Hey, Rubia

Capítulo 1 | Hasta viejitos

AGUSTINA

AGUSTINA

Siempre quise tener una historia de romance donde el chico pelee hasta el fin por mi amor. Eso es lo que me enseñaron las películas infantiles que el príncipe siempre pelea hasta el final por su princesa. Yo soy el estereotipo de una princesa de películas infantiles. Rubia de cabello medio largo, ojos de un color azul oscuro, labios rojos y una altura promedio.

Queriendo que mi primera cita sea especial y algo que jamás olvidaría. Ese primer amor... Sería con quien me case para estar el resto de nuestras vidas juntos.

Hasta viejitos.

James Sullivan es mi hasta viejitos. Ver su sonrisa que se volvió perfecta luego de cuatro años de usar ortodoncia fija. Sus ojazos azules que tantos suspiros sacan por los pasillos. Labios carnosos y sus mejillas que se ponen rojas ante un sonrojo. Es un chico especial. O es como yo quiero pensarlo jamás le hable, siempre que quiero hablar con él, me tranco.

Por esa razón me limito a observar desde lejos como siempre lo he hecho. A eso le llamo amor, pero Isabella lo llama obsesión.

Isabella Gotti la conozco desde que entré en la secundaria, al yo ser nueva nadie quería hablarme salvo Bella. Se me acercó en el almuerzo y desde ahí no nos separamos, jamás lo hacíamos todo juntas. Durante los años que tenemos de amistad he visto las relaciones amorosas de mi mejor amiga. Ninguna fue estable ni duraba más de dos días Bella es una chica muy especial. Pero cuando finalmente entramos a la universidad, mi amiga comenzó a tener relaciones de una noche y me aconsejó seguir su camino. Para ella no fue problema conseguir chicos, tiene un cuerpo delgado, pero con curvas prominentes, la piel blanca, pero su cabello negro me fascina y cuando habla español se ve muy graciosa. Isabella es mexicana, pero se mudó a los Estados Unidos cuando tenía dos años y su mamá le enseñó a hablar su idioma natal y el de este país. Por otro lado, su papá es italiano y le enseñó a hablar su lengua, por lo que ahora Bella habla tres lenguas a la perfección. La admiro por eso, mi madre es rusa, por lo que al igual que Bella sé hablar mi lengua materna, el ruso y la paterna, el inglés con fluidez, aunque siempre quise aprender hablar también francés.

Volviendo a lo que estábamos, no es obsesión, lo que siento por James es amor. Lo conocí cuando era una niña, en una fiesta de cumpleaños de una niña de la escuela. Lo vi cuando él pegó un chicle en mi pelo y comenzó a reírse con sus amigos. En ese momento estaba furiosa, pero cuando vi sus ojos quedé perdidamente enamorada. Como en esas películas románticas que la chica ve al chico y sabe que es amor a primera vista. En ese día averigüé todo lo que pude de él descubriendo que se apellidaba Sullivan, donde vivía y a qué escuela asistía. Fallon la niña que cumplía años, no sabía mucho, su madre invitó a sus padres que lo trajeron a él y su hermano pequeño.

Ese día fue la última vez que lo vi me mudé con mi papá luego del divorcio cuando él peleó por mi custodia, pero mi mamá estaba más interesada en la custodia del perro que la mía. Estuvimos fuera de mi pueblo natal durante años hasta que papá volvió para que terminara la secundaria en mi pueblo natal. Por cosas del destino terminamos volviendo a vernos en la universidad.

Obviamente que James no recuerda que yo soy esa niña a la cual le pego el chicle en el pelo. Tuve que cortarme el pelo para lograr quitarme ese chicle. La cosa es que ahora no puedo hablarle, me tranco cada que lo intento. No quiero quedar en ridículo, pero si no le hablo sé que se irá con otra. Como tantas veces lo he visto en las fiestas de fraternidades yéndose con alguna que otra chica. Morenas, pelirrojas, con cabellos de colores e incluso rubias, pero ninguna chica era yo.

—¡Agustina! —grito en mi oído Bella, causando que mis tímpanos se rompieran por la sorpresa. Me caí de mi asiento siendo el objetivo de las risas de la cafetería entera. Con ayuda de Bella me levanté acomodando mi ropa que ahora estaba arruinada por culpa de la tarta de papa.

—¿Por qué gritas loca? —me volví a sentar en la mesa roja por la vergüenza de pensar que tal vez James me vio caer al suelo. Si eso pasó, juro que mataré a Isabella de la peor de las maneras por humillarme frente al padre de mis hijos.

—Te grité porque Juliet vino a invitarnos a la fiesta que hará esta noche, me dijo que invitó a Sullivan y dijo que irá ¿quieres ir? —mi cerebro se desconectó al escuchar sus palabras. James irá a la fiesta y nos chocaremos por accidente, él derramará cerveza en mi ropa. Me pedirá disculpas, le diré que no pasa nada, él me ofrecerá una bebida y le diré que sí. Comenzaremos a hablar para conocernos mejor o bueno que él me conozca mejor a mí, yo sé todo acerca de él. Bailaremos toda la noche, me invitará a salir, tendremos muchas citas, me volveré su novia y luego de la universidad nos casaremos. Tendremos dos hijos, una niña que le pondremos Alaska y un niño que le pondremos Cody, también adoptaremos un perro que se llamará Elvis. Viviremos en nuestra mansión feliz por siempre... —Agustina deja de soñar con James y vuelve a tierra —Bella me dio un codazo en las costillas para sacarme de mi ensoñación.

—Lo siento, si iré a la fiesta —deje caer mi cabeza en mi mano que se encontraba apoyada en la mesa. Cuando se trata de atuendos de fiesta no soy buena para eso, pero mi mejor amiga amante de la moda es mi salvación.

🍭🍬🍭

Suspiro, viendo como el protagonista, sorprende a su novia haciéndole una propuesta de matrimonio. Me dan ganas de llorar cuando su novia le dice que sí, y se muere en esa camilla de hospital. Las películas románticas son mis favoritas, ni hablar de las novelas románticas tengo un ala entera en mi biblioteca llena de todo tipo de novelas de ese género.




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