(Rubius)
Me encontraba en mi casa con Raspy y Wilson ambos acomodados sobre mi regazo, miraba la televisión con mucha tranquilidad. Mi móvil empezó a vibrar, contesté la llamada sin ver quien era.
—Hola, habla Rubén —dije con tono serio.
—¿Rubiuh? —La voz de Mangel al otro lado de la línea me calmó el miedo de que fuera Irina molesta otra vez, habíamos tenido una discusión y no quería lidiar una vez más con una discusión telefónica—. ¿Estáh ahí?
—Hola mahe, si, aquí estoy —contesté y una pequeña sonrisa se asomó en mi rostro—. ¿Qué tal estáis?
—Muy bien Rubiuh. Mira ehtoy cehca de tu casa, ¿podré pasah un rato ahí? —Habló con su característico acento malagueño.
—Claro que si Mangel, sabes que siempre eres bienvenido.
—Graciah tío, ahora abre queh ehtoy aquí afuera y ehtah hela’o —me levante dejando a los gatos de lado y contesté.
—Claro, voy —colgué la llamada y troté para llegar a la puerta.
Abrí y efectivamente ahí afuera estaba Mangel, tenía un six pack de cervezas en la mano. Le invité a pasar y nos sentamos en mi sofá, Mangel me pasó una cerveza y comenzamos a beber, hasta que él habló.
—Tío, he conoci’o una tía muy linda hoy que venía para acá —una sonrisa burlona se asomó en su rostro—. Noh hemoh toma’o una foto.
—Que estás insinuando mahe —lo acusé con voz pervertida.
—¡Nada tío!, solo te lo ehtoy contando hombre —me descojoné de la risa y Mangel se me unió—. ¿Qué? Pensabah que yo te lo diría sola para que mientrah solucionan lah cosah tú e Irina, te la hecheh y dehpuéh digah que nada pasó.
—No —le di un sorbo a mi cerveza—. Sabes no le sería infiel a Irina, igual si estoy con ella es porque la amo. ¿Por qué querría estar con alguien más?
—Vale, vale, tranquilo poeta —dijo divertido—, solo bromeaba contigo tío.
(…)
El día iba normal. En la noche decidí grabar un directo de Dark Souls 3, como siempre tuve muchos espectadores.
—Ya sabéis, chupito por cada vez que muera —dije cuando comencé a jugar la primera partida. Al menos a los cinco minutos morí—. Vale, a la segunda chupito.
Pasé casi tres horas grabando, me despedí de todas las criaturitas que veían mi Live. Después miré uno que otro comentario en Twitter, uno me llamó la atención. Era de una chica; era muy mono, entre a su perfil y encontré varias fotos de ella. Todo era de hoy, llegué a las publicaciones de días anteriores y encontré una foto de Mangel y ella, decía lo siguiente:
<<No lo puedo creer, he conoci’o a @mangelrogel xD>>
Le di MeGusta y Retwitt, imaginé como la chica debió haber estado saltando de felicidad al recibir mi notificación.
Me estaba preguntando si seguir a la tía o no, si la seguía, corría el riesgo de que Irina se enojara más de lo que estaba y no quería eso. Si no la seguía… No pasaba nada pero igual me iba a arrepentir luego. Pasé media hora dándole vueltas al asunto.
Después de pasármela de la sala a la cocina y de la cocina a la sala, me senté en el sofá y abrí Twitter otra vez. Automáticamente aparecí en el perfil de la chica que me tuvo dando vueltas; eso sonó fuera de contexto. Casi pareciese que ella me gusta.
Medité unos segundos mientras mantenía el dedo sobre el botón de “Seguir” y al final, lo presioné. Tiré el teléfono a mi lado y lo miré como si hubiese cometido un delito y yo lo hubiese presenciado. Después de montar el numerito subnormal, decidí ir a dormir, era muy tarde.
(_____)
Recibí unas cuantas notificaciones de Twitter, entré directamente en la aplicación. Cuando vi las notificaciones, no me lo creía…
Rubius le había gustado mi Tweet de hace una semana, para especificar: la foto con Mangel y encima lo ReTweeteó. Empecé a saltar de felicidad por todo mi apartamento, llegué a mi habitación y agarré una almohada y comencé a gritar, unos golpes me distrajeron de mi felicidad; era el vecino golpeando la pared y diciendo: “¡Eh! Duérmete ya jovencita”.
Me reí un poco y respondí:
—¡Claro señor Díaz! ¡Lamento el alboroto! —Casi me partía de la risa pero me aguante para que el viejo testarudo de 56 años no viniera y tocara mi puerta.