que la encontraría, no podía seguir aferrándome a cosas que ya habían pasado, quería volver a empezar, las personas suelen lastimarte pero descubrí que una persona que es herida es quien mas valora y sabe lo que es la felicidad.

Llegue al instituto y vi a Liliana sentada en las escaleras del pasillo conversando con alguien así que me acerque y en cuanto me vio se levanto.

- adiós - se levanto y se fue, la chica que estaba conversando con ella segundos antes se levanto y me miro con desagrado y se fue. Liliana se había encargado de aplicarme la ley del hielo y no me levantaría esa ley hasta que no hablara con Layla.

Suspire pesadamente y me senté en las escaleras, deje la mochila a un lado y revise mi brazo izquierdo y la cortada ya no estaba solo había quedado la cicatriz, baje la mirada hasta el suelo y cerré los ojos.

¿Por que la vida es tan complicada?

- ¿estas soñando conmigo?- abrí los ojos y levante la vista.

- ni en tus sueños - cogí la mochila, me levante, me sacudí y comencé a caminar.

- ¡Lindo trasero!

- ¡Idiota!- seguí caminando hasta llegar al salón en el cual solo se encontraban unos cuantos alumnos que hablaban muy animadamente y al verme se callaron. Me senté en mi lugar y recargue mi cabeza sobre el pupitre.

- ¿de que tanto hablabas con Dustin?- ¿tanto? Pero si apenas y cruce palabra con ese idiota.

- de... Que te importa- no, no, así no se hace, dejame mostrarte como se hace- de que tengo un lindo y hermoso trasero.

Se echó a reír - te mintió.

- imbécil - dije y rió mas fuerte. El maestro entro y saque el cuaderno de álgebra y la clase comenzó.

*****

Todos corrían rápidamente hacia la puerta, mientras se empujaban y algunos caían al piso. Observe hacia atrás en donde vi a Layla y Liliana conversando y riendo muy animadamente.

Ella no debería estar divirtiéndose. O ¿acaso ya la perdonaste?
No.

La marea de alumnos fue desapareciendo y comencé a caminar hacia la salida, me coloque los audífonos y comencé a escuchar 21 guns de green day. Mientras caminaba tarareaba la canción.

Decidí caminar hacia el parque, mientras pasaba por la plaza que quedaba cerca de el alguien me jalo del brazo. Me quite los audífonos encontrando a Camile frente a mi.

- hola- otra vez estaba usando ese tono de niña chiquita. Guarde el celular y los audífonos en la mochila y comencé a caminar y ella inmediatamente me alcanzo y comenzó a caminar a mi lado.

- ¿que pasa?- pregunte mientras seguíamos caminando.

- ¿cuando es tu cumpleaños?- esa pregunta fue suficiente para que parara en seco.

- en una semana -la mire- ¿por que?

- genial, ¿que quieres que te regale?

- no me gustan los regalos- camine y me senté en una banca que estaba cerca y ella se sentó a mi lado.

- ¿que quieres decir con eso? A todo el mundo le gustan los regalos.

- a mi no.- era la realidad, no me gustaban los regalos y mucho menos en mi cumpleaños, era pasable algún regalo en navidad, año nuevo o cualquier otro día pero no en mi cumpleaños.

Después de un rato de estar discutiendo sobre cumpleaños y regalos nos levantamos, Camile me convenció de acompañarla a un lugar y acepte, caminamos hacia un lugar el cual no conocía y en el que se encontraba una casa vieja y por lo que se veía deshabitada en la que afuera se formaba una pequeña montaña de tierra en la cual nos sentamos y miramos hacia la casa, por lo que indicaba era una casa abandonada.

- ¿que estamos haciendo aquí?

- todos los días vengo- bajo la mirada- cuando era niña mis padres nunca estaban y yo me la pasaba sola en casa, un día salí y me perdí, comencé a caminar hasta que a lo lejos vi esta casa y me acerque, después recordé los lugares que había cruzado y regrese a casa, mis padres jamas lo supieron y si lo hubieran sabido de cualquier forma no les hubiera importado- levanto la mirada - el punto es que todos los días vengó desde esa vez y observo la casa, nunca eh entrado y no eh visto que personas entren ahí.

Mire hacia la casa en la cual afuera se encontraban unos pedazos de madera tirados y muchas pierdas alrededor, no se veía a nadie que estuviera cerca, eramos las únicas que estábamos ahí observando esa casa, ni siquiera un animal pasaba por ahí, pero lo mas extraño de todo era que no había nada de basura cerca, solo estaba la tierra, algunas piedras y los pedazos de madera.

Una parte de mi me pedía que entrara a esa casa y otra parte de mi me pedía que no lo hiciera.

- ¿por que me cuentas todo esto?

- por que te considero mi amiga.- dijo sin utilizar su tono de niña chiquita.

Consideraba a Camile como mi amiga pero no sabia si debía seguir considerándola, a pesar de que la hubiera conocido cuando entre y la vi con el psicólogo y pareciera una loca, la verdad era que Camile se había convertido en mi amiga en muy poco tiempo, tenia que creer que los amigos en verdad podían existir pero ya había sufrido la traición de Nancy, mi propia prima, Layla, Ryder, de todos y no quería tener una nueva amiga y sufrir su traición.



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 30.09.2020

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