— ¿que tal asesina? — preguntó desde el otro lado de la linea. Llorar no me serviría de nada, al contrario me haría mas débil y ella lo sabría.
— ¿que quieres?— pregunte seria.
— hablar, acabar contigo.
Termine la llamada, responder fue mi peor error, ya estaba harta de ser débil pero no podía seguir como si nada mientras esa loca seguía por la vida llamándome.
Apague el celular y lo deje sobre el mueble que estaba al lado, cerré los ojos, respire profundamente, me recoste y me tape con las sabanas.
*****
Baje a desayunar y me encontré a Regina y mi papa hablando muy animadamente mientras desayunaban, mi papa se veía tan feliz al lado de Regina.
Ellos se conocen desde años atrás y ella solo vino hasta esta ciudad por el, eso solo puede significar una cosa. Regina en verdad ama a mi papa.
Ni siquiera mis desprecios la han hecho cambiar de parecer, tal vez ella es la mujer con la cual mi papa deba estar.
Sali de mis pensamientos, dí una media sonrisa, me senté, cogí el bote de leche y la caja del cereal, lo deposite en un recipiente y comencé a desayunar.
Luego de terminar de desayunar y de lavarme los dientes salí de la casa, Regina insistió en llevarme al instituto y mi papa tenia que ir a una junta de trabajo y no me quedo otra opción mas que aceptar.
Regina encendió la radio e inmediatamente comenzó a escucharse I will be de Avril Lavigne. Mire por la ventana del auto, la velocidad no era la mas rápida pero podías quedarte observando por la ventana y ver como recorrías cosas que jamas te diste la oportunidad de ver.
— y... ¿Que tal la escuela?— pregunto mientras frenaba por el semáforo en rojo.
No lo se— bien— respondí normal, no tenia ganas de hablar y mucho menos del instituto y además no es fácil hablar con la mujer a la cual conociste cuando eras una niña y despreciaste y la vuelves a ver años después y esta apunto de casarse con tu padre.
— me alegró —movia los dedos recorriendo el volante— ¿y que tal tu cumpleaños? — había olvidado que Regina y mi papa desaparecieron a mitad de la fiesta.
— bien, creo— susurré lo ultimo— el semáforo marco verde y Regina avanzó hasta llegar al instituto, abrí la puerta del coche, cogi la mochila, me la acomode y baje — gracias — dije y cerré la puerta.
Entre al instituto y recorrí el pasillo hasta llegar al salón, minutos después todos comenzaron a llegar y la clase comenzó.
— ¿alguien me quiere decir la hipotética muerte del sol?— pregunto el maestro esperando respuesta por alguno de los alumnos.—¿nadie?— pregunto y se acerco a mi— ¿que tal usted Mckenzie?
No había puesto atención en la clase por estar pensando en las palabras de Christian, no tenia ni la menor idea de que era a lo que se refería el maestro.
— no se.— respondí distraída.
— estoy harto Mckenzie, nunca pone atención en clases, parece que no le interesa mi clase, los sitatorios y reportes no han servido de nada. —antes de que pudiera decir algo me interrumpió — valla ahora mismo a detención.
— ¡Detención!— exclame sorprendida. Nunca en toda mi vida había ido a detención.
— si, detención— dijo con fastido—¿alguien mas que la quiera acompañar?— pregunto al grupo y nadie dijo nada— retirese Mckenzie. —abri la boca para protestar— ¡Ahora!
Refunfuñe, cogí la mochila, me la acomode y salí del salón, fui a dirección y la directora me llevo hasta el final del pasillo a un salón que se encontraba cerrado, dio unos cuantos golpes a la puerta y un maestro que aparentaba ser muy serio salio, le indico que me quedaría ahí, ella se fue y entre al salón.
Siempre había visto que detención era un lugar horrible pero pensé que en el fondo era diferente, chicos y chicas con pinta de malos estaban sentados en la ultima fila, una chica que vestía totalmente de negro y tenia el cabello verde limón se quedo mirándome y después saco unas tijeras y comenzó a acariciarlas.
Me senté en la primer fila apartada de la mayoría, lleve mi vista al pupitre que se encontraba rayado, una bolita de papel me cayo en la cabeza, me gire y me encontré con la peliverde aventando bolitas hacia mi dirección, el maestro abrió la puerta y se salió.
— no— susurré, me gire, la peliverde se levanto de su lugar y comenzó a acercarse a mi, me levante y camine hacia la puerta y antes de que la abriera ella la empujo cerrándola fuertemente.
— ¿a donde bonita?— tenia demasiadas perforaciones en su rostro, mascaba un chicle, abrió la boca y lo saco y después lo embarró en la puerta— esto apenas comienza.
Quería salir de ahí, tenia miedo, la chica comenzó a acariciar las tijeras y se posiciono frente a la puerta, las enterró en ella y después las saco, pase saliva, nadie se acercaba, solo miraban.
La chica se alejo de la puerta, cogió un mechón de mi cabello y acerco las tijeras, la puerta se abrió bruscamente dejando ver a Callan quien le quito las tijeras inmediatamente, la chica me lanzo una mirada de muerte y se fue.
Suspire— gracias —esa loca pudo haberme matado— ¿que haces aquí?— pregunte confundida.
— detención es lo peor, no iba a dejar que estuvieras aquí sola,— mi corazón comenzó a latir muy rápido.
Me cogió del brazo bruscamente y mis latidos regresaron a latir normalmente. ¿Es que acaso no puede tratarme bien? Me llevo hasta el lugar en el que me encontraba anteriormente, me senté y se acomodo en el lugar de atrás.
Callan es un bipolar.
Un bipolar sexy.
*****
Las clases terminaron y salimos, me había pasado todo el día en detención por culpa del maestro que dijo que merecía estar ahí todo el día.
Me encontré con Liliana y caminamos hacia la salida, Alan la esperaba afuera sentado en su moto, ella se acerco y el se levanto y le dio un beso en la mejilla, Callan se acerco, Alan y el se miraron retandose, ninguno articulo alguna palabra, Callan cogió a Liliana del brazo y la alejo un poco.
Editado: 30.09.2020