AGUSTINA
Cuatro años después...
Cierro mi galería de arte apresurada porque estaba llegando tarde a mi cita con Alan. Hoy estamos cumpliendo cuatro años de relación y me siento tan feliz por estar con el menor de los Sullivan. Ahora vivimos juntos desde que nos graduamos de la universidad, Alan todavía no es doctor está terminando sus dos años como internista de medicina general para luego comenzar los dos años de especialización en medicina deportiva. Por mi parte trabajé bastante por vender mis cuadros y obras de arte al principio fue algo difícil, pero durante una exposición un importante crítico de arte compró uno de mis cuadros y así fue como todos querían algo hecho por mí en sus casas. Con algo de ayuda de mi padre logré comprar mi propia galería donde expongo mis trabajos y el de muchos otros artistas emergentes.
En el auto cuando freno en los semáforos me repaso el labial e intento arreglar mis pestañas. No era lo mejor, pero es lo que podía lograr tenía planeado arreglarme en el baño del restaurante, pero estoy llegando tarde. Mi ropa por suerte la había traído conmigo a la galería por si pasaba algo como esto. Un vestido rosa con estampado de rosas pequeñas en toda la tela, tacones bajos en color blanco y una chaqueta de jean blanca. El pelo lo tenía planchado por lo que no me lo toque y llegando al restaurante termine de acomodar mis ojos. Bajando del auto voy lo que más rápido me permiten mis pies hasta el recibidor del local.
—Buenas noches y bienvenida al restaurante SinoPot Hot Pot ¿tiene una reservación? —me pregunta un hombre joven con suma educación y una gentil mirada.
—Buenas noches, estoy llegando tarde a la reservación que hizo Alan Sullivan —el hombre rió un poco ante mi sinceridad, pero asintió al ver en su libro.
—Aquí esta mesa para dos el señor Sullivan la está esperando, acompáñenme por favor —dentro del local era un ambiente algo elegante, pero no demasiado y el concepto de comida verde estaba hasta en los platos que parecen ser de esos que son ecológicos. Siguiendo al hombre divisó a mi novio que revisaba su reloj con una mirada de preocupación. —Que disfruten su noche —el señor me ayuda a sentarme y se va de nuevo a la entrada.
—Perdón osito por venir tan tarde es que paso algo en la galería con uno de mis cuadros y el asunto involucró hasta a la policía, pero pude solucionarlo —sentía que las excusas eran algo absurdas, pero eran la realidad pura de lo que me atraso alguien quiso robar uno de mis cuadros.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien honey? —preguntó Alan tomando mi mano y llevándola a su boca para besar mis nudillos. En ese momento me relajé sabía que con Alan no pasaría nada malo y eso es algo que siempre estaba agradecida. Habíamos tenido nuestros desacuerdos y peleas, pero siempre logramos solucionar esos roces para que nuestra relación continúe. Pasamos por mucho, pero logramos superarlo todo juntos.
—Quisieron robar uno de mis cuadros el guardia impidió el robo, lo bueno es que nadie salió herido todos estamos bien –sonrió para no preocuparlo más la situación fue estresante, pero pudo ser controlada a tiempo.
Cenamos la mejor comida vegetariana que haya probado en un buen tiempo, todavía sigo con mi hábito de comida libre de carnes y ahora hasta papá cuando comemos juntos manda a preparar comida sin carne. Pero conociendo a Alan sabía que el restaurante era solo el inicio de una noche romántica de celebración. Saliendo del restaurante nos subimos a mi auto y Alan condujo con una mano sobre mi pierna hasta que llegamos a un viejo auto cinema. Pagamos la entrada para ver una vieja película de Drácula y con el auto nos acomodamos para verla. Como siempre al principio estaban los créditos avisando de apagar los teléfonos y un montón de cosas más para disfrutar de la película.
Ahora venía la película que no empezó como debería sino que con una canción romántica y fotos viejas de bebé ¿mías? Esas fotos viejas son mías, reconozco a mis padres en ellas y las fotos de ese otro bebé son las de Alan con sus padres cuando eran jóvenes. Mire a mi novio que estaba viendo la pantalla, esto de seguro lo planeo todo él. Continué viendo el vídeo con el pasar del tiempo viendo crecer al pequeño Alan y a mí en esas fotos. Hasta que llegamos a la universidad donde las fotos eran de nosotros dos. Algunas basándonos, otras comiendo comida vegetariana juntos, algunos abrazados en mi cumpleaños o en el cumpleaños de mi novio y finalmente otras de nosotros con nuestros amigos. La pantalla se puso negro y con letras blancas apareció "feliz cuarto aniversario honey, te amo" quise agradecerle a Alan cuando la pantalla mostró otra frase que me hizo helar la sangre. Los latidos de mi corazón se dispararon de manera acelerada, la pantalla decía "¿quieres casarte conmigo?"
Con muchas emociones encontradas me puse a llorar y miré a Alan que traía un estuche de anillo abierto. Un anillo de diamante estaba en esa pequeña caja y cubriendo mi boca con una mano miré a los ojos a mi novio. Estaba algo borroso por mis lágrimas, pero se lo notaba algo nervioso.
—Sí quiero —entregando mi mano él puso el anillo en mi dedo y nos besamos. Había olvidado por completo que estábamos en el autocinema hasta que los aplausos nos sacaron de nuestro momento romántico. Al separarme de mi novio miré hacia afuera y de inmediato salí del auto porque estaban nuestros familiares y amigos. Todas las personas que estaban en los autos eran nuestros seres queridos que fueron cómplices de Alan.
#2580 en Novela romántica
#895 en Otros
#304 en Humor
primer amor, humor y romance, romance amor a primera vista destino
Editado: 20.04.2025