Miranda nos observo y una sonrisa enorme se formo en su rostro. Una sonrisa casi tan igual como la de Jeff the killer. Christian y yo nos miramos y rápidamente separamos la vista llevándola a cualquier otro lado.
— algo así —dije mirando el suelo.
— es algo ilógico — Miranda podía llegar a ser tan inteligente cuando le convenía.
—tenemos que irnos— dijo Christian y agradecí internamente.
— pero...—Miranda iba a protestar pero Christian no la dejo.
— vámonos.
Miranda renegó y comenzó a caminar—siempre supe que te gustaba.
Las mejillas de Christian tomaron un color rojo carmesí y comenzó a caminar detrás de Miranda, abrí la puerta de la casa y observe hacia la dirección en la que se habían ido y rápidamente fueron desapareciendo de mi vista, entre y cerré la puerta, deje la mochila sobre el sofá, las llaves encima de la mesa y me senté en el sofá.
Había besado a Christian, a pesar de lo que había dicho Miranda no me hubiera imaginado que pasaría algo así. A pesar de que solo hubiera sido un pequeño y ligero beso me sentía rara, esa misma mañana Callan había dejado los insultos y me había dicho... Hermosa.
No le pedí a Callan explicación alguna del por que estaba actuando tan raro y por que me había dicho eso. En mi cabeza giraban muchas cosas. El beso con Christian, las palabras de Callan. Todo venia a mi mente tan repetidamente hasta que recordé las palabras de Liliana.
Me levante del sofá y subí a mi habitación, me coloque los audífonos y comencé a escuchar Bring me to life de evanescence.
*****
El despertador comenzó a sonar, me desperté, lo apague, me levante, me cambie, me peine, acomode la cama y baje, cogí un yogur y me lo comí, me cepille los dientes y subí nuevamente a mi habitación, cogí el celular y los audífonos, baje, cogí la mochila y las llaves y salí de la casa.
Comencé a caminar hacia el instituto mientras tarareaba una canción y miraba el suelo.
Llegue al instituto y antes de entrar vi a Liliana en la entrada conversando con un chico que vestía como el típico chico malo, unos jeans desgastados, una playera blanca y una chaqueta de cuero, se encontraba recargado en una moto negra, Liliana sonreía, se veía tan animadamente conversando con el. El depósito un beso en su mejilla y subió a la moto. Camine hasta la entrada y pase por su lado sin decir nada.
Recorrí el pasillo hasta llegar al salón de clases, no había ningún alumno y eso fue algo extraño, entre y deje la mochila sobre la banca, me senté y mire hacía la puerta de la cual Liliana entro segundos después.
—hola—dijo llegando hasta mi y parándose en frente.— Yamileth — asentí con la cabeza— lo estuve pensando y quiero pedirte una disculpa, se que no debí hablarte como lo hice.
— pero lo hiciste.
—¿me dejas terminar?— asentí — tienes razón, Layla no debió pensar mal de ti y debió esperar alguna explicación, no debo meterme en eso, si tu ya no quieres ser su amiga creo que es algo que tengo que aceptar, me duele ya que ustedes dos son mis amigas y nos llevábamos tan bien, pero no hay nada que se pueda hacer. Y sobre mi hermana...
— no la menciones — dije rápidamente y ella asintió.
— eres mi amiga y no me gustaría perder tu amistad, respeto tu decisión y entiendo lo que quieres hacer, espero y puedas perdonarme.
Tal vez Liliana esta hablando con sinceridad.
Si, claro.
¿Podrías dejar de desconfiar tanto en las personas?
¿Podrías dejar de ser tan inocente y abrir los ojos de una maldita vez?
—no tengo nada que perdonarte—la mire y bajo la mirada—me molesto que me hablarás así, pero te entiendo,—levantó la mirada —yo también hubiera hecho lo mismo que tu y creo que soy yo quien tiene que pedirte una disculpa... ¿Amigas?
Sonrió, me levante del lugar y me acerque a ella y nos abrazamos—te quiero mucho—dijimos al unísono.
Los alumnos comenzaron a llegar al igual que el maestro, nos separamos y se fue a su lugar y yo me fui al mio, Callan no entro, la clase comenzó y de vez en cuando observaba la puerta esperando verlo entrar pero no, definitivamente no entró.
Las clases terminaron y salimos, Liliana y yo caminamos hacia la salida, ya extrañaba hablar con ella, llegamos a la puerta de la salida y vimos al chico de la mañana con el cual Liliana había estado conversando, la mire y sonrió, me cogió del brazo y me llevo hasta donde estaba el chico.
—hola—sonrió y lo abrazo.
—te extrañe— le dijo el.
— yo también —esto es incomodo. Se separaron y Liliana me miro— Yamileth el es Alan, mi novio. Alan ella es Yamileth mi mejor amiga.
El chico me dio un apretón de mano y volvió a abrazar a Liliana, podría decir que se veían tan lindos, incluso me empalagaban, me hacia feliz ver a mi amiga feliz irónico ¿no? Me alegraba que ella estuviera feliz, y al parecer el motivo era ese chico.
Mire hacia cualquier otra dirección, no quería ser mal tercio, busque con la mirada a alguien a quien pudiera acercarme. Me despedí de ellos y quede de verme con Liliana en la tarde, el chico insistió en llevarme a casa y me negué, me separe lo suficiente dándoles su espacio.
Mi celular comenzó a sonar y observe que me había llegado un mensaje.
De: Camile
Nos vemos en el parque, no hagas preguntas, te veo ahí en cinco minutos.
Camile sabia que acababa de salir del instituto por que se lo había dicho, consideraba que ella podría ser una buena amiga a pesar de que la hubiera conocido en unas circunstancias no muy gratas, ella no se encontraba del todo bien pero yo tampoco así que no podía juzgarla, al contrario la entendía.
Camine hasta llegar al parque, busque con la mirada a Camile hasta que vi a una chica de espalda, vestida totalmente de negro, me acerque y le toque el hombro, volteo y no era Camile, le pedí una disculpa y seguí buscando a Camile hasta que la vi sentada en el pasto jugando como niña chiquita, me acerque a ella y siguió jugando, me senté frente a ella y río como una niña, movió su mano de un lado a otro y sonrió.
Editado: 30.09.2020